Sentía la punta del cañón en mi barbilla y los golpes de esas criaturas en mi espalda. Me preparaba para hacer volar mi cabeza.
« ¡Kim! » Y la acción de apretar el gatillo se detuvo. ¿Dónde quedo el amor por mi hija? Puede que con mi suicidio todo termine para mí y puede que hasta halle paz del otro lado. Pero ¿y ella? ¡Qué hay de mi hija! Aun no sé si esta fuera de peligro. Esta con su mama pero ¿estoy seguro que es ella? ¿Y si es una ilusión de este lugar?
« ¡Tengo que asegurarme que mi hija este bien! »
- Luego de eso puedo volarme la cabeza si quiero. – Abrí los ojos y aleje el arma de mi barbilla.
« ¿Cómo salgo de acá? » había muchos clavos, un bate y una escopeta con un solo cartucho y que muy bien podría estar defectuoso. Volví a ver por debajo de la puerta efectivamente habían 4 pares de pies deformes en el pasillo pero no todos golpeaban la puerta, solo dos de ellos lo hacían y los otros dos estaban detrás de ellos esperando a unos metro o dos metros de distancia y puede que hubiera otra en la esquina o en el pasillo que no podía ver.
« ¡Es hora de salir de acá! » Me levante tome una docena de clavos del suelo, saque el cartucho de la escopeta y con el arma martille los clavos en la punta del bate hasta perforarlo y salieran por el otro lado hasta que la punta del bate quedo forrada de clavos que iban en todas direcciones. Cargue de nuevo el arma, pase la correa por mi hombro y me dispuse a esperar a que eso entrase.
« ¿Por qué esperar? » Si tenía razón ¿Por qué esperar? Así que camine a la puerta tome la perilla sin pensarlo mucho y abrí la puerta. Antes de que las dos criaturas se abalanzaran sobre mi tome la escopeta con rapidez, apunte y dispare directo a la cabeza. El sonido que produjo el cañón fue potente, sentí el retroceso del armar y vi como al otro lado las dos cabezas se abrían en dos como si le fuera disparado a una patilla madura y viscosa. La boca forrada de dientes que se abría mostrándolos desapareció en cuestiones de segundo y en su lugar solo quedo la parte de debajo de la mandíbula todo lo demás fue a dar a las paredes. La criatura se desplomo sin más y la que estaba atrás le volé media cara haciéndola retroceder un poco, aún estaba viva pero me dio suficiente espacio para salir al pasillo con el bate modificado en la mano. Mi padre trato siempre de enseñarme a batear pero aunque no lo recuerdo muy bien, sé que era un maldito borracho que le gustaba golpearme, le tenía miedo y bajo sus insultos nunca aprendí a batear pero siempre se puede aprender solo ¿No?
- ¡Espero estés viendo maldito cabron! – y comencé a destrozar los cráneos de toda criatura que se me atravesase. Sin darme de cuenta ya había derrumbado al primero a punta de batazos en la cabeza. Los cuerpos seguían moviéndose en el suelo, temblando en espasmos en medio de la sangre que se colaba por la rejilla de metal dejando los trozos de carne grisácea y palpitante como si fuera un colador. Cuando les golpeaba en la cabeza escuchaba como los huesos se facturaban y aun así los malditos seguían riendo cuando caían al suelo y yo les seguía golpeando hasta que la risa desaparecía en medio de los golpes y la sangre. Muchas veces el bate se quedaba atascado en las cabezas gracias a los clavos así que tenía que pisar las cabezas con mi pie para poder sacar el bate que se traía pedazos de carne y huesos clavados en los largos clavos y sin darme de cuenta tenía a 6 de esas criaturas con la cabeza destrozada tiradas por el pasillo sin aparente vida. Las paredes manchas y con pedazos de carne adherida a ellas al igual que mi bate y mi ropa.