Oscuros. Origen de los oscuros. Guardianes 3.

Capítulo 5: Acuerdos

Capítulo 5:

Acuerdos

Selt

 

Damián se encuentra parado a un lado del portón de Cirvius, con los brazos cruzados sobre el pecho y el ceño fruncido. Mirando en toda dirección en mi búsqueda. Ataviado con esa vestimenta negra que siempre ha caracterizado a los guardianes. Inclina la cabeza como saludo a quienes ingresan.

Estoy segura de que su curiosidad no le permite esperar en su oficina.

Engañar a los guardianes fue un arte que mi madre perfeccionó con los años y mi hermana lo aprendió muy bien. Un arte puesto en práctica pocos meses atrás. No debería impresionarme, pero lo hace. Ver al cuervo me hace preguntarme, ¿quién más sobrevivió? La ciudad quedó sepultada, no pudo haber sobrevivientes, pero mi hermana sigue con vida y el cuervo también. Ella es la razón por la que estoy aquí, pero de verdad no esperaba a más oscuros leales a mi madre.

La estirpe de los oscuros que debió haberse extinguido con la desaparición de Enmerald, ha renacido de los escombros. ¿Cuál será el objetivo de Tanils?

—Deja de mirar a todas partes. Comienzan a mirarte extraño —digo pasando a su lado.

Por lo general, las veces que vine a la ciudad, que fueron muy pocas, mi estancia en las instalaciones de los guardianes se reducía a una sola visita. Esta ocasión es diferente, lo que en un principio pudo haber sido eventual, ahora pasa de lo recurrente.

—¿Dónde estuviste? —inquiere.

Caminamos a la par y mantenemos un tono de voz moderado, igual él parece evitar el tema del callejón, demasiadas bestias en la institución con una capacidad de audición magnifica. Una conversación como esa no requiere de tantos oídos. Mi presencia no pasa desapercibida.

—Un paseo de reconocimiento. Muchos lugares han cambiado en mi ausencia.

Mantiene la puerta abierta para mí, pasamos a la recepción. Algunos jóvenes se hacen a un lado ante mi presencia, más por asombro que por respeto. La anhelada inmortalidad es un tema de opiniones contradictorias, para algunos es una aberración la prolongación de la existencia y, para mí lo ha sido, para otros es un sueño inalcanzable, sobre todo para quienes dominan la magia.

—Te fuiste por muchos años —musita.

—Sabes que no puedo quedarme.

—Lo sé. Pero en algún punto de tu vida tendrás que detenerte, huir no es la solución, Selt.

Estancarme en un solo lugar es una idea vaga, mi vida es ser una errante. La inmortalidad es mi maldición y mientras no pueda librarme de ella, no puedo tener una vida “normal”.

—Dudo que ese momento llegue.

—Vas a tener hijos algún día eso va a requerir que te asientes en un solo lugar —ya había olvidado las predicciones de la bruja.

—Si es que llega a pasar.

Él niega. En la recepción se encuentra el mismo chico que me recibió hace un día.

Alonso no me quita la mirada, está más sorprendido que los demás por mi presencia. Quizás asumió que no volvería, yo también lo había hecho.

—Buen día, Alonso —musito al pasar a su lado.

El chico me sigue con la mirada.

—Solo debes tener un poco de fe —insiste Damián.

Vamos directo hacia las escaleras que dan a la oficina de Damián. Él espera que estemos dentro y cierra la puerta con seguro para poder hablar.

—Tienes muchos que explicar.

Suspiro de manera exagerada.

—¿Por dónde prefieres comenzar?

Saco una silla con cuidado de no hacer ruido y tomo asiento. Él, por el contrario, permanece de pie, se sostiene el mentó, pensativo, indeciso. Puedo imaginar la maraña de pensamientos que debe estar teniendo justo en este preciso momento sobre mi actitud al espiar la tienda del cuervo.

Tamborileo mis uñas contra la mesa. Un ruidito que es irritante para él, pero que no puedo evitar, me tiene inquieta lo que dijo la adivina y no precisamente mi supuesta posible descendencia, sino lo otro que dijo. Es como retroceder en el tiempo y por accidente haber obtenido una lectura de mano con revelaciones nada precisas de mi futuro, pero a la final fueron certeras. Existe la posibilidad de que esta nueva revelación también llegue a cumplirse.

La presencia de Samuel en este mundo no puede ser posible, o ¿sí? Es una pregunta perfecta para Cándida Riquelme, el problema es que ella esté dispuesta a responderla. Mi abuela suele siempre dejarme con la cabeza llena de incógnitas.

Damián se mueve de un mueble a otro, buscando algún antiguo libro.

—Con la destrucción de Enmerald la investigación que llevaba el canciller Arellano se perdió por completo, sin embargo, a mano de los guardianes llegaron algunas cartas escritas por un duendecillo que trabajo para tu madre, allí decía que ella había sacrificado a toda su familia. Y ante tu falta de memoria, no se pudo comprobar. —Explica Damián dándome un pequeño y viejo pergamino doblado.

Lo desdoblo y me cuesta un poco respirar. El final de Henry fue muy cruel. A pesar de que él era un oscuro, buscó la manera de evitar que los planes de mi madre se hicieran realidad, es una pena que su sacrificio haya sido en vano.




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