Oscuro paraíso (la oscuridad del angel)

CAPITULO 4


Christopher🌹

Diciembre 31, 2019.




































 

El aturdimiento me envuelve por completo hasta dejarme paralizado en mi lugar. No puedo hablar, no puedo pensar con claridad. Una imponente y desesperante opresión se ha hecho presente en mi pecho, esta me impide respirar con normalidad. No puedo conectarme de nuevo con la realidad, pero, por una parte, no quiero volver a ella.

Mi cuerpo se siente cómo si estuviese soportando un doloroso y asfixiante muro de concreto en este momento, es increíble la pesadez que siento invadirme.

Qué extraño...

Qué extraño que me sienta de esta manera, qué extraño que sea incluso posible, teniendo este cuerpo resistente y este poder que, se supone, debería ser suficiente para ayudarme a soportar lo que sea. Sin embargo me encuentro aquí, siendo consumido por una cruel incertidumbre y por un pánico demoledor que incluso me empieza afectar también físicamente.

Las palabras de Jess, la mujer de casi cuarenta años, madre de mis dos sobrinos a los que tanto extraño, y que ahora se encuentra aquí, frente a mí, mostrando una expresión llena de temor y suplica, han comenzado a crear una guerra desastrosa dentro de mí. Sé que pronto tendré que reaccionar, sé que a ella y a los otros dos chicos que nos acompañan ahora... les debo estar preocupando, pero aún necesito encontrar las fuerzas dentro de mí para poder regresar al aquí.

Una parte de mí prefiere mantenerse en el limbo de la negación e ignorancia. Bastante cobarde, lo sé, pero me siento más a salvo ahí. No quiero volver a la realidad aún, no quiero saber qué se encuentra en ella en estos momentos. No quiero darme cuenta de que lo que se ha revelado de los labios de mi cuñada... es verdad.

Esa verdad ya se acabó hace veinte años, esa verdad desapareció junto con todos los demás fantasmas que habían formado parte de mi tormento.

Esa verdad no puede ser posible de nuevo...

Esa verdad se fue con ella hace veinte años...

Esa verdad no puede volver... ¡Es imposible!

De pronto me siento más golpeado cuando vagas memorias, pertenecientes  a mi antiguo infierno, regresan de golpe a mi cabeza. Memorias en el antiguo Manhattan, memorias donde aún habita ella y todo lo demás que había traído y también provocado con su aparición en mi vida.

Una opresión más fuerte estruja a mi corazón sin compasión, un nuevo dolor siento nacer en mis adentros, pero no es superficial... Estoy seguro de que se trata de mi alma siendo torturada. El tiempo se ha ralentizado, o eso es lo que parece, porque ahora se siente extraño todo aquí, erróneo, cautivo, cómo si el tiempo también estuviese esperando por una respuesta mía. Cómo si también hubiese sido herido cómo yo.

Incluso aquí, en el mundo de los Anónimos, se logra percibir que algo anda mal. De por sí las cosas son extrañas aquí, abrumadoras. Aún no me acostumbro a la manera en la que transcurren los segundos aquí. Sin embargo es la reacción de mi cuerpo la que me saca más de balance, porque, cómo lo mencioné antes..., no debería sentirme tan débil.

Es increíble el poder que pueden tener las palabras, pero también pueden ser peligrosas si no estás preparado para soportar las posibles sorpresas que puedan venir con ellas. Esto sólo me demuestra lo débil que sigo siendo. Esto sólo me demuestra lo atado que aún estoy a todo lo que respecta a mi antiguo infierno, y me preocupa porque... no quiero darme cuenta de que aún no tengo la fuerza, la resistencia y las armas suficientes para saber combatir a todos esos fantasmas que aún, parece, siguen empeñados en acosarme.

No...

Debió ser un error lo que acabo de escuchar...

Ella no puede estar aquí...

La imagen de Koran, Evan y Jess luce un poco borrosa y al mismo tiempo alucinante, irreal. Percibo sus energías, escucho sus latidos y sus respiraciones, pero éso no es suficiente para hacerme creer que están aquí. Ni siquiera he podido digerir que Jess se encuentra aquí. Ahora sólo la miro, sintiendo un nudo en mi garganta, y mil preguntas acumulándose dentro de mi cabeza preparándose para hacerme explotar.

Agradezco el silencio tenso en el que nos hemos sumergido. Agradezco que no traten de intervenir todavía y estén dándome tiempo para ayudarme a asociarme con la calma que trae este, pero aún me resulta imposible conseguirla. Algo oscuro dentro de mí está preparándose para salir a la luz y sé que lo hará en cualquier momento, pero aún necesito retenerlo por unos momentos más.

Los chicos parecen comprender el conflicto dentro de mí, porque ahora sólo se limitan a verme con cautela. Sin embargo... sé que necesitaré más de la compasión de ellos y de todo lo demás para lograr asimilar esto.

— Ch-Chris... por favor. Sé... sé que es difícil, pero haz un esfuerzo. Yo...— la voz de Jess, envuelta en un hilo tembloroso y bajo, es lo que logra detonar algo en mis adentros ya que de pronto siento cómo mis brazos empiezan a temblar sin razón alguna.

Ella intenta acercarse a mí, a paso cauteloso, pero antes de que su mano logre hacer contacto con mi mejilla... me alejo de inmediato, sin despegar mi mirada de ella. La suya se vuelve lastimosa después.

—No, no, dime que estás jugando...

—Chris...

— Esto no puede ser posible, Jess. Ella...—

— Chris, te lo ruego, necesitas tranquilízarte.

Niego, sintiéndome de pronto más decaído y, sorpresivamente, también mareado.

Empiezo a perder el control de mí, mi cabeza empieza a dar vueltas y mi campo de visión se vuelve borroso. Escucho de nuevo la voz de Jess y seguido la voz de Koran o Evan llamándome, pero no lo puedo asegurar. Me siento desvanecer, talvez no falta mucho para que azote contra el suelo, pero ahora ni siquiera puedo prevenirme del impacto, pues mis manos se sienten incluso débiles y mis piernas no parecen responder a las demandas de mi cabeza para ayudarme a llegar a uno de los muebles y poder usarlo de soporte.




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