-La única manera de crecer es desafiándote a ti mismo. -Ashley Tisdale.
Eran las siete de la tarde.
Tenia solo una hora para acomodar mis mesas antes de que las puertas del bar se abrieran. Bruno, el dueño, nos había comentado que hoy sería una noche especial por lo que teníamos que ponernos nuestro uniforme oficial que solo consistía en vestir todo de negro con una corbata roja oscura, parecida a la sangre. Mi cabello se encontraba atado a una cola de caballo y unos zapatos bajos calzaban mis pies hoy seria una noche larga por lo que me asegure de estar cómoda.
"Cora" escuche la voz del chico de la barra y gire con mi toalla en mano. "Te busca el jefe" trague y asentí. Le había llegado mi recado.
Limpiando mi ultima mesa me encamine hacia la oficina del jefe la cual se encontraba detrás del bar ya que gracias al vidrio oscuro se le hacia mas fácil vigilar su negocio, y follar con sus empleadas o mujeres que toma en cuanto las ve entrar.
"¿Que sucede chica?" me pregunto una vez que me encuentro dentro de su oficina.
Bruno era diferente conmigo, lo sabía y todos parecían notarlo. No era una de sus típicas empleadas que quiere esconderse dentro de su oficina para pasar un buen rato para tener un sueldo mas alto, no, la primera vez que entre me había negado el empleo pero al ver mi terquedad de venir cada noche e incluso ayudarle a unas de sus chicas decidió darme empleo.
"He estado escuchando a Priscyla que en la zona vip ganan mas propinas..." comencé a hablar sintiendo las palmas de mis manos sudar.
"No" me corto de tajo dejándome con la boca entre abierta. "No entraras ahí" volvió a sus papeles como si la conversación hubiera terminado, obviamente no me conocía.
"Necesito el dinero Bruno, por favor, déjame entrar a la zona vip" suspirando dejo sus papeles y se recostó en su silla observándome con aquellos oscuros ojos que me hacen sentir pequeña. Encogí mis hombros y baje mi cabeza antes de volver a escuchar su voz.
"¿Cuanto necesitas?"
Mordí mi labio y pensé en mentirle "Veinte grandes en una semana" levanto sus cejas sorprendido y silbo entre dientes.
"¿En que estas metida, Cora? juro por dios que si te estas metiendo mierda en esa cabeza tuya..." no termino su frase y volvió a su escritorio colocando sus antebrazos para apoyarse.
"No estoy metida en nada jefe, es mi madre, esta enferma y necesita un tratamiento" había decidido no mentir. Ese hombre enfrente de mi me había dado mas de lo que cualquier otro lo hubiera hecho, incluso mi propio padre que nos dejo a nuestra suerte en aquel maldito trailer sin dinero, ni comida, ni siquiera agua, se lo debía.
"Pues... no tengo ese dinero aunque pudiera prestarte. Puedo dejarte entrar al Vip solo esta semana, la siguiente volverás a tus mesas regulares" nerviosa pero también emocionada sonreí asintiendo como tonta. "Cualquier anomalía por favor dile a Priscyla o Ryan, ellos te ayudaran, ¿entendido?" volví a asentir con la boca seca.
"Gracias, señor."
Apretó sus labios en una linea delgada y asintió. "Ahora vete que están por abrir, hoy comenzaras. Atenderás a estas personas en el Vip y te iras una vez que te hayan dado la propina ¿bien?"
"Entendido" dije antes de volver agradecer y salir de su oficina casi brincando. Lo iba a hacer, juntaría el dinero de mama en una semana y volvería a mis mesas regulares.
"¡Chica!" la voz de Priscyla me alivio y fui con ella casi corriendo resbalando en el camino. Escuche unas risitas detrás de mi pero no me importo. "Oh, cariño, con cuidado ¿Porque estas tan feliz?" Feliz no estaba pero si emocionada.
"Bruno me dejo entrar a la zona Vip" chille y Priscyla frunció su ceño, miro a mis espaldas trate de girar para ver a quien observaba pero me lo impidió tomándome de los hombros.
"¡Que bien! ya no estaré sola con aquellos viejos asquerosos" trague. Mierda
Entraría a la zona Vip
La zona donde todo esta permitido. Piensa en mama Cora, piensa en ella. Apreté mis ojos y suspire dejando escapar el aire que el miedo acumulo.
"Sígueme Cora, te enseñare todo lo que necesitas saber, mejor dicho. En cinco minutos te enseñare todo acerca de la zona Vip y como debes comportarte, ¿Estas lista?" tarde en asentir y ella lo noto pero no me ahuyento ni nada, si no que siguió su curso.
Lo que ella ni yo sabíamos es que esa noche todo iba cambiar.
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Editado: 17.02.2019