Os pido posada

Capítulo 11: El amor de mi vida.

Adazla

Trate de levantarme pero sentí una mano en mi vientre.

Giré mi cabeza y me encontré con Christian quien estaba profundamente dormido.

Lo observé por un momento, para grabar en mi mente está hermosa imagen de él.

-Te serviría más una foto futura esposa.

-Si tuviera una camara cerca sin duda alguna lo haría, porque te ves adorable durmiendo.

-Ah.. ¿si? -pregunto él y posteriormente se colocó encima de mi. Dejo un beso en mi mejilla y justamente cuando se iba a apoderar de mis labios escuchamos la voz de los hermanos A, como yo les había decidido llamar.

-¡Christian! -él mencionada se alejó de mi como si quemará. -Por Dios hombre, ¿también disfrutaste tu noche? ¡Qué orgulloso me siento de tí!

Christian rodó los ojos.

-¿Qué hacen aquí tan temprano?

-Pero que hermosa es está chica -Adán se acercó a mi y acaricio mi rostro. -Me resultas familiar.

-Deja de tocar a mi futura esposa, Adán. -Christian retiro la mano de Adán de mi rostro.

-¿Tú que? ¿Estas loco Christian? -acotó Adán totalmente alarmado.

A lo que Christian se encogió de hombros. Abrió la boca apara responder pero el hermano A faltante hizo su aparición.

-Christian necesito irme lo más pronto posible de este lugar -el chico ejecutivo frunció el seño.

-¿Qué paso para que te quieras ir lo más pronto posible Alán?

Ambos hermanos A se miraron a los ojos.

-Nuestra madre se colocó mal, sabes que la perdida de nuestra hermana le ha afectado mucho. Así que Adán y yo nos vamos para tratar de hacer que ella se sienta mejor.

Entrecerré los ojos mirando a Alán.

Mentira, todo esas palabras eran una vil mentira.

Porque yo sabía de fuente oficial el motivó por el que ambos hermanos se marchaban.

Ambos se irían por la noche locos que tuvieron.

Par de mentirosos.

-¿Entonces te irás con nosotros? -inquirío Alán mientras colocaba sus iris en mi. -Pero hermosura de chica.

Le di una pequeña sonrisa y él se acercó a mí.

-Feliz cumpleaños pequeña, lamentó que arruinaramos tu pastel.

-No te preocupes -dije mientras mantenía en mi rostro la sonrisa.

-¿Por que a él lo dejas acercarse a tu futura esposa Christian?

-Por que estoy seguro de que él no intentará algo ella, Adán.. -Christian se colocó detrás de mí. -No iré con ustedes Alán. Antes de volver tengo que enamorar a esta hermosa chica y dicho sea de paso casarme con ella.

-¿Casarte? -él chico ejecutivo asintió. -Por lo menos espero que no la dejes embarazada al mes de casados.

Me tensé.

Este hombre si que es directo.

-No me importaría dejarla embarazada al mes de casados pero, se que está hermosa mujer quiere estudiar así que no me importaría esperar a que ella terminara su carrera universitaria para tener muchos hijos.

-Yo no me casaré, y mucho menos tendré hijos -dijo Adán.

Y yo dije para mí: -Pués te vas a llevar una sorpresa cuando enteres de que dejaste embarazada a nada más y nada menos que a Mara, la chica que aparenta ser la más tranquila de las gemelas pero en realidad es tan malvada como su hermana.

-Y yo pues trataré de conseguirme una mujer tranquila, porque ni loco me caso con una mujer poseída por el mismísimo diablo.

-Te llevarás una gran sorpresa Alán. Porque tendrás un hijo con Vera, la mujer más insistente que existe en este mundo, y tú talón de Aquiles.

Estos hermanos si que están bien jodidos.

Uno de ellos se lleva a la tranquila pero vengativa. Y el otro se lleva a la mujer más terca y loca que puede existir en este mundo.

Jodidos están, bien jodidos están.

Los miré con una sonrisa, y ambos hermanos entrecerraron sus ojos.

-Creo que lo que piden no será posible chicos...

-¿Por qué?

-¿Por qué?

-Más adelante lo sabrán. Y la sorpresa que se llevarán no será pequeña. -los deje con ambos seños fruncidos y me giré hacia Christian -Me tengo que ir. Pero más tarde tendrás la respuesta a tu propuesta.

Christian dejo un beso en mi mejilla, y yo se lo devolví.

-Te estaré esperando en la playa, a las tres.

-Alli estaré. -tras decir estás palabras me aleje de ellos para buscar el vestido.

Después de cambiarme, salía a la cubierta del yate encontrandome a los chicos totalmente serios.

-¿Estas seguro de casarte?

-Si Adán, ella es la indicada. -ambos hermanos asintieron.

-No se pero ella me resulta muy familiar. Cada vez que la veo recuerdo a mi madre, no se porque sucede eso. -inquirió Alán y Adán asintió. -Ella es especial Christian, no la dañes. Porque tendrás que verte las conmigo.

Christian frunció su seño.

-La defiendes como si fuera tu hermana más pequeña. ¿Qué es lo que realmente te pasa Alán?

-Con ella sale mi lado protector. Así que no la dañes Christian. Si este es un juego apartate de ella y no lastimes porque ella no podría soportarlo. Se ve desde lejos que es una buena chica. De buen corazón.

-Voy en serio con ella Alán, ella es la mujer indicada para mí. Y no descansaré hasta convertirla en mi esposa, la señora Moussier.

Señora Moussier. Qué lindo se escucha.

-Más te vale que tus palabras sean verdadera porque no voy a permitir que una chica tan hermosa como ella le rompan el corazón. -amenazo Adán.

-Estas advertido Christian Moussier. La lastimas y estás muerto.

Estos dos chicos parecen mis hermanos, defendiéndome a capa y espada. Y velando porque no salga lastimada.

Una lágrima salió de mis ojos.

Daría todo por qué mis hermano estuviera aquí conmigo.

Me seque la lagrimas y camine hacia ellos.

-Nos vemos después chicos.

-Cuidate preciosa. -respondio Adán ganándose por esto una mirada fulminante de parte de Christian. -Controlate por favor Christian, ni que fuera a robartela... Aunque pensándolo bien, ella es muy hermosa para tí.




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