Unos días después de que Elizabeth y Nagi enterrasen la cápsula del tiempo, Erika llegó con una novedad a sus amigos
- Oye Elizabeth - dijo risueña como siempre - ¿Has oído hablar de la máquina expendedora del edificio número 3?
Así, muy emocionada, la chica demonio empezó a contarle a su amiga sobre los rumores que había oído. La chica zombie sabía que en ese lugar había una única máquina ubicada en el primer piso pero nada más.
- Dicen - prosiguió Erika - que a veces el que la rellena pone una bebida mágica que le haya sobrado. Suena interesante ¿Cierto?
- ¿Cómo que le haya sobrado? - se interesó Shiba
Erika explicó que tienen bebidas que al no ser tan populares les sobró y la usan así. A ella le fascinó la información y esa emoción fue lo que transmitía a sus amigos a la hora de relatar el echo.
- ¿No te da miedo que se puedan comprar por accidente? - preguntó pensativo Nagi - Son peligrosas ya que al ser mágicas no se sabe qué pueden ocasionar
- Dicen que las etiquetas dicen "cuidado". - comentó Erika - Por lo tanto precaución hay.
- No deberían poner esas cosas tan peligrosas ahí - objetó Shiba.
A Erika aquello en verdad la divertía al punto de no poder parar de reír. La emocionaba en verdad el peligro.
- No creo que mate a nadie - Comentó la chica demonio entre risas.
- En ese caso deberías probarla - la desafío el chico lobo.
- No, pero a lo mejor te obligue a ti a probarla - contestó Erika
Shiba y Erika empezaron una vez más a discutir sobre quién tiene razón y quién obliga a tomar a quien.
- Elizabeth - dijo Erika de pronto entre risas - Tú también te mueres de ganas por ver lo que le podría pasar a Nagi si se la bebé ¿No?
- ¡Erika! - protestó Nagi - No me incluyas en tus maldades
- No es maldad - se defendió la chica demonio - Ya dije que no creo que sean bebidas letales
Elizabeth se sorprendió con la pregunta de su amiga pero en verdad no le interesaba hacer pasar a Nagi por algo así. Ni tampoco quisiera ver a Shiba haciéndolo, sonaba peligroso en verdad aquello.
- ¡No! ¡Jamás las beberé! - rugió Shiba - Nagi ¿Me muestras tus apuntes para la siguiente clase?
- ¿Por qué? Sé que no me los devolveras a tiempo por lo tanto no te los mostraré.
- Vamos Nagi, seguramente el profesor me hará preguntas hoy.
- A mi también, así que no te daré mis apuntes.
- Vamos amigo, te convidare la bebida que gustes
- Wow, si quieren bebidas vayan al edificio número 3 - dijo feliz Erika
- ¿Todavía sigues molestando con eso? - objetó Shiba
- Por supuesto - respondió la chica demonio - Es muy divertido
- Una bebida mágica ¿Me pregunto qué clase de poderes tendrá? - preguntó la chica zombie
- ¿Quieres saberlo? Puedo comprar una aunque no la beberé. - dijo Shiba
En realidad Elizabeth si quería saber cómo sería y qué sucedería ya que nunca antes había escuchado hablar de algo así menos aún ver los efectos tan de cerca.
- Elizabeth, vamos - intervino Nagi - No te metas en problemas
- Nagi ¿Qué dices de los apuntes entonces? - insistió el chico lobo
- Está bien - accedió Nagi - Pero ésta tarde estudiaras conmigo Shiba - pero al chico lobo no le agradó nada la idea esa - Lo hago por tu bien, después de todo no quiero que mi querido amigo Shiba repruebe sus clases.
- ¡Está bien! ¡Lo haré!
- No necesitas gritar tanto - dijo Erika
- Dame tus apuntes - pidió Nagi
- Está bien
- ¿Eh? Nagi ¿Vas a dejar que los vea? - preguntó la chica zombie
- Nagi es demasiado bueno con Shiba - dijo Erika en forma de reproche, luego suspiró incrédula
La clase siguió su curso hasta que el timbre sonó y cada quien se fue del salón. Esa tarde Nagi y Shiba se pusieron a estudiar en la biblioteca y como era de esperarse el chico lobo no entendía nada de nada de lo que leía y el chico invisible con gran paciencia intentaba explicarle
- Dime ¿Cuál es la parte con la que tienes problemas Shiba?
- No entiendo ni qué es lo que no entiendo - se quejó Shiba - ¿Me estas haciendo una pregunta filosófica o algo así Nagi?
- Empecemos desde el principio del libro - se resignó Nagi
- ¡No! ¿No te das cuenta de que tenemos mucho más por estudiar? - a Shiba parecía que le daría un ataque en cualquier momento
- Pero Shiba eres tú quien decidió ignorar todos los conceptos básicos. No te quejes ahora - comentó Nagi
- Puedes hacerlo Shiba - dijo Elizabeth dándole ánimos
- Empezaste las clases después que yo y ya me estás enseñando - se quejó Shiba
- Es que después de cada clase le pido ayuda a Nagi. El trabajo continuo dá sus frutos
- ¿Quieren tomarse un descanso? - dijo Shiba
- No - respondió Nagi - Acabamos de empezar
- ¡Tengo sed! Les compraré bebidas a ustedes también. Regresaré en un minuto - Diciendo aquello se alejó a toda prisa.
- Tendré que enseñarle a ser más paciente cuando regrese aquí - comentó Nagi resignado. En verdad parecía su padre y no su amigo, la paciencia que le tenía a Shiba sorprendía incluso a Elizabeth pero nada dijo - En ese caso tomaremos un descanso, iré al baño. Volveré en un momento, lamento dejarte sola.
