Oscuridad de lobos

Capítulo 9:

Reí ante su amenaza, ¿Acaso había olvidado con quien estaba hablando?

—No me provoques Liana. No sabes de lo que soy capaz.

—¡¿Porque te importa tanto?! Dijiste que no lo querías. ¡Incluso lo rechazaste!

Ni siquiera yo lo sabía. Aún no entendía porque me importaba. Pero lo hacía.

—¡No es tu maldito problema!

—¡Si que lo es! Mientras él este incluido en esto yo también lo estaré.

—¿Ahora eres su defensora? ¡¿En que momento paso todo esto?!... Dime la verdad Liana, ¿Te gusta cierto?

Sin temor alguno se lleno de coraje y respondió sin apartar su mirada de la mía.

—Si.

—¡Eres una...! —sujeté su cuello y la acorralé contra la pared, mis uñas se alargaron en pequeñas garras, sabía que mis ojos estaban de un amarillo brillante. Mi lado salvaje intentaba dominarme.

Y por una vez... me deje llevar.

—No quiero verte cerca de él. ¡Entediste! —grité. La perilla de la puerta se movía frenéticamente seguida de golpes y suplicas de Mathías.

—Su...el..tame —musitó. Mis garras intensificaban su agarre, rasgando su piel lentamente.

La puerta se abrió de golpe, interrumpiendome.

—¡Sueltala! —bramó un alterado Mathías.

Bastaron unos simples segundos para que la morena aprovechara mi distracción y se teletrasnportara lejos de mis garras, a su lado.

—¡Maddison vasta! Dejala en paz no le hagas daño por favor—suplicó sosteniéndola, mientras me miraba fijamente—... haré lo que quieras, por favor...

Lo que quiera...

Cerré mis ojos e intente controlarme. Debía tomar el control nuevamente.

—De acuerdo —hablé más calmada.

Abandone la habitación dejándolos solos.

—Busca un doctor y llevalo a mi oficina Liana necesita ayuda. ¡Ahora! —la empleada asintió nerviosa y fue en busca de ayuda.

Aún tenía mucho trabajo por hacer así que decidí alcanzar a Dylan en el pueblo. Luego me encargaría de Mathías; Liana estaba tan equivocada al pensar que podría estar con el...

Por alguna razón no podía apartar su recuerdo de mi mente, cuando esos oscuros ojos me miraron suplicando detenerme. Nunca nadie fue capaz de apaciguar la oscuridad que llevo dentro... pero, con el fue diferente.

Liana le debe su vida, de no ser por Mathías estaría muerta en estos momentos.


* * * * * *

Regresé a casa tras un arduo día de trabajo, los alrededores de la manada se encontraban protegidos bajo un hechizo, de esta forma ningún lobo saldría o entraría estando transformado. Solo restaban noventa y seis hora para la luna llena.

—Dylan —hablé—, llama a Mathías.

Mi beta fue en busca del castaño, minutos después sentí su olor del otro lado de la puerta.

—Aquí me tienes —musito con rabia.

—Siéntate —pedí, ambos estabamos frente a frente, solo nos separaba una pequeña mesa en medio de ambos muebles.

—¿Que debo hacer?. La dejaste vivir, ahora es mi turno de cumplir.

—¿Como esta ella? —pregunté con arrogancia.

—¡Ja! ¡¿Ahora te importa?! ¡Después de que casi la matas! —gritó golpeando la mesa, formando una grieta en el cristal—... creí que eras su amiga.

—Los amigos no existen Mathías, son algo momentáneo al final siempre estaremos solos.

—Ella te consideraba su amiga...

—Que ilusa fué... ¿En serio no lo ves? ¡Le gustas!

—¡¿Y si es así que?! Es mi problema, tu y yo no somos nada.

—Eso es lo que crees. Por alguna razón aún estoy conectada a ti, puedo sentir lo que tu sientes... no sé como lo haces, pero mis impulsos me obligan a tenerte cerca de mí, eres el único capaz de ayudarme.

—Eso no puede ser cierto, no, ya no siento nada por ti.

—Las cosas han cambiado Mathías.

—¿Q-Que quieres decir con eso?

—Ahora eres mío —murmuré dejando que la oscuridad tomara el control en mí de nuevo.

 




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