Orvilion: Un nuevo y complicado estilo de vida

Prólogo

Mi nombre es Katashi Armijos. Soy un joven afortunado tras haberme salvado de un accidente vial que, no solo ocasionó que varios automóviles explotaran, sino que también acabó con la vida de mucha gente a su alrededor.

Y precisamente es debido a este hecho milagroso, que mi vida actual no podría estar mejor.

Han pasado 3 años y 14 días desde que mis padres murieron a causa de mi supervivencia, lo cual hasta ahora me ha dejado con varias cosas en las que pensar durante el complicado transcurso de mi vida.

También debo mencionar que, a causa del extenso tiempo que se requirió para mi recuperación, los estudios que tenía pensado continuar, ya no serán posibles hasta que se termine el año por el cual me encuentro en estos momentos.

Por último, pero no menos importante...

Tenemos a mi actual estado laboral, el cual no ha progresado absolutamente nada debido a la anterior notícia que ya les he acabado de mencionar.

Tomando en cuenta todo esto y aprovechando que ahora me encuentro en la relajante colina de mi ciudad, no hay mejor momento que este para agradecerle al todo poderoso mi situación.

Dicho esto, decidí levantar mi cuerpo de la banca en donde estaba sentado para luego colocarme cerca del gran barandal que había en el lugar.

Estando allí, miré directamente al cielo y entonces alcé mi voz para indignadamente decir:

—¡Dios! ¡Si realmente existes! Explicame, ¡¿por qué razón permites que esta clase de desgracias ocurran?!

Esperé durante unos momentos algún tipo de señal que respondiera a mis preguntas, pero...

Nada sucedió a mi alrededor.

—¡Oye! ¡No creo que un dios sea capaz de permitir algo tan terrible! Quiero decir, ¡¿podrías al menos evitar que la gente inocente salga lastimada?!

Tras decir aquello, me detuve a observar mis alrededores para asegurarme de que no viniera nadie y me encontrara discutiendo con el cielo.

Aunque como hoy no es un día festivo, las probabilidades de que alguien venga a la colina Catanol, son muy pocas realmente.

Por lo tanto, decidí olvidarme de esto y continúar con mi arrebato.

Furioso por las escasas señales de respuesta que estaba teniendo hasta el momento, miré nuevamente al cielo y entonces dije:

—Aaah… Ya veo. ¡¿Con qué asi van a ser las cosas, eh?! ¡Perfecto! ¡Pues vaya mierda de dios estás hecho!

Pensé que decir algo como eso daría algún tipo de resultado forzoso, pero...

Nada siguió ocurriendo.

—¡¿En serio?! ¡¿Después de todo esto aún no me vas a responder?!

Cansado ya de mi situación, decidí armarme de valor para luego furiosamente comenzar a decir:

—¡Bien, pues se acabó! ¡¿Me escuchaste?! ¡Jamás volveré a creer en ti otra vez!

Sin esperar alguna respuesta, decidí apartar mi vista del cielo y observar el paisaje de la ciudad que había enfrente de mi.

—Demonios. Todavía no puedo creer que esto en verdad me esté sucediendo.

»Y lo que es peor aún, es que el recuerdo que tengo de aquel fatídico día, ha estado atormentandome durante todo este tiempo.

»Si no me equivoco, cuando esto ocurrió, yo apenas tenía 15 años de edad...



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En el texto hay: accion y aventura, drama y amor, comedia y fantasia

Editado: 07.04.2019

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