Elizabeth quedó sola un momento que aprovechó para leer y seguir haciendo la tarea olvidándose del resto del mundo por esos breves instantes. Luego de un rato Shiba regresó.
- ¿Dónde está Nagi?
- Fue al baño, dijo que tendrá que enseñarte a ser más paciente cuando regreses.
Pero Shiba había comprado cuatro bebidas siendo solo tres, esto intrigó a Elizabeth.
- ¿Son cuatro bebidas? Pero solo somos tres
- Ésta es la que Erika mencionó, la bebida mágica - comentó Shiba - Me preguntaba cómo sería así que compre una.
- Déjame verla
A simple vista no parecía diferente de las otras, esto despertó más la curiosidad de ella quien se preguntaba qué sabor tendría. Pero eso no Shiba lo sabia
- Con decirte que desconozco hasta los efectos que tiene te digo todo
- ¿No lo menciona en ningún lado?
- Fíjate al otro lado de la lata, está escrito en nuestra lengua oficial - comentó el chico lobo - Creo que ahí menciona el efecto solo que no puedo leerlo.
- ¿Y crees que yo puedo?
- No, no puedes por la forma en que estás mirando
El primer contacto que ella tuvo la lengua oficial fue en la academia por tal razón no lograba dominar dicha lengua aún. Esa era un lengua común cuyo objetivo fue lograr que las especies se comuniquen entre sí. Quiénes la hablaban bien podían comunicarse con todo el mundo sin importar donde estén ni a donde se dirijan. No obstante el profesor que ensañaba esa clase era tan prejuicioso que discriminaba a todas las especies inferiores a él, esto ocacionaba que tanto ella como Shiba y muchos otros de la clase odien esa materia.
- Solo Nagi puede traducirlo por lo tanto habrá que esperarlo - comentó Shiba
Al cabo de unos minutos Nagi volvió y al ver a su amigo se animó
- Suba - dijo - Perdón por hacerlos esperar
- Acabo de regresar no te preocupes - contestó el chico lobo - Acabo de comprar las bebidas, bebé uno si quieres Nagi
- Gracias - contestó Nagi - Tengo mucha sed, probaré una
- Nagi ese jugo... - comenzaba a decir Elizabeth pero este la interrumpió
- ¿Es para mí? Gracias - Nagi lo agarró, abrió la lata y la bebió
- ¿Eh? ¡No, ese no! ¡Noooo! - gritó ella pero fue tarde ya que Nagi se la había bebido ante los horrorizados ojos de sus amigos.
- ¿Te...te...te la...bebiste? - dijo Shiba
- ¿Qué? ¿Qué sucede? - preguntó Nagi intrigado
- ¿,Te sientes bien? - quiso saber ella
- No siento nada - contestó Nagi - ¿Tenía algo malo? Digo...tenía un sabor horrible la verdad
- ¿Sabor a qué? - preguntó Shiba
- Me dejó la lengua irritada y algo dormida ¿Qué...?
- ¿Qué sucede Nagi? - preguntó Elizabeth preocupada
- No es nada...me duele un poco el estómago...y estoy...algo mareado....
En ese mismo instante Nagi de desmayó dejandolos azorados a ambos. Elizabeth comenzó a temblar y gritar
- ¡Noooo! ¡Ha muerto! ¡Nagi está muerto! - decía ella alborotada
- No está muerto - la tranquilizó Shiba - ¡Cálmate! Su corazón sigue latiendo. Pero ¿Tan mala era la bebida?
En ese preciso instante Nagi despertó y se colocó de pie como si nada hubiese sucedido. Aquello los descolocó más aún a los dos
-¿Estás bien? ¡Nagi! - dijo ella
- Hey ¿Te encuentras bien? - le preguntó Shiba
Pero Nagi nada decía, se limitó a mirarlos en silencio mientras su amigo y su novia estaban al borde del ataque de nervios. Pero en un determinado momento miró a Shiba y fríamente le espetó
- Que ruidoso eres, cállate
Esto los asombró a los dos que no se esperaron menuda reacción, nunca de él al menos.
- ¿Nagi? ¡Oye! - dijo Shiba
- ¡Te dije que te callaras! No grites tan cerca de mi
- ¿Cómo? ¿Sr. Nagi...? - empezaba a decir Shiba
- ¿Qué...te sucede? - preguntó ella pensando que eso carecia de toda lógica - ¿Se debe al efecto de la bebida? ¿Fue el jugo que bebiste?
- ¿Fue eso? - preguntó el chico lobo también.
- Seguramente - dijo ella - ¿Qué hacemos ahora Shiba?
Shiba no tenía la más remota idea de lo que podrían hacer con Nagi en ese estado y Elizabeth empezaba a alarmarse ya que la actitud del chico invisible era opuesta a la que normalmente solía tener. Por su lado Nagi se quejaba de lo ruidosos que ambos eran mostrándose totalmente indiferente a lo que ambos hablaban
- Mi sigo junto a ustedes me convertiré en un alumno idiota por lo tanto me marcho. Bye
Diciendo aquello se alejó de ambos con total o diferencia. Elizabeth quiso detenerlo pero fue inútil ya que él no se molestó siquiera en oírla. Ambos quedaron sin saber qué hacer o decir, sabían que el cambio del comportamiento de Nagi era culpa de ellos y algo debían hacer pero ninguno sabía por dónde empezar. Además Nagi era prácticamente otra persona hecho que turbaba bastante a Elizabeth. Ese repentino cambio no le revelaba nada bueno. Cerró con fuerza sus manos en forma de puño debido a la impotencia que sentía.
- Nagi - susurró como un lamento sin poder evitar que una lágrima se le escapara por la mejilla.