Osbcure

Capitulo 3: Mi descenso

Mi esposa se hallaba del otro lado del cristal, frente a mí. Hablaba por el móvil con lágrimas en los ojos sin percatarse de mi presencia. Como si no me pudiera ver, como si no existiera. No importo cuantas veces golpeara el vidrio, ni por mucho que gritase su nombre, ella no me escucharía, no me escucharía nunca. En un punto solo apoye la frente contra vidrio mientras intentaba no llorar. Volví al ascensor lo golpee mientras gritaba y maldecía a todo pulmón sin importar que el cabeza de metal me escuchase. Volví con paso lento al vidrio mientras me lamentaba y me brotaba la cabeza. Me asome de nuevo pero Carol estaba de nuevo dentro de la cortina.

« ¡Esta con Kim! » mi corazón se partió y mi alma se ahogó al saber que mi hija estaba herida gracias a mí. Pero pensándolo bien ¿Porque manejaba a toda velocidad bajo la lluvia? ¿Por qué discutía con Carol? Ah estas preguntas no le encontré respuesta no recordaba nada o casi nada de la noche del accidente.

« ¿Qué es este sitio? » Me pregunte pero estaba claro que no lo sabía. Pero por lo menos ya sabía dónde estaba mi hija solo tenía que encontrar la forma que entrara en ese cuarto.

« ¡Tengo que encontrar ese código! » Pensé.

«Kim esta con su madre, ella la cuidara » y comencé a caminar esta vez de regreso por donde vine. Al final del pasillo estaba otra puerta. Llegue me detuve frente a ella. Era una puerta de metal, igual que la que había destruido el de cabeza de metal. Estire la mano y tome la palanca..

« ¡Dios que no esté bajo llave! » Tome la palanca eh hice precio y esta cedió sin problema. Abrió emitiendo un sonido de vacío, pensé o sentí que este me succionaba. Y se cerró por si sola a mis espaldas tras un fuerte golpe contra el marco de metal.  Me hallaba frente a unas escaleras de metal por donde una gran cantidad de agua corría hacia abajo deslizadle por los escalos cuesta abajo produciendo una espuma blanca y  emitiendo un sonido burbujeante bastante sonoro como el de una gran cascada. Veo como el agua corre por la escalera y me paralizo.

« ¡No me gusta el agua! » Siempre dije que respetaba el mar, pero la verdad es que me atemoriza el agua. No sé nadar, mi padre siempre me intento enseñar pero nunca entendió que a golpe nunca se solucionarían las cosas. Vi hacia el techo y el agua provenía de dos enormes tubos que escupían una inmensa cantidad de agua sobre las escaleras.

« ¡Esto se pondrá interesante! » Me tome firmemente del barandal tubular. Respire profundo sintiendo como un escalofrió recorría mi cuerpo y comencé a bajar paso a paso por las escaleras. De inmediato pude sentir el agua mojar mis pantalones y colarse por las botas, estaba fría y burbujeante. La sentía como se colaban entre mis dedos mesclados con el sonido que producía mientras iba bajando por las escaleras. Baje poco a poco, escalón a escalón mientras veía mi entorno. Unas bombillas guindaban del techo iluminando mi camino, titilaban de vez en cuando, como intentando atemorizarme por momentos.

« ¿Y si no se encienden de nuevo? ¿Con que me encontrare en este lugar? » Seguí bajando pisando el agua que corría bajos mis pies a la obscuridad total que yacía debajo de cada escalón. Llegue a un descanso que viraba a la derecha. En la pared metálica estaba un gran cartel de bienvenida soldado y atornillado toscamente. Estaba doblado y al parecer fue quemado antes de soldarlo.

- ¡Bienvenidos al Centro Psiquiatrico San Bernardino! – pude leer a pesar del daño por el fuego. Leo y algo en mí se estremeció. Algo más se escondía detrás de esas letras que conformaban una palabra.  Me detuve no sé por cuanto tiempo viendo el cartel cuando escuche que algo chapoteo en el fondo. Allá en la oscuridad. Vire rápidamente y me asome por la barandilla. Pude ver las escaleras que eran alumbradas por la luz titilante y el agua corriendo cuesta abajo pero en el medio de estas solo había un vacío. Pero presentía que algo estaba en el fondo. Luego de unos segundos me arme de valor y me disponía a seguir cuando tropecé con algo que rodo por el suelo. Busque por el suelo y encontré una linterna a gas metano. La tome comprobando que era antigua, muy antigua. Estaba quemada y algo oxidada. La agite y escuche como el líquido se balanceaba en su interior. La examine por cada rincón hasta que por unos laterales vi algo, unas letras. ¡Si, eso eran!

« Para… Ale… de mama… te quiero. Para Ale de mama, te quiero » puede leer entre el óxido quemado. « ¡Ale! ¿Quién es Ale? » La volví arrojar al suelo y seguí descendiendo a mi locura. Hasta que en medio de una de las escaleras pude leer A-B. Pintado limpiamente sobre el metal. Seguí descendiendo llegue a otro descanso y seguí bajando las escaleras, mientras lo hacía pude ver una puerta al final a la Izquierda y otra escalera a la derecha. Llegue al final de las escaleras me vire para seguir bajando pero me detuve al ver más escaleras y el agua correr por ellas. Al final había un descanso que tenía que seguir a la derecha y me imagine que me encontraría luego con otras escalares. Así que decidí no seguir bajando, ¡no por el momento!




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