Oscuridad en tu mirada

CAPITULO 9

"EN CUALQUIER INSTANTE, EL CORAZON NOS TRAICIONA"

 

CAPITULO 9

 

ELLE WALTON

 

El tiempo pasa por nuestro lado, sin medir sentimientos o dolor, somos dueños de nuestro destino, pero a la vez no lo somos porque el ciclo de vida está escrito sin poderlo evitar. Me encuentro mirando al doctor Evan sin ninguna expresión, mi padre sostiene mi mano con fuerza.

—Señorita Elle, quedan menos de dos semanas para que se proceda a hacer la cirugía, necesitamos hacer algunos chequeos antes, así que tendrá que venir algunos días a realizarlos. Recuerde que no puede realizar actividad física y mucho menos emocional, su corazón no podría soportarlo —comentó el doctor.

No veo el motivo de mis emociones, así que no creo que tenga problemas. Aparte de discutir con Aarón, no tengo otro pasatiempo emocional.

—Evan ¿mi hija puede lograr salvarse con la cirugía? —preguntó mi padre preocupado con el ceño fruncido y arrugado.

—¿Qué tal si esperas afuera, Elle? Necesito hablar con tu padre.

—Claro —respondí y salí del consultorio.

Cerré la puerta, pero aun así se escuchaba la conversación claramente, así que pego mi oído.

—Ahora que no está Elle, puedo decirte la verdad, David, —sentenció el doctor, inspire hondo —, La cirugía tiene una probabilidad de riesgo de cuarenta por ciento. He revisado los números y su corazón está empeorando cada día. Tendrás que prepararte para lo peor.

—Entiendo, Evan —papá suspiró fuerte.

—Haremos todo lo posible para que sobreviva, David. Me encargaré yo mismo de la cirugía, estará en manos de los mejores médicos de este hospital.

—Está bien, si no hay nada más, me retiro —expresó, escucho el ruido de la silla y me alejo de la puerta.

Contengo mis lágrimas, sabía que esto sucedería, no sé por qué me sorprende. Mi padre salió cerrando la puerta detrás de él, trató de limpiarse las lágrimas tomando un respiro profundo. Decidí ignorarlo y lo tomé de las manos.

—Vamos a casa, papá —emití con una sonrisa que no llega hasta mis ojos.

—¿No vas a preguntar qué dijo el doctor? —preguntó confuso, buscó en mi mirada algún indicio de ver qué pasaba por mi cabeza, pero como soy tan buena actriz no encontró nada, solo una ingenua sonrisa falsa.

—¿Eh? No, me imagino lo que pudo decir, así que no quiero saber —respondí con una sonrisa forzada.

Mi corazón se estaba partiendo por la mitad, ¿cómo se sentirá alguien si le dijeran que está a punto de morir y tiene la mitad de posibilidad que muera? No quiero que mi padre esté triste, no quiero que se culpe, como lo hizo con mamá, puedo soportar el dolor.

Pronto llegamos a casa y mi padre me retiene, —¿Elle? —me giro hacia él, antes de subir las escaleras.

—¿Si, señor?

—¿Quieres hacer algo antes de tu cirugía?, Tal vez... ya sabes... ¿Un viaje en especial? —preguntó nervioso, pasando una mano por su cuello.

No, no hagas esto por favor, esto es lo que le dicen a alguien cuando se va a morir y quiere cumplir su último deseo. Aún tengo una pequeña esperanza de que sobreviva.

—¿Sabes, papá?, Cuando estaba en el hospital siempre quise tener una vida normal, ir a la escuela, tener muchos amigos como todos. Estoy bien, un viaje no soluciona mi enfermedad —expresé sonriendo, no entiendo como logro contenerme de no llorar en frente de mi padre.

Mi padre asiente con tristeza.

Subí las escaleras volando en mis pies y cerré la puerta de golpe. Mi cuerpo no resistía más, me derrumbé sobre la puerta, mis lágrimas salían sin control. Puse mis manos sobre mi cabeza, lloré hasta que no pude más. Me dolía el corazón, no quería dejar de vivir, tenía que ir a la Universidad, enamorarme, tener hijos. Quería vivir.

Me tumbé sobre la cama agotada, tanto físico como mentalmente. No sé cuántas horas pasaron, pero me quedé dormida, sumergida en mis propias lágrimas, cuando recordé ya eran las seis de la tarde. Mi celular suena con un mensaje nuevo.

Aarón: Hola cerdita, Liam dijo que le traigas su dinero o irá a tu casa hacer un escándalo.

Elle: ¿De verdad?, Le puedes decir que se vaya a la mierda.

Aarón¿Es así?, Entonces espérame allá en 5 minutos, chica del tiramisú.

Aparte de que puedo morir, ¿ahora tengo que lidiar con Liam?

Elle: ¡¿Qué?!

Aarón: Me arrebató el teléfono.

Elle: ¡Detenlo! Llegó en media hora.

Aarón: Ok.

Elle¿Eres algún tipo de vieja chismosa?, ¿por qué estás de mensajero?

Aarón: Liam me dio dinero, como rechazar ese ofertón.

Elle: Claro, como eres pobre y yo cenicienta esperando que me costees.

Aarón: Mi padre no quiere que gaste mi dinero en fiestas, por lo tanto, tengo que sobornar a Liam. Además, no entiendo por qué te doy tantos detalles, adiós cerdita.

Estúpido Aarón.

Malditos hermanos Koch, ¿por qué son tan problemáticos? Tuvieron que patear tanto a su madre en el vientre hasta hacerla vomitar las tripas. Un poco después estoy en frente de la casa de los Koch, es el doble más grande que la de mi familia. Me acerqué a la puerta tocando el timbre.

En segundos la abre el señor Cameron con una sonrisa, —Hola Elle, que bueno verte, ¿viniste a buscar Aarón?

—En realidad no, estoy aquí por su otro hijo, Liam.

—Liam acaba de salir hace un momento, le encargué hacer unos recados al banco, pero supongo que en una hora estará aquí. Me tengo que ir, así que adelante, siéntete como en casa —expresó sonriendo y saliendo por la puerta.




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