Oscuridad en tu mirada

CAPITULO 15

"ALMAS ENTRELAZADAS Y CORAZONES QUE LATEN COMO UNO SOLO"

 

CAPITULO 15

 

ELLE WALTON

 

La vida es como una especie de paradoja, todo depende de ti, si decides lanzarte de boca terminarás arruinado, pero si analizas la situación, el mundo no se te vendrá encima y tampoco te tragará.

—¿Qué opinas de este, Emma? —le pregunté. Emma tiene curvas, pero utiliza tanta ropa holgada que la hace ver mayor.

—Es demasiado corto, Elle —aseguró nerviosa. Algo que no me sorprende, Emma siempre está nerviosa, es como si el mundo fuese una especie de tiburones que quisieran cazarla.

—Está bien, entonces usaré este y te colocas el negro largo —Emma se limita a asentir con la cabeza.

Por lo menos el vestido hacía resaltar sus curvas, Emma es hermosa, pero no sabe vestir de acuerdo a su cuerpo, —Por supuesto —respondió emocionada.

—¿De verdad nunca has asistido a una fiesta? —solté aún sin poder creerlo.

—No, nunca me invitaron y mis padres son un poco estrictos con la hora de llegada en las noches —confesó avergonzada.

—Entiendo. Bien, hora del show —respondí emocionada.

La noche llegó rápidamente, nos encontrábamos en la entrada de la casa de Aarón con mis hermanos y Emma a mi lado. A los alrededores de la casa se escuchaba la fuerte música, por un momento creí que sería una fiesta sencilla, supongo que nada que tenga que ver con los Koch es sencillo.

—Ninguna locura, ¿vale? —Michael fue el primero en hablar antes de entrar —. No quiero ir al hospital al final de esta noche —Michael me miro directamente, para luego mirar a Daniel y Eric —. Tampoco quiero terminar en una pelea, así que por favor. Nadie hace nada loco hoy.

Todos pusimos los ojos en blanco, en ese momento todos se dispersaron quedando las dos solas.

—Emma, debes saber que en una fiesta no debes beber nada que te ofrezcan, ¿entendido? Porque te drogan, te matan y te asesinan —inquirí advirtiéndole de los peligros humanos, entrelazo nuestros brazos entrando a la casa.

Emma asintió tensa, —¿Qué hacemos ahora? —preguntó desconcertada.

—Lo primero es tomar algo —contesté, nos dirigimos a la cocina. El espacio era difícil de seguir, era imposible distinguir a alguien, el sonido de la música casi me parte el oído.

—¿Elle? ¿Emma? —preguntó una voz detrás de nosotras, giré mi mirada y me encuentro con Carlos y Noah vestidos como los fiesteros que son, Carlos llevaba pantalones cafés y sus típicas camisas de carnavales, Noah, por otro lado, vestía de negro, tal vez quería aparentar ser rebelde, pero por dentro era una bolita de masa.

—Hola chicos —expresé con una sonrisa de boca cerrada.

—Jamás me imaginé ver a Emma en una fiesta —comentó Carlos con diversión.

—Yo menos —confesó Emma nerviosa, ella en su vida pasada debió ser la servidumbre que por todo se sonroja, estoy segura.

—Tranquila Emma, no te pasará nada —aseguré tranquilizándola.

—Bien, tomen —Noah nos ofrece bebidas, la sujeté sin pensarlo, pero Emma no lo hace.

Seguro pensó que pasaría lo que le dije, creo que exagere con respecto a eso.

—Son personas desconocidas Emma, puedes tomarlo —Emma la toma, pero con desconfianza —. Por cierto, chicos, ¿dónde está Aarón?

—Tu novio, ¿eh?, ¿no puedes pasar ni un minuto sin él? —comentó Carlos con diversión.

—Siempre tan idiota, Carlos.

—Está en su habitación —respondió Noah sin interés.

—¿Podrían cuidar a Emma? No tardaré, solo no la dejen sola —expresé alejándome de ellos.

—¿A dónde vas, Elle? —preguntó Emma con una expresión confundida.

—Hablaré con Aarón, no te pierdas Emma y no hagas nada que yo no haría.

—No le pasará nada, estaremos aquí —aseguró Carlos, tenía un presentimiento cada vez que me alejaba de Emma, pero decidí ignorarlo.

Salgo a la sala buscando las escaleras y me encuentro con mi persona menos favorita bajando. Estoy por darme la vuelta, pero ella me intercepta.

—Elle, espera, no es así —hace un movimiento con las manos dramáticamente como si se detuviera a pensar—. Debería decirte ¿cerdita?

—¿Qué quieres, Raquel? —zanjé tensa.

—¿Qué quiero? —resopló como si fuese obvio—. Quiero que te alejes de Aarón —explicó con rapidez.

—¿Por qué haría eso? —me cruce de brazos a la defensiva—. No eres nadie para decirme que hacer y que no debo hacer —debatí.

—Lo descubrirás pronto, además, deberías preguntarle a Aarón qué estaba haciendo hace unos momentos y quien es Stefany —sonríe como si ese nombre fuera un detonante para Aarón.

—Fuera de mi vista —zanjé apartándola del camino, ¿cómo puede llegar una persona a ser tan detestable?

Subí las escaleras hasta llegar a la habitación de Aarón. El corazón lo tenía en la garganta del nervio, quiero decir, solo es Aarón, el narcisista. Dios, ¿a quién engaño? Soy un desastre.

¿Qué trataba de insinuar Raquel? No es posible que se hayan acostado, él prometió no volver hacerlo. Me paso una mano por el cabello y suelto un suspiro.

Abrí la puerta ligeramente, —¿Aarón? —emití buscándolo en la habitación, finalmente mis ojos caen en su silueta, la habitación estaba en completa oscuridad, pero se notaba que estaba sentado en la cama y parecía tener solo su pantalón puesto.

Entonces, es cierto lo que dijo Raquel, no cambiara simplemente, incluso cuando estamos en una relación falsa. Respiré profundo y traté de olvidar que estaba haciendo hace segundos.

Antes de que pueda hablar, prende las luces, —¿No sabes tocar? —preguntó alzando una ceja, se queda en silencio mirándome, cierro la puerta de golpe.

Me quedo helada sin saber si irme o quedarme, con la mano en mi corazón espero en silencio. Después de unos minutos, abrió la puerta sin ninguna expresión en su rostro, parecía estar sumergido en sus pensamientos,




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