Adazla
Esos ojos, esos hermosos ojos me hipnotizaron. Porque no podía apartar mis iris de ellos.
Tan hermosos, tan...
O por Dios.
¿Yo, enamorada a primera vista?
No puedo creerlo.
—¡Adazla..! -volvi a la realidad al escuchar estás palabras de Vera.
Deje de mirar aquello ojos hermosos para concentrarme en Vera. Quien estaba inmovilizada en los brazos del chico.
—¡Ayudame a matarlo! ¡Ayúdenme! -tanto Mara cómo yo miramos a Vera con una sonrisa en los labios. —Deja que logré soltarme de este maldito agarre para que veas a como te tocará maldito idiota. ¡Te voy a matar, te degollare y colgare tu cabeza en la punta más alta! ¿Me escuchaste imbécil?
El chico que la mantenía inmóvil la apretó mucho más a él y la pobre Vera grito de frustración, mientras se movía sin control alguno.
—Si sigues con esos movimientos erráticos tendrás que resolver allá abajo. -Vera dejo de moverse abruptamente al escuchar estás palabras.
La pobre estaba totalmente roja.
Deshice el agarre que tenía el chico de hermosos ojos en mi.
—¿Pero porque? -verbalizo él a lo que yo fruncí mi seño.
No entendí lo que él había querido decir.
Bueno, ya abra tiempo para hacerlo.
Camine hacia donde se encontraba Vera y está el verme inquirió varias palabras inentendibles para los demás. Porque era un código secreto entre nosotras.
—Aguila voladora.
Oh, no.
Tú, distraes yo golpeó.
Esa chica si que está loca.
Negué con la cabeza y ella entrecerró sus ojos.
—1... -volvi a negar con al cabeza —2.
Esta chica logra sacarme de mis casillas.
Por Dios.
No tuve otra alternativa que hacer lo que ella me pedía.
Me prepare mentalmente para lo que iba a hacer.
—Perdoname Dios mío por lo que haré... -dije en mi adentros. Y posteriormente —¡Un tsunami! Corran por sus vidas.
Esto fue suficiente para que el chico bajara la guarda y tras hacerlo la loca de Vera le dio un cabezazo, logrando con esto desestabilizar al pobre chico.
—¡Corran, corran..! -exclamo ella para luego empezar a correr lejos de nosotros.
Giré mi cabeza hacia el chico de ojos hermosos. Y tras hacerlo me sonroje explosivamente.
—¡Vera te voy a matar! -dije para luego empezar a correr —¡Esperame Vera!
—¡A por ellas! -escuche la voz de uno de ellos y esto fue motivación para aumentar la velocidad.
—Te mataré Vera, te mataré.
—¡Locas desquiciadas vuelvan a aquí!
Negué con al cabeza luego de escuchar la voz de Mara gritar estás palabras.
Ni loca volvería.
Seguí corriendo como si la vida de pendiera de ello.
Pero al parecer no me sirvió de nada, porque en cuestión de segundos el chico de los ojos bonitos me había hecho caer a la arena, quedando encima de él.
—Me gustan tus ojos.
—Me gustan los tuyos -respondí y él sonrió mostrando sus dientes.
—Soy Christian. -inquirió mientras acariciaba mi rostro.
—Y yo Adazla.
El chico de ojos bonitos me miró fijamente a los ojos, logrando colocarme nerviosa.
—Te encontré -acoto y yo fruncí mi seño.
¿A que se refería él al decir esas palabras?
¿Encontrarme?
Abrí mi boca para preguntarle a qué se refería pero al escuchar la voz de Vera deje mi pregunta de lado.
—¡No! Suéltame. -coloque mis ojos en la loca de mi amiga y una carcajada salió de mis labios al ver la escena que el chico y ella estaban dando.
—Él no dejara pasar ese golpazo que ella de le dio tan fácil. La hará sufrir.
—Si él le hace algo tendrá que versela con su hermana y conmigo.
Él enarcó una ceja y posteriormente sonrió levemente.
—¿Como salvarás a tu amiga si estás entre mis brazos?
—Pues la respuesta es clara, Christian. Primero te atontare, porque soy una brujita, segundo te daré daré un golpe por hacer que me callera en la arena, y tercero.. puede ser que te dé otro golpe por mi inconformidad a la hora de golpearte. ¿Te quedó claro? ¿O le agrego otro golpe más?
—Entendi a la perfección brujita. No necesitás agregar otro golpe más. -se mofo él y yo me removí intentando separarme de su cuerpo. —¿Cuidado con lo que haces? Porque tendrás que ayudarme a deshacerme de lo que provocaste.
¿Qué? ¡Lo que me faltaba! Increíble. Más que increíble.
—Ah si.. -verbalicé con una sonrisa en mis labios para después empezar a moverme sobre él. Lo vi cerrar los ojos y la fuerza que estaba ejerciendo en mi se hizo más fuerte. Una pequeña sonrisa salió de mi al ver el estado que estaba provocando en él.
Me iré al mismísimo infierno pero antes que atormentarlo.
—Te lo estoy advertido brujita. Y no me estás haciendo caso.
—Dejame y acaba tu tortura. Todo es tan fácil como eso, Christian.
—Pues no, ahora que se que los estás haciendo con conciencia, yo también haré algo al respecto.
Obvie las palabras del chico para concentrarme en Mara.
—Sueltame de una vez por todas, idiota. Déjame darle unos buenos guantazos a ese crapuloso.
—No te soltaré fierecilla.
Mi amiga Mara entrecerró los ojos y lucho por soltar sus manos del agarre que el otro chico ejercía sobre ella. Y cuándo no pudo lograr su objetivo no le quedó más que utilizar sus dotes.
Mara sonrió, y se acercó lentamente al chico. Quien al ver la sonrisa de ella se atonto. De una forma extraordinaria.
Hombres..
Posteriormente dejo un beso muy cerca de la boca del chico. El muchacho como aprovechador soltó los brazos de ella para tomar su rostro entre sus manos, e inmediatamente los labios de él estaban sobre los de ella.
Fuego, hay fuego en esos dos.
Uno destructivo y consumidor fuego.
Aparte la vista de la pareja cuando Christian hablo.
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Editado: 26.01.2024