Os pido posada

Capítulo 3: Visión.

Christian

Caminaba por los pasillos de la universidad totalmente distraído. Porque no dejaba de pensar en lo que mi madre quería.

"Tienes que pensar en tu futuro Christian, debes casarte con Vanessa para tengas un futuro sólido"

"Entiende que cuesta lo mismo enamorarse de una pobre que de una con dinero"

Golpeé el piso con fuerza y bufé al mismo tiempo.

-¿Quien se irá a morir, señores? -gire sobre mis pies y fulmine con la mirada al odioso y frustrante amigo mío.

Adán Montes.

-¿Puedes guardarte esos malditos dientes blancos un día? -acote irritado y él sonrió mucho más.

Odió esa faceta de él.

-¡Y tú deja de ser tan gruñón por un día! -abrí mi boca para mandarlo a la mismísima mierda pero, la voz de su hermano me detuvo en seco.

Alan Montes, golpeó a su hermano en la cabeza.

-Mamá debió ponerte Caín porque no tienes ningún tipo de remedio.

Adán trato de devolverle el golpe a su hermano pero, este lo evitó. Y posteriormente golpeó otra vez en la cabeza.

-¡Te acusare con mamá idiota! Verás que saldré ganando. -tras estás palabras Adán Montes se marchó sobándose la cabeza. Y una carcajada salió de mis labios.

Estos dos idiotas no tienen remedió.

Casi con venticinco años Adán todavía se refugiaba en los brazos de su madre.

Qué locura.

-No se como puedes tener un amigo tan infantil -verbalizo Alán mirando el camino por el que se había marchado su hermano.

-No se como puedes tener un hermano tan infantil. -él bufó y al mismo tiempo rodó los ojos.

Y un segundo después el teléfono de Alán sonó anunciando una llamada entrante.

El pelinegro saco el teléfono del bolsillo de sus pantalones y al ver el identificador de llamadas trago en seco. El aceptó la llamada y un segundo después escuche la voz de la madre de mis dos locos y problemáticos amigos.

-¿Qué te sucede Alán Francisco? Qué es eso de pegarle a tu hermano... ¿Qué te he dicho de esa manera de tratar a tu hermano? Se te olvidó la charla que tuvimos... ¿dime?

Solté una carcajada y mi amigo me fulmino con los ojos.

-Mamá ese... él me saco de mis casilla y no en quedo de otra que aplicar la fuerza bruta con él. -enarque una ceja y Alán entrecerró sus ojos.

-Eso no fue lo que Adán me dijo...

-¿Mamá, le crees a él que a mí?

Negué con al cabeza luego de escuchar esas palabras.

Mis mejores amigos sin duda alguna son unos dramáticos de primera.

Empecé a caminar hacia la salida de la universidad, con una sonrisa en mis labios gracias a las locuras de los hermanos Montés.

Esos dos lunáticos mejoraron significativamente mi día.

Hoy terminé finalmente la universidad, presente mi trabajo final y obtuve una excelente calificación.

A pesar de tener una mañana de mierda logré cumplir mis objetivos.

Solo me faltaba tener mi titulación en las manos para ser oficialmente licenciado en administración de empresas, el orgullo de la famila.

Me dirigía a mi auto cuándo escuché la voz de Vanessa.

-Christian cariño -cerre los ojos e hice una mueca.

Momento de felicidad arruinado.

-¿En que puedo servirte Vanessa? -dije mientras me gustaba sobre mis pies.

-Tu madre me invitó a almorzar, cariño...

¡Mi madre! Es que esa mujer no entiende.

-Me iré contigo. -ella verbalizo estás palabras para luego colgarse de mi brazo.

Le di una falsa sonrisa y retomé el camino hacia mi auto.

En cuanto pisará la casa hablaría muy seriamente con mi madre. Y la haría entender por las buenas o por las malas.

Despierta de recorrer un corto camino aparqué el auto en la gran entrada de mi hogar.

-Christian -gire mi cabeza hacia Vanessa y ella coloco una de sus manos sobre la mía -¿Cuando me pedirás ser tu novia?

¿Qué...? Lo que me faltaba.

La mire a los ojos y Vanessa me sonrió con ternura.

-Vanessa, yo...

-Si necesitas tiempo yo estoy dispuesta a dártelo. Pero no te tardes demasiado que cualquiera me puede robar. -acoto ella para luego bajarse del auto.

Si es por mi que se la roben... se que suena feo pero, todo el mundo la manera de sentirse a gusto.

Vi a Vanessa caminar hacía la puerta e inmediatamente vi a mi madre en el umbral de la gran entrada de roble.

Entrecerré los ojos la ver el entusiasmo que mi madre tenía al abrazar a Vanessa.

Me baje del auto y muy a mi pesar acorte los pasos hasta donde ellas se encontraban. Mi madre sonrió mostrándome sus perfectos dientes blancos.

Qué bajo a caído esa mujer.

-¡Christian Alexander Moussier! -me tense al escuchar la voz de la habitación. -¿Por que no me dijiste que hoy sería tu presentación final? ¡Respóndeme ingrato...!

Tragué saliva al ver que mi madre había abierto los ojos como platos.

Oh, no.

-¿Qué hoy fue que? -pregunto mi madre abanicándose con las manos.

-Presente mi trabajo final de la carrera. -tanto mi madre como la abuela me fulminaron con los ojos.

-No puedo creerlo -demando mi madre mientras seguía abanicándose con las manos. -Ingrato, como te atreves a esconderme algo así.

Drama Queen activado.

Mi madre entra a la casa con paso rápido y yo la sigo.

-¡Mamá podrías detenerte...! -ella al escuchar mis palabras se detuvo en seco y no dudo en encararme. -No les dije que hoy sería mi presentación porque sé que ambas son capaz de armar un circo con todo y payasos, así que lo mejor fue callar.

Ella enarcó una ceja.

-Y yo que tenía el regalo perfecto para a tí, pero tú niño ingrato me dejaste fuera de este gran día.

Drama Queen haciendo acto de presencia.

-Por Dios madre, deja de ser tan dramática. Ahora dime, ¿por que insistes con meterme a Vanessa por los ojos? ¿Por qué invitaste a Vanessa a almorzar?




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