No todo era como es ahora, de hecho solo una mínima parte de la civilización de hace dos mil años existe todavía. Vemos y no vemos la realidad. Las huellas en los arboles nos revelan lo que paso, es como un cuento, un hermoso y armonioso cuento que estamos en la obligación de escuchar, de aprender.
Pienso en las palabras del profesor Rochester mientras camino entre los arboles del bosque. Es un lugar hermoso, es casi mágico.
Trato de descifrar que cuento me pueden contar, que historias habrán presenciado estos árboles.
Siempre me ha encantado la naturaleza, los animales, las plantas, todo. Pero siempre había estado enfocada en la belleza de la isla Deméter Perséfone, siempre viendo las flores y los arboles de todos los colores, nunca viendo lo que el Bosque de Gea tiene para brindar, con sus majestuosos y enormes árboles, es una belleza, casi como si hacer una tranquila casita aquí fuera posible.
-Bueno, tendrían que hacerte pagar muy caro si cortas árboles para hacer una casa –Doy un salto en mi lugar y paseo la mirada alrededor. En un árbol, como parece ser su costumbre, Xander está sentado.
-Soy consciente de que no puedo hacerlo -¿Me cree ignorante? Y a todas estas ¿Por qué entra en mi mente?
-No lo sé, es divertido, no es como las demás -¿Qué cosa?
-¿Cómo? No lo capto.
-Tu mente, no es como las demás. Es… pura
-Casi pareces aterrado de la palabra –Me mofo. Su ceño se frunce y me observa detenidamente. Casi podría jurar que es un intento de intimidarme.
-No lo estoy, muy pocas cosas me aterran –Algo sombrío cruza por su rostro porque sus ojos se vuelven aún más oscuros, como si eso fuera posible.
-Si bueno, eso está bien -¿Eso está bien? ¡¿Que pasa conmigo?! Eso ni siquiera tiene algo que ver con lo que estamos hablando- Me refiero a que
-Sí, está bien. Lo capto. Tener miedo es normal –Asegura y se baja del árbol. Camina hasta mí y de pronto soy consciente de que algo frio me envuelve. Un frio agradable- ¿Qué te parece si ya estas fascinada con el bosque damos un paseo? –Me ofrece su mano y es como estar hipnotizada porque contra todo lo que me han dicho yo tomo su mano y comenzamos a caminar.
Si Jackeline me viera ahora seguro me mata. Lenta y dolorosamente. Pero no me importaría en este momento, esto se siente como lo que debería estar haciendo, no se siente como estar fuera de lugar, es como estar donde pertenezco.
Ir tomada de la mano de Xander no se siente incómodo, o algo que vaya a ponerme en peligro, es más como ir envuelta en un manto protector.
No sé qué me tiene más distraída, si observar al chico que me lleva de la mano o lo que mis ojos ven cuando estamos más internados en el bosque.
Una gris, enorme y hermosa cascada se ve entre tantos árboles. Enormes piedras que parecen de color gris, apiladas una sobre otras, dan un aspectos rustico, como algo antiguo que contrasta con el agua cayendo de la cima. Es casi como observar una pelea entre el agua y la tierra. La manera en la que el agua cae violentamente golpeando las rocas de abajo es fascinante. Todo un derroche de violencia y magnificencia.
-Ya veo que te agrada –Su comentario me hace caer en cuenta de que ha estado leyendo mis pensamientos. Siento la necesidad de sonrojarme porque yo estaba pensando en cómo se siente ir tomada de su mano.
Él se ríe, de verdad se ríe con ganas y pronto su mano ya no está en torno a la mía.
-Eres rara –Ladea su cabeza y me observa con curiosidad. Quiero señalarle que no soy rara, soy alguien normal dentro de lo que cabe destacar, pero me mantengo en silencio- Estar en silencio no siempre es fácil, ¿Sabes?
-¿Podrías dejar de hacer eso? Casi se siente como si penetraras en mi –Encarna una ceja mientras me mira y yo me sonrojo furiosamente- No es lo que quise decir… es decir, si quise decir eso, pero… -Aparto la vista avergonzada- escogí mal las palabras –Pierdo la vista entre el verde del paisaje, intentando ocultar la vergüenza.
-No quieres que lea tu mente –Asiento sin poder mirarlo ¡Qué vergüenza!- Creí que las personas querían que los entendieran, por eso lo hago.
-No me interesa que me entiendas de esa manera –Susurro avergonzada. Sus manos toman mi rostro y hace que lo observe. Violeta contra negro. Siento la necesidad de apartarme.
-Lamento mucho si te incomoda, no lo hare de nuevo –Me observa por un momento que se hace eterno. Sus ojos negros refulgen mientras me observa y luego aparta sus manos de mi rostro- Creo que ya estamos a mano.
-¿En qué?
-Ya hiciste algo por mí. Puedes irte –Impresionada e indignada de que prácticamente me esté echando me doy la vuelta y comienzo a caminar de regreso al imperio, pero me detengo sabiendo que todavía puede oírme.