CAPÍTULO 10 ☪️

ETHAN

Mi visión empieza a nublarse por el dolor, siento mi pulso decaer, esto no  es normal, no en mí. Se supone que ya debería sanar.

—El poder de curación de un licántropo es fuerte —informa Erick —, pero esta daga en especial contiene un veneno tan poderoso que solo tomará un par de horas para acabar con él.

Eso lo explica todo, maldito bastardo, pero esto no se quedará así. Gimo de dolor sin poder evitarlo, Morgan y mi madre me observan con preocupación.

—Que dices niña, seguimos experimentando con él— acerca el objeto afilado una vez más, pero el impacto nunca llega.

—Para — su voz es firme cuando habla, su mirada fria, sin emociones en el rostro.

—Morgan..— susurro, ella sigue concentrada en él, nunca aparta la mirada.

—Suéltala —ordena, Erick parece debatir internamente pero cede. No puedo creer lo que estoy viendo.

Mamá observa la escena igual de impactada que yo, se mantiene de pie a unos metros detrás de ella.

—Quiero que te vallas. Llévate a toda tu manada y no vuelvas, escuchaste —el asiente, parece uno de esos robots programados que manejas a tu antojo— Ahora.

Obedece y su cuerpo abandona el pasillo sin mirar atrás.

Siento la sangre salir sin detenerse mi mano presiona la herida, pero es inútil. Sntes de perder la razón observo el cuerpo de Morgan impactar contra el piso.

                                            🌒
 

Despierto y un quejido de dolor es lo primero que emito cuando trato de sentarme en la cama. 

Carajo.

Mi torso se encuentra vendado. Y duele como no imaginan.  El proceso de curación está demorando.

A duras penas consigo sentarme y escucho la puerta abrise. Observo a cierta pelirroja ingresar.

—¿Qué haces? —pregunta preocupada, sostiene una bandeja con comida y la deja en la mesita de noche antes de ayudarme.

—Se supone que despertarías en un par de horas más —sus ojos me observan y se quedá de pie sin saber que decir.

Aún recuerdo como sus ojos pasaron de azul a rojos en un parpadeo, la frialdad en su rostro cuando hizo que Erick la obedeciera, Fue fascinante verla en ese estado aunque también algo inquietante, no parecía ella, no vi ese brillo en su mirada, era otra chica.

—¿Cómo estás?

Una risa abandona sus labios y no puedo dejar de mirarla, es hermosa.

—¿Eres tú el que casi muere y te interesa saber cómo estoy yo?

Acomoda un mechón de cabello en silencio.

—Si mal no recuerdo fuiste tú la que me salvó — respondo—. Supongo que perderme hubiese sido muy doloroso para ti — intento hacerla reir, pero solo consigo que ponga los ojos en blanco.

—¿Cómo hiciste eso, Morgan?

Aparta la mirada y se queda en silencio. Es algo de lo que tendrá que hablar tarde o temprano, no quiero presionarla, pero me causa curiosidad saberlo. Es decir a quien no, cualquiera en mi lugar preguntaría lo mismo.

—Esperaba que no lo recordaras.

—Pasó hace como un año —comieza —. No era la más popular en la preparatoria por razones obvias, el único que estaba conmigo era Jaden — odio escuchar su nombre, espero no volver a verlo —. Solía regresar con él a casa, pero ese dia en especial quise estar sola, lo cual no fue para nada una buena decisión.

Se acerca a la ventana y observo su perfil, el cabello suelto le llega hasta la cintura, lleva un suéter y jean negro junto con unas botas color marrón.

—Caminaba sola, hasta que los escuché. Unos chicos de la escuela me estaban siguiendo, entre ellos estaba una chica. No los conocía del todo, pero por su actitud preferí ignorarlos. Uno de ellos me tomó del brazo haciendo que los observara y empezaron a comentar entre ellos, a preguntarme si era cierto que estaba loca, insinuaban que quizá mi padre abusaba de mi, que me drogaba — su voz se apaga, siento pena por ella y rabia por no haber estado ahí para defenderla.

Demoré mucho en encontrarla, la dejé sola. 

Ella no.merecía nada de eso.

—Intentaba permanecer calmada, eso solo les molesto aún más, la chica intentó golpearme y fue ahí cuando sucedio, mi paciencia desapareció. Estaba tan enojada, mi mente se nubló, no sabía lo que estaba haciendo hasta que hablé y su brazo quedo suspendido en el aire. Los chicos a su lado solo me observaban sin decir nada —se abraza a si misma y continúa —. No sabia que era lo que había hecho hasta que sus ojos cambiaron, eran rojos. Estabamos a un lado de la carretera y le ordene que caminara en dirección a ella. Sin pensarlo dos veces lo hizo, sus amigos intentaron pararla, le gritaban que no lo hiciera pero ella siguio mi orden —no digo nada y solo dejo que siga hablando—. Un carro se aproximó y el sonido del claxon se escuchaba cada vez más fuerte, yo... yo no hice nada para detenerla —solloza — su amigo fue más rápido y logró apartarla a tiempo.
Yo solo me fui de ahí, no podia creer como fui capaz de hacer eso.

Encuentro su mirada cuando voltea y me desttoza verla así, las lágrimas corren por su rostro, su nariz empieza a enrojecerce. Luce tan indefensa.

Quiero consolarla, pero no encuentro las palabras correctas para hacerlo.

—¿Sabes que es lo peor? Yo lo disfrutaba. Disfruté controlarla, no sentia pena o culpa, por lo menos no mientras lo hacía, mi inconsiente me repetía que se lo merecía.

—A veces podemos sacar lo peor de nosotros a la luz, pero eso no define quienes somos en realidad. Estabas enojada y no sabías controlarte.

—¡Estuve a punto de matar a una persona, Ethan! Tú sigues creyendo que soy una buena persona y la realidad es que no lo soy.

— Me salvaste. Tú lo hiciste, pudiste huir y dejarnos tirados, pero no, te quedaste. Aún con el peligro de por medio sigues aquí.

—¿Y que consegui? Casi mueres, estan en peligro por culpa mía. No los quiere a ustedes, matarlos  no le importará. No soportaría que algo les pase solo por intentar protegerme.

—Dije que te protegería y eso haré, sin importar que —aseguro —. Tú aún no lo entiendes, hermosa, pero es algo que no puedo evitar. Aunque tenga que dar mi vida por la tuya, para mantenerte a salvo, lo haré.