-¡Maldición, Nox!
Gideón salió de un salto de la cabina de controles, tomo la cabeza de Nox y le insto a mirarle pero estaba lánguido y no respondía, Margaret lo miraba, aun algo chocada por las palabras finales del general.
-No puede ser, se apago, ¡Deprisa, el generador, hay que reencenderlo cuanto antes!
Le trajeron una máquina para descargas, Gideón abrió el pecho de Nox dejándolo por fin a la vista, Margaret se quedo anonadada, ¿Qué era eso?, no se parecía para nada al conjunto de disquetes de Asimo, era algo…asombroso, una matriz azul, una piedra gigantesca llena de facetas y cruzada de cables finísimos.
-Eso es…
-Un diamante- dijo Gideón con apuro, cargando el generador- el más grande y tosco del mundo, claro que no está hecho para ser bonito.
-¡Un diamante!
-Toda mi fortuna por esto, se los dije, lo conseguí con mucho esfuerzo, es el único material lo bastante fuerte para soportar la ingente cantidad de información y energía que corre a su cerebro, ya esta, ¡Para atrás!- puso los contactos sobre la superficie dándole una descarga que sacudió a Nox pero la maquina no revivió- ¡Doblen potencia!
Un técnico se dispuso a obedecer cuando la maquina salto a doble por su propia cuenta.
-¿Profesor…?
-Silencio…por desgracia ni esto basta, la única manera de que Nox mantenga funcionando su cerebro es repasando de continuo sus datos, es como una persona, su mente funciona aun cuando duerme pero si se apaga… ¡A un lado!- dio un nuevo toque, otro salto…nada- ¡A todo lo que de!- esta vez el operario no se acerco, el generador subió la potencia al máximo- si se apaga puede que no tenga la bastante potencia para recuperar los datos completos, su comando de defensa podría ver una amenaza y formatear su sistema, sería como provocarle una amnesia masiva, mientras más información deba recuperar peor es el peligro… ¡Todos atrás!
Dio la descarga, del diamante salieron chispas azules y de pronto se ilumino, se reactivo el sistema y la maquinaria se puso en movimiento, los ojos de Nox destellaron con debilidad.
Margaret suspiro aliviada aunque Gideón aun no estaba convencido, de nuevo sujeto su cabeza.
-¿Quién soy?, dímelo, ¿Quién soy?
-Profesor…Gideón…mi…creador…
-Muy bien, ahora dime, ¿Qué es lo último que puedes recordar con absoluta claridad?
-…La…gente…afuera…una mul…titud…
-Gracias a Dios- resoplo Gideón- fue solo una media hora y de paso no tendrá que cargar con esta espantosa experiencia… ¿recuerdas lo que hacíamos?
-…Historia…
-Sí, historia…
-Fun…ciono…?
-No lo sé…
Miraron a su alrededor, las computadoras en línea se veían normales pero algo había, una extraña nueva presencia llenaba el aire, se sentían observados de repente.
-Ve a ver afuera, Margaret.
-Ya voy- dijo esta y salió, mirando hacia todos lados.
-Profesor…esa luz…esta…demasiado…fuerte…
Gideón miro hacia arriba donde había una luz móvil, se puso de pie en plan de moverla cuando esta lo hizo sola, disminuyendo la intensidad de paso, además la silla especial se reclino un poco para darle una postura más cómoda a Nox, luego las computadoras pusieron todas el mismo fondo de pantalla, una especie de tarjeta que decía “Gracias por esta vida, General” a la par de una sola tonadita relajante.
-¡Gideón!- Margaret volvió agitada, miro lo que allí pasaba-oh dios…tienes…tienes que venir, ¡No vas a creerlo!
-Ahora yo me creo lo que sea.
-Quiero ir…profesor…
-Esto no es silla de ruedas, además tienes que…