Aún permanezco en silencio, no me apetece hablar. Siento que las cosas se están saliendo de control. Mi cuerpo se siente débil, se que ella lo esta, la conexión me permite sentir parte de su agonía. Duele. Duele como el infierno el hecho de que este muriendo y yo no pueda salvarla.
—Estamos listas para proceder —anunciaron las sagradas.
Kylie asintió decidida, estaba sentada en un sillón reclinable aun lado de Maddie, que seguía inconciente en su cama.
—Èist riinn beannachdan bhon taobh a-muigh... ar comas coisrigte a dh'fheumas sinn a chleachdadh, an t-aonar lag a tha taobh a-staigh na h-ìghne, leigidh sinn saorsa agus gluaisidh sinn a dh'ionnsaigh corp a piuthar.
Las sagradas brujas murmuraban palabras incomprensibles que solo Melissa parecía entender. Ambas palmas de sus manos apuntaban hacía Maddie, un aura verde emanaba de ellas.
Su cuerpo comenzó a retorcerse de forma involuntaria, su boca se abrió emitiendo un chillido agudo, no dejaba de moverse de un lado a otro.
—¡Le están haciendo daño! —bramé.
Quise detenerlas pero Cameron me detuvo.
—Es por su bien Mathías. Ella no esta sufriendo, es el amorfo.
Intente relajarme pero es difícil cuando la persona que amas grita como si estuvieran lastimandola y tu no puedes hacer nada. Las brujas seguían murmurando palabras incongruentes pero nada parecía funcionar. Kylie permanecía con los ojos cerrados intentando no mirar como se retorcia su hermana.
—Se esta resistiendo —sus palmas ya no emitían el característico brillo esmeralda—, el poder que le fue otorgado de Liana provoco que adsorviera a Maddison mucho más rápido, si lo sacamos a la fuerza podríamos dañarla.
—¡¿Que hacemos?! Ya no queda tiempo y... ¡Ah! —me queje al sentir un fuerte dolor en mi pecho que me impedía respirar.
—¡Mathías!
Cameron me sostuvo antes de que mi cuerpo cayera. Mi garganta se cerraba poco a poco y sentía como el aire se me acababa.
—Eli... mi... nenlo... —supliqué en un ultimo aliento.
—¡Mathías! Mathías resiste por favor, ella te necesita.
—¡¿Que hacemos maldición?!
Escuchaba sus voces desesperadas. Ya no había tiempo. El dolor se hacía cada vez más fuerte, la estaba perdiendo.
—Digannos que opción tomaran, debemos actuar ya.
—Mathías tiene razón... ¡Eliminenlo es la única opción!
Pude ver como las sagradas asentían hacía Cameron y volvían hacía Maddie. Mi visión se volvió borrosa, solo podía escucharlos a todos.
—¡Leis a 'chumhachd a tha air a thoirt dhuinn, bidh sinn a' dol air adhart gu do chrìochan!
—Aah —un grito ahogado escapo de mi pecho. Mi respiración volvía a la normalidad pero aún seguía débil y no podía ver con claridad.
Cerré los ojos dejándome llevar. Ya no podía escuchar nada.
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***Maddison***
Estoy despierta, pero aún no e abierto mis ojos. Tengo miedo. No quiero abrirlos y encontrarme con la oscuridad de nuevo.
No escucho ruidos, todo esta en completo silencio. Respiro y cuento hasta tres.
Uno.
Dos.
Tres.
Abro mis párpados lentamente, la luz me da de lleno en el rostro. Sonrio. ¡Estoy de vuelta! Observo mi alrededor, estoy sola en mi habitación, intento levantarme de la cama pero mi cuerpo sigue adolorido.
—¡Auch! —me quejo.
La puerta se abre de golpe mostrando dos pares de ojos.
—Hola chicos —murmuro con la garganta seca.
Cam y Lissa se acercan a abrazarme, mis ojos se humedecen al tenerlos frente a mi nuevamente. Me siento libre. Se que ella ya no esta dentro de mi.
—Te extrañe tanto —habló con voz rota mi mejor amigo.
—Y yo a ti —me escondí en su pecho humedeciendo su remera—, a ambos —dije separándome y abrazando a Lissa.
—Hay alguien que quiere verte.
Sonreí como tonta esperando que Mathías entrara.
—Pasa de una vez Kylie.
¿Kylie?...
Mis ojos se abrieron impactados al verla en el marco de la puerta, era idéntica a mi. No pude soportarlo y deje que las lágrimas salieran. Ky —como solía decirle cuando eramos pequeñas— se acerco a mi y me envolvió en sus calidos brazos, podía sentir mi hombro húmedo.
—Lo siento, lo siento. Fui una tonta, te falle... por favor perdoname Maddie... necesito que me perdones.
—Tu... estás aquí —sonreí invadida por la felicidad— y eso es más que suficiente. No tengo nada que perdonarte Ky.
Limpie mis lágrimas de felicidad y observé a los chicos. Eran mi familia. Todo era perfecto ahora. Tenía a mi manada, mis amigos y ahora a mi hermana... pero algo me faltaba.
—¿Donde esta? Quiero verlo.
—Iré a buscarlo —anuncio Cam saliendo de la habitación.
Segundos después la puerta volvió a abrirse, el rubio venía acompañado de tres espectros con capa... las sagradas brujas —hacía tanto que no las veía—, y Mathías.
Busque su mirada pero el observaba un punto fijo en el suelo. Esto no me estaba gustando.
—Nos alegra que hallas despertado alfa Maddison.
Asentí a la espera de que continuaran.
—Como sabrás el amorfo tomo el control de tu cuerpo sin que pudieras hacer algo al respecto —volví a asentir—, veras, Liana la exbruja de la manada creó un hechizo en el que dió su vida a cambio de que su poder fuera dado al amorfo. Es por eso que se hizo tan fuerte. Hay algo más que debes saber...
—Maddie —observé sus oscuros ojos, llenos de culpa—... tu estabas muriendo y te juro que buscamos otra forma pero no funciono...
—¿Qué esta pasando? —pregunté asustada al ver como todos guardaban silencio.
—Maddie tu... ya no puedes transformarte en lobo —sentí como si un balde de agua fría cayera sobre mi—. Al destruir al amorfo este ya había absorbido parte de tus genes como licantropo.
—Te hicimos un escaner y aun conservas la visión, olfato, y oído de un lobo. Tus ojos seguirán cambiando de color cuando te enojes, vivirás por muchos, pero ya no te transformarás en luna llena o podrás correr a grandes kilómetros.