Oscuridad en tu mirada

CAPITULO 14

"NACIMOS PARA SER LIBRES, NO PARA SER PERFECTOS"

 

CAPITULO 14

 

ELLE WALTON

 

Existen situaciones incómodas, por ejemplo, cuando te presentas por primera vez donde tu suegro, pero el peor es su abuelo y aunque sea falso tienes que convencerlo de que jamás le harás daño a su única nieta mujer.

—¿Qué intenciones tienes con mi nieta? —preguntó mi abuelo destrozándolo con la mirada, a veces la gente podía ser intimidante.

—Eh... ¿Ninguna? —respondió nervioso.

Era la primera vez que lo veía tan desconfiado en sí mismo, ¿dónde ha quedado su ego? Mi abuelo está en frente de él y Aarón tiene ambas piernas juntas, adoptando una postura rígida.

—¿No tienes ninguna intención, dices? —repitió mi abuelo —. Entonces, ¿por qué están saliendo? —inquirió entre confundido y molesto, la realidad era que quería destrozar al idiota.

—Pues... verá... yo...—tartamudeó.

—Abuelo, déjalo tranquilo —interrumpí al ver la incomodidad de Aarón.

—No me interrumpas, Elle —zanjó el abuelo, suspire al ver lo terco que es.

El abuelo siempre ha sido celoso acerca de mis relaciones amorosas, mi antiguo exnovio paso por el mismo interrogatorio. Incluso Ben, el pobre estaba tan asustado que temblaba. Mi abuelo es todo un personaje, su mal carácter no tiene límite.

—¿Qué quiere escuchar de mí, señor?

Es mejor que te quedarás callado Aarón, tu pregunta hará más daño.

—Jovencito —alza la voz—. Deberías saber qué intenciones quieres con Elle, ¿dinero?, ¿amor?, ¿qué es lo buscas? —zanjó seco, Aarón le estaba colmando la paciencia, bueno no era nada nuevo, casi todos los días tengo que aguantarlo con sus idioteces.

—Perdone mi imprudencia, realmente no he pensado en ello.

—¿Elle? —preguntó el abuelo con la mirada fija en Aarón.

—¿Sí, abuelito?

—¿Te gusta este chico?

Oh, mierda. Abuelita en bikini sálvame de esta.

—Creo que sí —dije insegura, esquivando la mirada de Aarón.

—Como que "creo"—respondió incrédulo por mis palabras, me da una mirada de pocos amigos. De esas como, ¿eres estúpida?, ¿acaso tiene las pelotas de oro? Era exactamente lo que describían las miradas de mi abuelo Frank.

¿Por qué está tan molesto? No es como si fuera mi prometido.

—Por cierto, ¿cómo te llamas? —inquirió sonrojado.

No puedo creerlo, desde que llegó ni siquiera sabía su nombre. Me recuesto en el sillón riéndome, había reído tanto que me dolía el estómago.

—Me llamo Aarón —contestó nervioso, se mueve inquieto en la silla hasta que encuentra una posición aceptable.

—Relájate Aarón, mi abuelo no te va a comer.

—¿Quién dice que no me lo voy a comer? —inquirió el abuelo enojado, silenciándome con esa mirada de depredador.

Aarón se pone más rígido que un pitillo, le tiene miedo y en cierta manera lo comprendo.

—Prosigamos joven Aarón, ¿qué te gusta de Elle?

Aarón me observa con esos ojos azules tormentosos, —¿Sus ojos verdes? —puede que eso haya sonado más a una pregunta, que a una afirmación.

Oh, por Dios, ¿puede existir alguien tan inútil? Por lo menos que invente algo. Esa cabeza solo le sirve para decir tonterías.

—¿Estás enamorada, Elle? —preguntó el abuelo expectante.

En ese momento entra mi padre y mi abuela, lo que agradezco de salvarme de responder esa pregunta. De seguro los santísimos macarrones escucharon mis anheladas plegarias.

—Dejad a los chicos tranquilos, Frank —comentó mi abue.

—¡Pero ese chico no está enamorado de mi nieta! —exclamó frustrado, su cabello rubio se lo había desorganizado por las respuestas de Aarón.

—El amor no siempre se demuestra con palabras, además mira al chico, está temblando, ¿quieres que responda en ese estado?

—Por ahora lo dejaré pasar, pero si en dos meses siguen de novios y ese chico no sabe que responder —señala a Aarón—. Tendrá que alejarse de la vida de mi nieta.

—Es el hijo de Cameron Koch —aseguró mi padre relajado tomando asiento en uno de los sillones.

—¿Y? Sigue siendo un muchacho que puede lastimar el corazón de Elle.

—Perdone, señor —interrumpe y todos guardan silencio —. Haré todo lo posible para que Elle sea feliz y prefiero salir lastimado, a que ella salga herida por mí —la voz decida de Aarón tomo por sorpresa a todos.

¿Esas palabras le salieron del corazón?, ¿o es por la presión?

—Bienvenido a la familia —dijo mi abuelo sonriendo de oreja a oreja.

—¿Fue tan fácil? Hubieras empezado por eso desde el principio, Aarón —solté con fluidez, resoplé ante tanto drama.

Mi abuelo alzó una ceja, —¿Crees que esto es todo, Elle?

—¿Si?

—Paso solo la primera parte.

—Estoy agradecido por eso, señor —comentó Aarón.

—No todos pasan la prueba, pero tienes potencial.

—Hablas como si hubiera tenido muchos novios, abuelo —exclamé con sarcasmo.

—¿Los has tenido? —preguntó Aarón confundido.

—Tonto, es sarcasmo.

—Vamos, dejemos a la joven pareja sola —comentó la abuela arrastrando al abuelo a la cocina.

—Cuidado con tocar a mi nieta —amenazó, hace un gesto con las manos como si fuera una especie de cuchillo y se lo pasa por el cuello.

—Claro, señor.

—Ya basta, vamos —lo regaña la abuela, ella es la única mujer que lo controla. Pero en el fondo es un algodón de azúcar, solo lo hace para intimidar a Aarón.

—Yo también me retiro, hija, tengo que asistir a un lugar.

—¿A dónde vas? —inquirí.

—Voy a una cita —respondió nervioso.

—¿De verdad? Increíble, te deseo suerte padre.

—¿No estás enojada? —soltó incrédulo.

—Claro que no, es hora de que reinicies tu vida amorosa, lo de mama ocurrió hace mucho tiempo.




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