Nicolae
Ya había llegado el fin de semana, y mi cita con Karen apenas empezaría. Empaque todo lo necesario en el auto y me subí, dirigiéndome a la casa de Karen. Le advertí que el pueblo vecino tenia bajas temperaturas para que estuviera preparada, también le dije que se preparara temprano ya que quería que disfrutáramos de una experiencia completa, son las 7 am, para cuando lleguemos a aquel pueblo serán las 9 am.
Minutos después llegue a la casa de Karen, toque la bocina para que se diera cuenta de que ya había llegado, segundos después se abrió la puerta principal y Dayana apareció, baje del auto y me acerque a ella.
-¡Hola, Dayana! –Le sonreí.
-Hola, Nicolae. Karen saldrá en un minuto. –Frunció el ceño por un momento. –Cuídala. –Solo dijo eso.
-Y no te sobrepases con ella. –Apareció Leslie.
-Tranquilas, no haré nada indebido.
-¡Listo! ¿Qué pasa aquí? –Karen nos miró curiosa.
-Nada. Mejor vete ya, no queremos gastar su tiempo. –Comento Leslie.
Subí el bolso de Karen al auto y luego me dirigí al lado del copiloto para abrirle la puerta a Karen, ella se subió al auto con una sonrisa y luego di la vuelta para sentarme en el asiento del conductor.
. . .
Ya llevo un rato conduciendo, Karen y yo hablamos de un par de cosas durante el viaje, ella parecía estar cómoda al parecer. Karen bajo el vidrio de la ventana por un momento, el aire frio choco contra su cuerpo y luego vi como temblaba del frio, reí por un momento.
-Athan le encantaría este clima. –Comente.
-¿Por qué no lo invitaste? –Pregunto.
La mire por un breve momento y luego fije mi mirada hacia el camino.
-Sería raro invitar a mi mejor amigo a una cita... –Sonreí.
Karen se quedó callada pero sentí como su corazón empezaba a latir de manera fuerte por mi comentario, para calmar la tensión dije otra cosa.
-Athan tiene el poder de la Crioquinesis, así que este frio le sentiría más que bien, aunque en nuestro pueblo ya hace bastante...
-Y ¿Tú? –Pregunto. –Dime, ¿Cuál es tu poder?
Pensé por un momento que responderle, mi fuerte siempre fue mi agilidad y fuerza, pero mi poder...
-Tengo poderes psíquicos, cualquier poder que se te ocurra que tenga que ver con lo mental o algo relacionado, lo tengo.
-Increíble... ¿Puedes saber que pienso o que siento? –Negué.
-Por desgracia, no. Alena puede, pero yo no. En mi familia algunos tenemos este tipo de poder, mi madre tiene el poder de la Magnetoquinesis, mi padre Psicometría y curación, - ella me escuchaba con mucha atención. –de hecho por eso se hizo doctor, para aprovechar su habilidad. Maya tiene el poder de Retrocognición y Chloe Precognición.
-¿Retrocognición y Precognición? –Se preguntó a ella misma. –Explícate.
-La Retrocognición es la percepción de eventos pasados. Y la Precognición es algo parecido pero con eventos presentes o futuros.
Karen no dijo nada más, solamente sonrió al oír mi explicación. Nos quedamos callados por un momento hasta que llegamos. Aparque en un lugar cerca del gran lago del pueblo, no estábamos tan lejos del pueblo, seguramente a unos cuantos metros.
Empecé a armar la tienda de campaña mientras Karen sacaba su bolso del maletero, Karen se acercó un poco desconcertada, en cuestión de segundos ya tenía la tienda armada.
-¿Dormiremos ahí, –Hizo una breve pausa. –Los dos?
Trague con dificultad por aquella pregunta.
-Si... Pero si quieres armo otra tienda para ti, déjame buscar.
Fui rápidamente al maletero buscando otra tienda, sentí la mano de Karen en mi espalda.
-Tranquilo, no hay necesidad que busques otra, dormiremos los dos ahí. –Señalo con su mirada. –No tengo problema.
Trate de retener una sonrisa ante su declaración. Cerré el maletero y tome su mano, dirigiéndome al pueblo.
-¿A dónde vamos? –Pregunto mirando hacia atrás. –Espera, y ¿Las cosas? Podrían robarlas.
-Tranquila, no sucederá. Vamos al pueblo para comprar algunas cosas.
Solté la mano de Karen y señale hacia un lugar.
-Por ahí podremos ir al pueblo.
Había un poco de neblina pero aun así la vista se podia ver con claridad. En un momento Karen se acercó a la orilla del lago y sentí como si me chuzaran todo el cuerpo.
-Mira, podemos pasar por aquí. –Señalo a un puente de madera y cuerda.
Tome la mano de Karen y la jale un poco brusco hacia mí, haciendo que su cuerpo impactara en mi pecho.
-No podemos pasar por ahí, yo sé porque te lo digo. –Trague con dificultad. –Tampoco te acerques tanto a la orilla... Aunque el agua se vea tranquila, la marea puede ser diferente cuando estés en ella.
-¿De qué hablas? –Dijo desconcertada.
-En este lago habitan sirenas, pero no son tan buenas como otras... Algunas pueden ser malvadas, pueden comer a humanos, todo lo que les plazca. Pero hay otras que son pacíficas, tienen un alma pura...
Karen miro un momento el agua como si tratara de buscar algo.
-Entiendo... Sigamos caminando. –Ella jalo brevemente mi brazo.
. . .
Karen
Nicolae y yo llegamos a una tienda en donde vendían algunas cosas, como recuerdos y cosas para pescar. Nicolae me miro un momento mientras sostenía una caña de pescar.
-Está bien, tómala, lo que dije antes no importa, me gustaría pescar contigo. –Nicolae sonrió al oír mis palabras.
-¿Qué tal? ¿En qué te puedo ayudar, querida? –Comento una chica en el mostrador.
Mire un momento la pequeña placa que tenía en su camiseta, al parecer era su nombre, “Mar”.
-Hola... La verdad no sé qué comprar.
Analice la tienda para encontrar algo. La chica miro a Nicolae quien se acercaba con dos cañas de pescar y otras cosas, Nicolae frunció el ceño al ver a la chica que sonreía maliciosa.
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Editado: 03.11.2021