Oscuridad de lobos

Capítulo 11:

***Maddison***

—Dejame en paz, ¿Qué es lo que quieres de mi? ¡¿Qué?! ¡Dime! —pedí alterada, ella estaba frente a mí, manifestándose en mis sueños.

Siempre lo hacía cuando la luna llena se aproximaba, pero esta vez era diferente.

—Sabes que es lo que quiero —musitó calmada. Para ella verme sufrir era un simple juego.

—El no nos ama, ¡Debes entenderlo!

—¡Todo es tu maldita culpa! Si no lo hubieses rechazado... —sus brillantes ojos amarillos me observaban llenos de ira.

—Calmate, no todo esta perdido, solo debemos encontrar una manera. Dame un poco de tiempo.

—Tienes setenta y dos horas antes de que sea luna llena. Si no haces algo tomare el control... y no habrá vuelta atrás cuando lo haga.

—¡No puedes hacer eso!

Ignorandome siguió su camino hasta perderse nuevamente en la oscuridad.

Esto no podía estar pasándome, no, no a mi.

—¡No! —grité removiendome en la cama. Mi respiración era agitada y una capa de sudor cubría mi frente.

Escondí mi cabeza entre mis piernas y lloré, lloré intentando liberar todo el dolor que sentía. Cada vez resultaba mas difícil controlar mi oscuridad.

—Maddison... ¿Estas bien? —preguntaron del otro lado de la puerta.

Mathías.

Había olvidado por completo que estaba al lado.

Me levante de la cama y abrí la puerta. —Si, no pasa nada —afirme limpiando mis lágrimas.

—De acuerdo —asintió lentamente dispuesto a volver a su habitación.

—Mathías —llame.

—¿Si?

—¿Podrías... abrazarme?... por favor—supliqué.

Me observo dudoso por unos segundos. Debía suponer que se negaría, y si quería arreglar las cosas con el no podía presionarlo.

—Tranquilo, no voy a... —envolvió sus brazos a mi alrededor y me apego a él. Sentí su aroma por unos cortos instantes antes de que se alejara de mi.

—Esto no cambia nada —murmuró antes de entrar en su habitación.

Eso creía el, pues ese simple acto cambió muchas cosas.

* * * * * *

—Dylan asegurate de que Liana y Mathías no tengan contacto—ordené.

Mi beta asintió y se despidió de mi. Estaba decidida a buscar respuestas y sabía donde encontrarlas.

—Maddie, ya estoy aquí.

Corrí hacía el y lo estreche en mis brazos. —Cam debes ayudarme, esto esta fuera de control.

—Tranquila, todo estará bien. Estuvimos buscando información.

Asentí intentando calmarme. Mi pulso era acelerado, sentía que cada vez quedaba menos tiempo

—Bien no perdamos tiempo.

Cameron se adelanto y hecho a correr, tonto, no puedes ganarle a un licantropo. Corrí tras el utilizando mi velocidad lobuna. Nos detuvimos en el límite de la manada.

La casa de Cam y territorio de los vampiros del norte se encontraba del otro lado del lago a unos metros.

—Malissa llevanos a casa —habló a la nada. Pronto los árboles y el lago desaparecieron, siendo reemplazados por repisas de libros.

—Es bueno verte por aquí Maddison —saludo Malissa, bruja de la familia vampirica y "amiga" de mi amigo. Ambos se negaban a aceptar lo que sentían.

—Pienso lo mismo, hace mucho no venía —respondí.

—Bien no perdamos mas tiempo —habló Cam— Mel muestrale lo que encontramos.

La pelirroja tomo uno de los libros que estaban en las repisas y lo tendió en la mesa.

—Maddison tu caso es muy especial, es algo que nunca antes se había visto. Estuvimos buscando por largos ratos hasta que encontramos esto.

Conexiones infinitas... Se dice que hace mucho, existieron conexiones entre mates incapaces de romperse, hay quienes cuentan que hubo lobos que reencarnaron en cuerpos diferentes y aún a sí su conexión siguió intacta.

 




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