Oscuridad

2 - Alara y Shin – 2

Alara miró al capitán para sentir a Mirana parada entre ellos mientras odiaba sus ajustados pantalones. Detrás estaba Shia con los pies apoyados en una consola. Estaban con la tripulación mínima, ya que sus amigos estaban ocupados en la Joya. Ambas estaban hablando con Shin sobre el estado del templo. Artrisa estaba con sus amigos mandalorianos trabajando de coordinadora y exploradora, ya que conocía bastante bien el planeta. La hiperlane siempre era hermosa, pero ella estaba feliz con mirar a su prometido.
“Shin… Quiero dejes crecer tu barba.” Dijo para interrumpir la charla.
“Eh, yo también quiero ver esa barba.” Aportó divertida la mandaloriana.
“No sé…” Dijo al aire Mirana.
“A Miri le gusta tu estilo imperial, alor.”
“Si mi prometida lo pide…” Dijo sonriente Shin. “¿Estás bien?”
“Sí… No te preocupes.” Dijo apenada Alara. “Esta vez solo te ataqué…”
“Pequeños pasos, preciosa.” Dijo sonriente el capitán.
“No quiero estar del otro lado de tu ira, Ali.” Dijo pensante Shia. “Tu prometido me enseñó esa lección también…”
“Ella tenía problemas con su orgullo más que nada, se volvía loca cuando alguien era más poderoso que ella.” Dijo divertida Mirana. “Hasta usó un misil antiaéreo para atacarlo.”
“Ahora disfruto mucho más de las peleas.” Dijo contenta Shia.
“Así son las mandalorianas tiernas como ella.” Dijo con malicia Mirana.
“Ah, entiendo. Tú haces algo distinto, Miri.” Dijo pensante Alara. “Siento que… sueltas tu mente para pelear.”
“Tu prometido me enseñó a no pensar tanto…” Dijo sonriente la guarda.
“Eh… entrenabas a tus novias también…” Dijo celosa Alara mientras se tiraba sobre él.
“Es un gran maestro.” Dijo con malicia Shia. “Especialmente las lecciones en la ducha luego de una larga mañana en el dojo.”
“Ahora sabes pelear decentemente, Shia. Deberías estar agradecida.” Dijo divertida Mirana.
“Él recibió todo mi… agradecimiento.” Dijo con malicia la mandaloriana.
“Tus amigas son muy sucias…” Dijo divertida Alara mientras miraba a su prometido.
“Así son… Mi prometida es fantástica.” Dijo divertido mientras la apretaba. “Está encantada de vivir entre mis brazos.”
“Todavía se sonroja cuando la manoseas, Shin…” Dijo divertida Shia. “No quiero imaginarme cuando la…”
“Cierra la boca…” Dijo al aire Mirana. “Hay una línea, Shia.”
“Perdón, me gustan mucho nuestras charlas sucias…” Respondió divertida. “¿Cómo vamos a hacer esto?”
“Según Artrisa, este sith está asegurando lo que solía ser de Xania en nombre de su maestro.” Dijo pensante Shin. “Ese sería Darth Luthien Monagarch, pero aprenderemos los detalles en el planeta. Creo que podría aparecer con mi máscara a esparcir terror mientras ustedes se escabullen con la ayuda de mi hermosa prometida.”
“Simple y conciso, me agrada.” Dijo al aire Mirana.
“Espero poder dispararle a algo. Tu planeta es demasiado pacífico para una mandaloriana como yo.” Dijo divertida Shia. “Tal vez le haga cosquillas a Ali para que falle su técnica…”
“Yo conozco sus puntos débiles…” Dijo jocoso Shin.
Alara sonrió divertida.
“¿Por qué quieres sembrar terror?” Preguntó con curiosidad. “No te estoy juzgando, solo…”
“Es la manera más simple y menos… violenta.” Dijo pensante Shin. “No sé cómo afectará lo que pasó con el Canciller. Por lo que sé ahora todos conocen mi nombre…”
“Por eso se estaba quejando Hussan el otro día…” Dijo al aire Mirana.
“Entiendo, al final hizo lo…” Empezó pensante Alara.
“¿Inmoral? Solo puso en peligro a mis padres…” Interrumpió sonriente Shin. “Tiene suerte de que a mi prometida no le gusta la violencia.”
“No te preocupes por ellos, están bien cuidados y esos mercenarios ya informaron al resto de que no hay que trabajar en Kyros-4.” Dijo contenta Shia. “Vera ha estado ocupada estos días…”
