El lugar no era una mierda pero hubiera preferido el Club de Los Ángeles. Ajuste mi traje antes de bajar de la camioneta, Tiny sostenía mi puerta y se hizo a un lado una vez que pise el concreto bajo mis pies.
"Lo están esperando adentro señor" me informo Oscar a mi lado.
"Pues ¿que estamos esperando?" ambos se rieron y entramos al lugar. No era tan malo como parecía pero hubiera querido algo que fuera mas grande y sin tantas malditas mocosas que habían de alguna manera conseguido una licencia para entrar. Pensé en el Club de Los Angeles y me atragante en mi propia saliva al recordar la variedad de mujeres que hubiera podido llevar a mi cama.
"Por aquí, Gael" Oscar me indico hacia unas escaleras que daban al segundo piso donde una puerta color verde fosforescente nos llamaba. A pasos rápidos llegamos hacia la zona privada donde fuimos recibidos por una linda mesera con coqueta sonrisa, sus labios rojos me hicieron tragar, se verían perfectos alrededor de mi. "Mas tarde" mire sobre mi hombro a Oscar observándolo con el ceño fruncido.
Bien, la tendría mas tarde.
"¡GAEL" el viejo ruso Bustamante me esperaba sentado con una botella de quien sabe que mierda y sus brazos abiertos. Era momento de trabajar.
Me acerque al anciano para saludarlo y me aparte enseguida cuando quiso abrazarme. Con un apretón de manos me bastaba, el viejo se rió entre dientes y negó con la cabeza murmurando quien sabe que. Tiny se quedo de pie vigilando alrededor mientras Oscar y yo nos sentábamos con este idiota.
"Bueno chicos, ¿que me traen?" y comenzamos.
Habían pasado ya media hora de que nuestra negociación comenzara y yo ya estaba a punto de volarle la cabeza a este jodido viejo. Oscar me observaba con sus ojos dándome a entender que me tranquilizara y me ahogara en la mierda que Bustamante había pedido. De un solo trago vacié mi copa, terminando así la botella, el viejo se dio cuenta enseguida y levanto su mano llamando la atención de una mesera.
"¿En que puedo ayudarles?" una dulce temblorosa voz me llamo la atención, levante mi vista de la mesa para encontrarme con un par de ojos que hubiera reconocido en cualquier maldito lugar. Oscar también la reconoció pero por sus gestos decidió ignorarla haciendo que Bustamante la mirada fijamente.
"Otra de estas" le dije rápidamente. Quería que se alejara de la vista del maldito viejo asqueroso que se encontraba a un lado mio y la observaba lascivamente sobre todo sus pechos que sobresalían de aquella maldita camisa atada alrededor de su cintura. Respire ruidosamente llamando la atención del anciano.
"Creo que ya se a quien me llevare esta noche a casa ¡demonios! a esa mujer la vuelvo mi reina esta noche" con una sonrisa burlona se giro hacia Oscar quien fruncía su ceño con fuerza.
"Demasiado escuálida para mi" dije tan alto para que ella me escuchara. Tiny le volvió a ordenar otra botella ya que siguió parada ahí observándonos a la vista de Bustamante. Se retiro enseguida, casi corriendo si me permiten decir.
"Solo podemos darte dos toneladas la siguiente semana, después de la ultima vez no nos hace bien confiarte la mayor parte de la mercancía" hablo Oscar terminando la conversación de la mesera y volviendo a los negocios.
"Chicos, se que lo que paso hace un mes y aun estoy muy avergonzado. El responsable del ataque ya fue localizado y mis hombres lo tienen torturando mañana estará muerto y arrojado al mar"
"Con eso no nos basta. Gracias a esto nos dimos cuenta que no se puede confiar al cien por ciento en tu organización. Debes aprender a vigilar mas a esos muchachos y saber con quien demonios trabajas, no porque solo te lleguen con una historia de mierda se te vaya ablandar el corazón y querer contratarlos. Conoces muy bien este negocio Bustamante y por ello te estoy dando una segunda oportunidad" con mi boca reseca finalice mi maldito discurso y mire hacia los lados esperando la botella y verla a ella. Necesitaba confirmar que era ella pero si lo era no quería que Bustamanete la siguiera viendo.
"Esta bien. Comenzaremos con dos toneladas ¿durante cuanto?"
"Un año"
Silbo entre dientes "Tómalo o déjalo" dije ya cansado de su cantarina voz.
"Les dejo su botella" gire mi atención hacia la chica pero mi cuerpo se estremeció al ver sus ojos verdes esconderse tras esas largas pestañas. Le hice una señal con la cabeza a Tiny y este comprendió con rapidez alejándola de la mesa.
"Dios, esa niña si que..."
"Cállate y dinos si aceptas o no el maldito trato"
Suspiro y se recostó sobre el alconchonado asiento sin dejar de ver en dirección a donde ella se fue. Lo mataría "Bien" hablo finalmente mirándome. "Un año y subiremos a seis toneladas"
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Editado: 17.02.2019