Leslie
-¡Ya no puedo más! –Empecé a quejarme. –Esto está muy difícil... No podré hacerlo...
-¿Aún no ha querido funcionar el microondas? –Se acercó Dayana.
-No... Aun no quiere prender.
-Ja, aun lado, yo lo encenderé. –Sonrió dejando la bebida que tenía en sus manos aun lado.
Dayana puso sus manos sobre el microondas para darle un par de descargas eléctricas. Pequeños rayos salían de las manos de Dayana pasando por todo el microondas, se pudo ver como encendió pero a Dayana se le escapo un rayo un poco más grande que los anteriores. El microondas volvió a pagarse pero esta vez salía humo de él.
-¿¡QUE HICISTE!?
-¡No sé!
-¡SACA ESO RAPIDO DE AQUÍ! ¡YA!
-¡Espera, no me grites! –Dayana tomo el microondas pero lo soltó al instante. – ¡Esta muy caliente!
Del microondas salió una pequeña llama de fuego pero poco después el microondas fue rodeado por... ¿Hielo?
Escuchamos una pequeña risa detrás de nosotras la cual nos hizo voltear bruscamente. El novio de Alena; Athan, estaba aquí junto a Nicolae. Athan tenía una sonrisa maliciosa al ver lo que Dayana le había hecho al microondas.
-Vaya... Menos mal llegue a socorrerlas, o si no fueran quemado la casa. –Alzo una ceja.
-Déjalas Athan, luego te luces frente a ellas... –Comento Nicolae. – ¿Qué trataban de hacer? –Frunció el ceño.
-Arreglar el microondas. –Contesto Dayana.
-Eso ya no importa. –Deje el tema aun lado. – ¿Hay alguna novedad?
-¿¡Algo sobre Karen!? –Pregunto Dayana con una pisca de esperanza.
Nicolae y Athan se miraron por un corto segundo, para así apoyarse en la pared.
-Hmm... No, no hay nada sobre Karen aun... –Por alguna razón no le creí.
-Solo vinimos a advertirles. –Athan cogió una manzana de la mesa.
-¿Sobre qué? –Me acerque más a ellos intrigada.
-Hay un asesino en el pueblo, al parecer hoy se reportó otra muerte. –Nicolae frunció el ceño. –Así que deben de tener cuidado.
-Intenten no salir de noche. –Athan miro con detalle la manzana y nos lanzó una mirada maliciosa. –Y de vez en cuando manténganse con uno de esos amigos perrunos que tienen.
-Hombres-Lobo. –Le corregí.
-Sí, si, como sea. –Mordió la manzana.
-Si necesitan algo, pueden acudir a mi familia o a mí. –Nicolae nos regaló una sonrisa para luego dirigirse a la puerta principal. –Nos vemos luego, si tienen alguna información de Karen, díganmelo cuando me vean.
-Claro, lo haremos. –Me despedí moviendo un poco la mano.
-Nos vemos, chicos. –Dayana se despidió de ellos y se sentó en la mesa.
-Hasta luego. –Sin más, Athan cerró la puerta y se fue.
-Mi pregunta es... ¿Cómo entraron? –Dijo Dayana.
-No lo sé, además, son Vampiros, seguro tienen sus truquitos...
Las dos nos quedamos calladas un momento mientras nos mirábamos cara a cara. No estábamos incomodas o tensas, solo que ya no sabíamos de que podríamos hablar. Dayana pasó una mano por su cabello y miro hacia el suelo.
-¿Crees que volverá? –Se veía triste, bueno, siempre se ve así...
-...No lo sé, quizás no, quizás sí. No tengo la respuesta.
-¿Por qué siento que la veremos pronto? –Comento aun mirando al suelo.
-Confía en ese presentimiento... –Le di una sonrisa. –Seguro la veremos pronto.
Me levante de mi asiento dirigiéndome a la puerta principal. Dayana se levantó rápidamente y agarro mi brazo.
-¿A dónde vas? –Me zafe de su agarre. –Empezara a oscurecer en poco tiempo.
-Tengo que hab-... Tengo una cita con Ban, así que no puedo llegar tarde. –Le sonreí mientras tomaba mi abrigo. –Tranquila nada te pasara, los hermanos Lupei ya vienen para acá, así te cuidaran.
-Está bien, solo... Cuídate. –Sonrió.
-Lo hare... –Salí de la casa dejando a Dayana en ella. Totalmente sola.
Karen
Llevo un buen rato en este autobús y desearía dormir para dejar de pensar en mi llegada a... Vamwolstaen, pero por más que me moviera de un lado a otro en mi asiento, no podía conseguir dormirme.
Solo pensaba en ver de nuevo a las chicas, en ver de nuevo esos ojos azules que me cautivan, en volver a ver a ese chico de ojos color miel con gran corazón, pero también pensaba en las cosas malas, ¿Qué hay de las leyendas? ¿De los asesinatos de hace años?
Debería de tranquilizarme, después de todo, esos asesinatos pasaron hace mucho tiempo, ¿Quién dice que aún sigue ese problema? Pero aun así... Siento que mi llegada será... mal recibida...
Ban
Mi corazón se aceleró al ver a Leslie, me acerque a ella dándole un gran abrazo y un beso. Le sonreí y acaricie su cabeza.
-Hola, preciosa, ¿Cómo estás? Dime ¿De qué querías hablar?
-Hola, guapo, estoy bien, solo quería hablar de unos temas un poco... Preocupantes...
Me apartó un poco sosteniendo sus manos entre las mías.
-Dime, ¿Qué te preocupa?
Leslie suspiro, cerrando un poco sus ojos. –Quiero saber sobre las muertes recientes...
-¿Qué quieres saber, exactamente? Si te preocupa tu seguridad y la de Dayana, deben de estar tranquilas, mis primos y yo las cuidaremos...
-Me alegra oír eso, pero quería saber... ¿A qué se deben? –Curioseo. –Acaso esto es por manadas de otros territorios o... –La interrumpí.
-No es eso, aun no se sabe realmente, mis primos y yo creemos que son Hombres-Hiena...
-¿Hombres que? –Ella no comprendía. -¿Qué es eso?
-Son como los Hombres-Lobo, solo que estas criaturas o mejor dicho “personas” se convierten en hienas de gran tamaño. –Solté sus manos. –Pero aun no estamos muy seguros de que puedan ser ellos realmente.
Dayana
Alex y Brais había venido a “cuidarme” por el asunto de los asesinatos, así ellos se sentirían más seguros de que yo estuviera bien, Kilian y Tizc no se pudieron quedar porque están vigilando los alrededores del pueblo.
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Editado: 03.11.2021