ETHAN
Sus dedos tamborilean en su regazo, el nerviosismo es más que evidente en ella. Nuestros padres necesitaban tener una conversación en privado, hay ciertas cosas que deben arreglar antes de hablar con nosotros.
Nos encontramos sentados en el sofá, Sean está de pie al lado de Morgan.
—Cálmate— sujeto su mano y se suelta al instante.
—Es normal que esté ansiosa, llevan más de media hora ahí dentro.
Se pone de pie y empieza a caminar de un lado al otro. Me está volviendo loco de solo observarla.
—¿Puedes sentarte y esperar?
Me ignora por completo y sigue en lo suyo. De lado veo a Sean reír.
Maldito bastardo, disfruta la situación.
Segundos después, y para mi alivio, la voz de mi padre nos pide ingresar.
La observo avanzar y sentarse al lado de su padre en el sofá.
—¿Has escuchado hablar de los médium?
Papá se dirige únicamente a ella. Una mirada confusa por parte de la pelirroja es lo que obtiene antes de que responda.
—¿Se refiere a las personas que dicen hablar con los muertos?
—No en realidad—dice apoyando los codos en su escritorio—. Un médium va mucho más allá que eso. Tu madre era una, particularmente, muy especial.
—Leihla podía ver el aura de las personas—interviene mamá—incluso predecir la forma en la que iban a morir. Aprender a controlar un don como ese no es fácil, claro está. Aprendió mucho de Luán, el la ayudo a controlar sus emociones, de esa forma estas no la abrumarían y lograría concentrarse. Con el paso del tiempo las fue desarrollando aún más.
Morgan no pronuncia ni una sola palabra, solo deja que sigan hablando.
—Un don como ese, tiene peligros— mi madre toma asiento al frente de ella y la observa—. El poder siempre es el peor enemigo de la raza humana.
—Antiguamente se sacrificaban niños en rituales llevados a cabo por la hechicería negra. Eran usados como un tipo de ofrenda. Un acto despreciable si me lo preguntan. La primera vez que un incidente como ese se encontró por aquí fue hace diecisiete años, era un niño de tan solo ocho años de edad.
Los ojos de Morgan observan a mi madre atentamente.
—Tu madre encontró el cuerpo aquella vez, ella sabía que algo no estaba del todo bien. Hasta que lo vio, sus visiones nunca fallaban. Para cuando llegamos el cuerpo estaba tirado en el bosque, sus ojos habían sido retirados, tenía una herida profunda en la garganta y estaba atado de manos y pies.
—Tú eras solo una bebé en ese entonces, pero no una como cualquier otra. Esperábamos que con el paso del tiempo fueras igual o más poderosa que ella, sin embargo, había algo más en ti.
—No sabemos la historia completa o el motivo exacto—mi padre se pone de pie y avanza hasta quedar al lado de su esposa—. Pero ibas mostrando habilidades conforme crecías, Leihla solía decir que eras un milagro.
— Durante un largo tiempo todo parecía estar en calma, las muertes no volvieron a ser noticias por aquí y las cosas tomaban su propio camino. Pero tanta calma solo nos avecinaba una oscura tormenta.
— Tu primer incidente y el cuerpo encontrado en el bosque el mismo día no podían significar nada bueno. Ese también fue el día en el que desaparecieron, no volvimos a saber nada de ustedes durante cinco años y las muertes solo aumentaron desde entonces.
—Hemos estado investigando, averiguando quién o qué es lo que está detrás de todo esto, pero no tenemos nada concreto aún— la frustración se hace presente en mamá—. Encontrarte estuvo en mis prioridades desde el principio, eres única, Morgan. Si alguien puede ayudar a descifrar todo esto, eres tú.
Ninguna palabra abandona los labios de la chica por lo que parece una eternidad. Todos esperamos expectantes que diga algo, sin embargo, lo que suelta me parece increíble.
—Es una broma, ¿verdad?
La habitación se queda en silencio, su mirada escéptica se va desvaneciendo de a poco.
—Morgan— mi madre es la primera en hablar—yo sé que para ti todo esto puede sonar...
—¿Ilógico? —interrumpe y se pone de pie—. Se está escuchando, no perdón. Se están escuchando. Pretenden que crea que tengo dones—hace comillas con los dedos—. No soy ninguna chica marvel, por si no lo han notado.
Al parecer no tomo bien todo esto. Es comprensible.
—Pero tampoco eres la más normal de todas, ¿o sí?
Pretende responder, pero prosigo.
—Todo lo que ves, el no poder recordar nada antes de llegar a ese pueblo, te parece normal— su mirada se desvía hacia su padre y parece debatir internamente— tus poderes están dormidos, pero no será así por mucho tiempo.
—Bloquearon tus recuerdos—habla Sean—. La magia que usaron para lograrlo es muy poderosa si funcionó en ti, pero encontraremos a alguien que pueda ayudar con ello.
—Yo no... — se queda en silencio y parece recordar algo —¿el último cuerpo que encontraron fue hace 6 meses?
Mi madre asiente en respuesta con pesar. Eso parece activar algo en ella.
—Las muertes que vi, todas ellas, no eran simples pesadillas, ¿cierto? Eran reales— se deja caer en el sofá y respira pesadamente.
Las lágrimas amenazan con salir, su mirada observa a cada persona en la habitación y parece empezar a aceptar la realidad.
—Buscaremos la forma de que aprendas a usar y controlar tus poderes— habla papá—. Esto no debe ser fácil de asimilar para una chica de tu edad, sin embargo, necesitamos de ti. Cosas peores se aproximan y eres la única que puede frenar todo ello. Eres nuestra única opción.
—¿Qué pasará si no lo logro? —murmura —. Y si al final no consigo controlarme. Yo la escuché—se acomoda el mechón de cabello que cae por su rostro y continúa—. Ella lo dijo claramente, llegará el momento de dejarme consumir por la oscuridad.
¿Ella?
—Eso no pasará—afirma su padre —. Tienes mucho de tu madre en ti, hicimos todo esto pensando que sería lo mejor, creímos que quizás si eras ajena a este mundo estarías fuera de peligro. pero nos equivocamos. Lo siento, cariño.
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Editado: 31.10.2020