El resto del día Elizabeth la pasó en la biblioteca estudiando e intentando entender las tareas escolares por su propia cuenta. Estaba decidida a no seguir dependiendo de Nagi ni de nadie más que de sí misma. Además la actitud tan fría y despectiva de aquel que tanto amaba le dolía sobremanera. Sabía que la parte de la culpa fue suya y estuvo intentando hacer de todo por ayudarlo pero hay límites. Además Shiba era tan responsable como ella ¿No? Después de todo él fue quien compró esa bebida.
Alejando de su mente esos pensamientos se concentró en lo que tenía que hacer. Entender las lecciones del dia, si Nagi podía hacerlo ¿Por qué ella no?
No obstante durante varias horas se la pasó leyendo y releyendo sin lograr comprender del todo le que leía. ¿Por qué le pasaba esto? No podía ser tan difícil. Se recostó en la silla mirando los adornos del techo mientras pensaba ¿qué le diría Nagi en una situación como esa?
"No te rindas Elizabeth, tu puedes"
Aquellas palabras retumbaron en su mente con la voz de él. Nagi. Cuánto lo extrañaba en verdad. Suspiró hondo y se recordó que después de todo tenía que tener paciencia ya que los efectos acabarían en una semana. Vaya problema.
Siguió estudiando hasta lograr entender un poco mejor las tareas, en verdad podía hacerlo sola. Más animada se dispuso a volver a su habitación con unos libros para seguir estudiando allí. Pero al salir de la biblioteca vió a dos compañeras suyas de razas de alto rango. Se veían amenazantes, apretó los libros contra su cuerpo con fuerza.
A excepción de sus amigos, el resto de sus compañeros en verdad eran amenazantes. Pero nada ganaría temiendo y dependiendo de los demás siempre. Juntando valor se dispuso a seguir su camino pero cuando estuvo cerca una de ellas la miró con maldad y le dijo
- Chica zombie ¿Qué sucede? ¿Por qué tan sola? ¿Nagi te despreció finalmente? - luego largo crueles carcajadas similares a las hienas
- No me sorprende - comentó la otra - Hasta alguien como Nagi tiene orgullo y dignidad, después de todo por más que él sea de una raza baja es superior a la tuya - su mirada era dura y atemorizante - Debió darse cuenta que estaba siendo el hazme reír de todos a tu lado - lanzó risotadas sin despegarle la mirada
- Ninguno en su sano juicio te tomaría en serio chica zombie después de todo eres de una repugnante clase plebeya, das asco. Hasta Nagi se dió cuenta - le espetó la primera
Luego se fueron ríendo como hienas perdiéndose en la oscuridad del pasillo. Las hirientes palabras golpearon a Elizabeth como cuchillas ocasionandole duros dolores en el corazón. Las lágrimas humedecieron su rostro pero ella se las secó
- No voy a llorar
Cuando se dispuso a seguir su camino vió en las sombras algo que se movía hasta detenerse en la luz de la luna. Era Nagi quien la miraba de una forma extraña, el corazón de ella dió un vuelco. ¿Estuvo allí todo el tiempo? ¿Acaso se había preocupado por ella y fue a ver que no le pasara nada?
- Nagi - susurró Elizabeth pero el chico invisible desvío la mirada y se alejó en silencio. - ¡Oye! ¡Espera! - ella corrió para detenerlo pero al ver que él se detenía de golpe dándole la espalda se sorprendió - N-Nagi...
- Si te creíste todos esos delirios de esas dos significa que eres más idiota de lo que creí - aquello lo dijo sin mirarla y siguió su camino
- ¡Aguarda Nagi!
- Eres muy escandalosa - diciendo aquello se perdió en la oscuridad dejándola sola. Sin embargo sus palabras la sacudieron dándole fuerzas, significaba que él...la amaba de verdad ¿Cierto? Tenía que ser así. Sonrió aliviada y se dirigió a su habitación.
Elizabeth no se dió cuenta que él la había seguido y al verla entrar a su habitación recién respiró aliviado. La luz de la luna lo iluminaba dándole un fantasmal aspecto.
- Que tonta eres Elizabeth ¿Cómo pudiste permitir que esas dos envidiosas te hagan llorar?