Oscuros Secretos

Capítulo XVII

Ya era lunes, el maldito día tenía que llegar y aunque un horrible sentimiento inundaba mi pecho, deseaba encontrar al causante de todas estas muertes, Ian se había esforzado bastante con las armas; esperaba que sirvieran contra cualquier cosa que...   

Ya era lunes, el maldito día tenía que llegar y aunque un horrible sentimiento inundaba mi pecho, deseaba encontrar al causante de todas estas muertes, Ian se había esforzado bastante con las armas; esperaba que sirvieran contra cualquier cosa que quisiera matarnos o al menos protegernos.

No podía contar cuanto bourbon y tabaco había en mi sistema, desde anoche no paraba de consumirlo; los nervios me carcomían y era la única forma de mantenerme tranquila por unos segundos, salí de mi oficina no sin antes revisar que mi aspecto estaba en su lugar, no había hablado con Alec, había desviado todas sus insistentes llamadas, sé que intentaría convencerme para que no fuera, él me conocía mejor que nadie, él sabía que descubrir la verdad iba a quebrarme, no estaba molesta con él por guardar su secreto, era muy hipócrita de mi parte hacerlo, cuando él guardaba el mío.

Salí a paso apresurado, ya me estaban esperando en una de las camionetas, Daniel, Will, Gregorio y Adriana, sin decir una sola palabra me subí en el asiento del copiloto, Will era quien conocía el camino a la manada, conduciría mientras Gregorio y Adriana vigilaban a Daniel, cuando el auto empezó su marcha, deseaba lanzarme en ese mismo instante, sin embargo, mi familia me necesitaba, Tyler necesitaba justicia y yo tendría que hacerle frente a la situación de una vez por todas.

No paraba de pensar en cuantos secretos me ocultarían estas personas, cuántas cosas sabían que yo desconocía, quería imaginar que mis padres y mis hermanas vivían en la misma ignorancia, no obstante, no estaba segura de ello, mi padre conocía a Taylor desde que es un niño.

-Hemos llegado- dijo Will suspirando- tenemos que caminar a partir de ahora- dijo sacando sus armas-tenemos que cruzar un portal que nos llevará directo a la manada- todo sonaba tan surrealista que quería lanzarme al piso y reírme de la situación -debemos estar muy alertas- bajo del auto y abrió mi puerta como acostumbraba a hacerlo desde hace más de un mes- estamos en territorio de Azaurus- dijo tomando mi mano, él se había encargado de explicarnos todo sobre esta dimensión y quienes la habitaban- dispara sin importar quien sea Cassie- dijo frio, algo que me sorprendió, él jamás mataría sin tener un motivo suficiente- Zuruprum no se caracteriza por ser muy cálido con desconocidos- dijo William haciendo una mueca- mucho menos si están acompañados de un exiliado.

-Ya escucharon- les dije a Gregorio y Adriana que miraban con sorpresa a Will, él caminaba delante de nosotros, seguí sus pasos, en cualquier momento me podría perder; durante el trayecto guardamos silencio, no estábamos en nuestra zona de confort en este momento, no se presentó ningún inconveniente más que las insoportables quejas de Daniel no le gustaba andar como un humano.

- Que alguien le de un puñetazo- dijo Adriana fastidiada por tener que arrastrar a un quejoso y malcriado Daniel; suspire hastiada girándome hacia el.

-Si no te callas- le advertí mirándolo-yo misma te coseré la boca con belladona- este me observo aterrorizado, sabía el gran daño que podía causarle dicha planta; Llegamos a un punto desolado del bosque, Will recitó unas palabras, en un idioma que desconocía, frente a nosotros apareció algo que no sabría explicar realmente qué era, parecía una pantalla gelatinosa, detrás  se veía una gran muralla custodiada por muchos hombres que miraban con desprecio a Will, él era un desterrado, un intruso en sus tierras.

Los primeros en cruzar fueron Daniel y William dejándonos atrás a Gregorio, Adriana y mi, nos miramos con miedo, atravesamos el portal, éramos humanos no estábamos acostumbrados a estas cosas.

No tuvimos que identificarnos, nos dejaron pasar con facilidad, nos dieron paso a una ciudad entera; nos guiaron hasta un auto muy parecido a los que teníamos en Nightmare de transporte, viajamos aproximadamente 20 minutos en el auto, las casas y el ajetreo disminuían, entrando en un espeso bosque, el auto se detuvo en lo que parecía una mansión, Will nos susurró que estábamos en la casa del gran alfa; nos guiaron por la enorme casa hasta llegar a unas puertas grandes y se retiraron dejándonos solos; el aire abandonó mis pulmones, era hora de la verdad, sabía que ellos no podían sentir mi esencia, sí la del resto de mis acompañantes.

- ¿Estás lista? - preguntó Will nervioso tomando mi mano, de la misma forma la tomo Gregorio y a su vez Adriana tomó la de Gregorio dejando a Daniel fuera de la escena.

-Pase lo que pase hoy- dijo Adriana, sé que William les había contado más detalles, ellos sabían lo que nos esperaba detrás de esas puertas- siempre contaras con nosotros- se acercó a abrazarme- siempre seremos tu familia- susurro en mi oído.

-Estamos listos- susurre, revisando que todo estuviera perfecto, di tres pasos frente a ellos, no golpearía, simplemente abriría la puerta y enfrentaría mi realidad, cerré los ojos y solté un suspiro- ¿ellos no reconocen algún olor en mí? - pregunte asustada, no sabía si el collar que me dio Alec, también alejaría ese tipo de cosas.

-No lo harán- dijo Will alentándome, él estaba más nervioso que yo, si es que eso se podía- me encargue de eso-dijo mi amigo; sostuve la puerta por unos segundos, cuando por fin tome el valor suficiente, abrí la puerta entrando sin permiso, lo que me sorprendió no era ver a todas las personas que considere mi familia hablando, y guardando silencio ante mi entrada, sino ver a Gabriel mi padre biológico entre ellos, y a  mis hermanitas que me miraban confundidas.




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