Oscuridad en tu mirada

CAPÍTULO 22

 

Amar y ser amado debería ser un privilegio.

 

CAPITULO 22

 

ELLE WALTON

 

Todo parecía haber regresado a la normalidad, se acercaba la época de exámenes y todos parecían al borde del colapso.

Por un lado, ignoraba a Cooper como si fuera una especie de plaga, ni lo miraba porque me infectaba, Ben se había quedado, pero había hablado con sus maestros de continuar su año, se podría decir "virtual". Estaba decidido a esperar a que me operarán. Acerca de mi operación, el doctor había dicho que existían algunos donantes, pero como el procedimiento es extenso, tardara algunos días o semanas, por mi parte estaba relajada al respecto.

El idiota de Aarón, ¡Oh, perdón! Mi Aarón, no habíamos hablado mucho, me había estado ignorando, cómo se escucha, me ignoraba y no me dirigía la palabra. La realidad era que no sabía cómo íbamos a actuar de ahora en adelante, se sentía un poco extraño eso de novios, pero no falsos. Era como si dijeran que la cabeza de alguien la tiene en el trasero, lo sé, a veces mis pensamientos son salidos de lugar.

Le había contado todo a Ben, él no me juzgó en ningún momento, solo me observaba la cara mientras hablaba y asentía como un robot. Según él, decía que era concentración, pero vaya dato perturbador.

Había decidido salir con Ben, porque necesitábamos recuperar el tiempo perdido.

—¿A dónde vamos? —inquirí algo confundida, me había sacado a rastras de mi habitación, los trabajos los tenía acumulado, pero por Ben podía retrasarlos un poco.

—¿No deberías saberlo? —replicó Ben como si fuese obvio.

—Mmm, ¿no? —emití con suavidad, Ben podría arrancarme los sesos si no tengo cuidado con mis palabras.

—Por Dios —pronunció Ben resoplando —. Podría dar mi vida por ti, aunque ahora solo quiero que desaparezcas de mi vista.

—¿Ben? Sabes, he estado pensando, no, en realidad me está carcomiendo la cabeza esa pregunta.

Ben me miró expectante, sus ojos se dilataron un poco, el cabello rubio lo tenía organizado, nada que ver con el mío, pensándolo bien, nuestros colores eran similares. En fin, volviendo al tema, no sabía si soltar la pregunta porque eso ocasionaría un intenso e incómodo pasmo entre nosotros.

—Tú...—tartamudeé, estaba más nerviosa de lo que creí, anoche lo decía tantas veces que no sonaba extraño —. Y-yo...te...—Ben entreabrió sus labios para decir algo según mis sonidos, pero nada concreto salió, hasta que cerré los ojos con fuerza y dije casi gritando —: ¡¿Estás enamorado de mí?!— el corazón pareció salirse de mi pecho.

Ben se quedó en silencio por un momento, me miró a los ojos fijamente, me tapé mi cuerpo con las manos porque esa mirada fue penetrante. Por Dios, estaba nerviosa, observé mi reloj despegando la mirada de Ben, me estaba poniendo nerviosa, debí cerrar la boca, joder, siempre pregunto estupideces.

Antes de que pueda responder llega una persona, un sujeto, un individuo, el cual me ha ignorado por ocho días, dos horas, cuarenta minutos y veintinueve segundos para ser exactos.

Aarón baja de su camioneta, su expresión es distante y fría como siempre, tenía una mano en su bolsillo delantero y la otra, las llaves de Fred. Al parecer se había quitado la venda de la cabeza.

Ay no, ¿por qué ahora? Está claro que estos dos son agua y aceite, oscuridad y luz, cloro y agua, luz y negro, son tan diferentes. El corazón lo tenía acelerado, tal vez era porque la pregunta estaba flotando alrededor como mariposas o el hecho de que Aarón me ha ignorado y de repente se aparece como si nada.

Ben cambia su expresión al igual que Aarón, sus mandíbulas se tensan, dos hombres a mi lado, yo sin saber qué hacer, dos opciones; salgo corriendo y hago mis trabajos como la chica buena o reprendo a estos idiotas, la antigua Elle pendeja hubiera decidido tomar mejores decisiones, pero como Elle es otra decide enfrentar sus problemas. Decidí romper el silencio.

—Primero que nada, se saluda, segundo no puedes aparecer de la nada cuando no me has llamado, ni un mensaje de "Hola, estoy vivo"—dramaticé con mis manos al aire—. Tercero, si pelean aquí mismo me da tres paros cardíacos y de paso me muero. Así que por favor si tienen la decencia de comportarse como personas adultas se los agradecería enormemente.

Caballera, eso ha salido mejor de lo que esperado.

—Lo sé —emitió Aarón aun mirando a Ben, estos hombres del demonio.

—El "lo sé" te lo puedes meter por el...—Ben pone una mano en mi boca antes de que pueda soltar la palabra.

Aarón recorre la mirada entre los dos, Ben con la mano en mi boca y mi cuerpo presionado su abdomen. Se sentía ardiente el momento, la mirada de Aarón es furia pura, el chico es celoso, jamás pensé que sería esa clase de chicos.

Me separé de Ben porque ya el momento había pasado, no quería una pelea.

—Quería ver sí...—Aarón suaviza su tono y me miró con esos inefables ojos azules—. ¿Quieres salir conmigo? —se pasó una mano por el cabello nervioso, me gustaba verlo así, sin defensas, débil por algo que dice, es algo que me gusta ver de Aarón, esa faceta que nunca es vista por alguien.




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