“Ahora que tenemos el clan de tu amiga en el planeta todo es más seguro que antes.” Dijo divertida Mirana.
“Erdos es mejor que yo para este tipo de negociaciones, por eso quería casarme con tu novio, Ali. Sería un gran líder.” Dijo jocosa Shia.
“Es un gran líder, el de los Grises.” Dijo celosa Alara. “No vas a ser Mandalore, ¿me escuchaste?”
“Erdos dice que va a retarme a un duelo para ganarse mi máscara.” Dijo pensante Shin.
“Eh, están complicados, alor. Habría que preguntarle a alguno del Credo si hay algún recoveco que no involucre combate.” Dijo pensante Shia.
“Yo quiero conocer a uno del Credo.” Dijo pensante Alara.
“Esos fanáticos nunca se quitan el casco. Ella me dice mugrienta a mí…” Dijo jocosa Shia.
“Increíble…” Dijo al aire Mirana.
“Su código es formidable y de ahí sacamos nuestras costumbres, pero… No sé, sus hijos no conocen sus caras y tienen una idea extraña de fraternidad y comunidad. No es para todos.” Dijo al aire Shia.
Alara sonrió al ver la hiperlane desaparecer para encontrarse con Malaris. El planeta era verde y tenía vastos océanos. Su satélite era pequeño y tuvieron que escabullirse de una patrulla del Imperio. Shin era un gran piloto y mientras ellas miraban una extraña pirámide iba contando un poco del planeta.
“Bienvenidas a Malaris. Planeta hogar de la Academia Hanshu y base central de Xania. Exportaciones: Alimentos, armas y droides. Importaciones: Metales y baterías.” Dijo jocoso Shin. “Esa pirámide es el edificio principal del templo. Ahora se siente distinto, pero era uno de los lugares más oscuros del espacio sith.”
“¿Por lo que hiciste con… Xania?” Preguntó con curiosidad Alara mientras volvía a su asiento.
“Exactamente, Xania obtuvo el poder del lado oscuro al atarse a este y otros planetas.” Dijo pensante Shin. “Así empezó su carrera en la Orden, era un sacrificio para darle más poder a su maestro. Su orgullo y personalidad ataron el poder del lado oscuro a ella en lugar de usarla como médium. Ahí se convirtió en la pupila y empezó a recorrer el camino Sith, ganando más poder con cada planeta que ataba a ella.”
“¿Por eso era tan poderosa?” Preguntó sorprendida Mirana.
“Exactamente, la desconecté de estos lugares. Ahora son oscuros, pero solo por naturaleza.” Dijo pensante Shin. “Su gigantesca prisión ahora está vacía. Usaba a sus prisioneros para intentar matarme al prometerles libertad y poder…”
“Es difícil ser un sith…” Dijo pensante Alara.
“Yo estaba en una posición extraña, ya que era poderoso y estaba en el medio de todos sus asuntos. Sus intentos por matarme me hicieron más fuerte hasta el punto de que… bueno, tú viste la pelea. Al final solo estaba buscando el momento apropiado para deshacerme de ellos.” Dijo sonriente Shin.
“No me gusta que hables así…” Dijo apenada Alara.
“Necesito ser honesto, tesoro.” Respondió sonriente Shin. “Ahora solo quiero casarme contigo.”
“No me endulces con tus palabras.” Dijo divertida Alara.
Artrisa apreció en un monitor para saludarlos.
“Bienvenidos. Shin, las coordenadas ya deberían estar en la nave.” Dijo con seriedad la tiradora. “Los mandalorianos están… siendo mandalorianos.” Agregó mirando hacia un lado.
“Estaba paseando a las chicas, es su primera vez en el planeta. Nos vemos en un rato.” Respondió sonriente Shin.
“Entendido, cambio y fuera…” Dijo con cuidado Artrisa. “Te… estaré esperando.”
La chiss desapareció al instante.
“La estás ablandado, alor…” Dijo divertida Shia. “Antes solo…”
“Shia…” Dijo ofuscada Mirana.
“Lo sé, estaba por detenerme.” Dijo jocosa la mandaloriana. “Somos muy animados para ella.”
Alara estaba mirando el mapa mientras pensaba en sus amigos.



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Editado: 13.09.2023

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