Oscuros Secretos

Capítulo XXI

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Quería estar con ellos, hablar con mi padre, abrazarlo y decirle que lo amaba que no importaba nada, que lo amaba, quería regresar a mi hogar con mis hermanos, y aunque los White me hayan engañado mil y un veces los amaba. Por dios ya no podría concebir una estúpida vida sin ellos, no obstante, no podía permitir que el imbécil de Lucifer me arrebatara todo por un capricho y una venganza,  no sabíamos los motivos de Jane para buscarme con tanta insistencia, no sabíamos para quien trabajaba Kimberly, o de quien eran las amenazas anónimas.

-Llegamos-dijo Gregorio y gire mi silla encontrándome con él, Alec, Marian, Adriana y William.

- ¿Lo ubicaste? – le pregunte seria a Will y este asintió entregándome un montón de papeles- ¿Qué es esto? - le pregunte desconcertada

-Me pediste que te diera los nombres más buscados por la interpol y el FBI- dijo él quitándose su estorbosa corbata y sentándose en una de las sillas enfrente de mi escritorio, Gregorio imito su acción, Adriana se sentó en las piernas de Will, Marian y Alec estaban en a su lado - uní cabos sueltos y me di cuenta que Derek esta con Camile y junto a esto mandaron esto- dijo triste entregándome un par de hojas y una fotografía de Susan y Matt los hijos de Dominic; junto a esto venia una nota que decía "ven por ellos o Camile los matara y yo disfrutare entregándote los cuerpos" Derek

-Maldito bastardo- grite levantándome enojada de mi silla reventando contra el cristal la copa de whisky que tenía.

-Tienes que calmarte- me dijo Gregorio y lo fulmine-  no pensaras bien las cosas y tanto los niños como tú morirán- la ira hervía en mi sistema y mi cabeza retumbaba.

-Nena tus ojos- susurro Adriana, me mire en el espejo más cercano, mis ojos cafés se habían convertido en dos perlas negras sin pupila, me sobresalte alejándome asustada de la pared, mis ojos se habían convertido en algo espantoso y no era la primera vez que me sucedía, solo que creí que alcohol había afectado mi cerebro.

-Que mierda- susurré restregándome mis ojos tratando de volverlos a la normalidad- Eliak- dije y este me miro- tráeme las lentillas rojas- este asintió sin rechistar se levantó y me ayudo a ponerlas en su lugar.

-Gregorio- dije y él me observo esperando ordenes- quiero que planees todo para el lunes- le dije- iremos por esos mocosos y matare a esos dos bastardos- le dije- consígueme un abogado y los papeles de divorcio para Dominic- dije -Adriana prepara dos habitaciones en nuestra planta- dije y ella asintió- una de niño y de niña con ropa-le dije- tú, Marian y Will se quedarán a cargo del complejo porque no van a ir conmigo- dije y ellos abrieron sus ojos.

- ¿Por qué? – gritaron los tres bastante enojados, jamás les había negado ir a un operativo, esto sería peligroso para ellos.

-Ustedes dos son almas gemelas y esas mierdas- dije yo sin darle importancia- si alguno muere el otro morirá junto a él- les dije- Marian tienes que recibir a los hombres que enviaran desde Azaurus- le dije y ella asintió resignada- además eres la pareja de Robert él me arrancaría la cabeza si dejo que te pase algo.

- No sean caprichosos, no será el único operativo que tendremos- dijo Alec tratando de apoyarme, el sabia lo importante que era que ellos no se arriesgaran.

-Los necesito vivos- dije yo- si Gregorio, Alec y yo faltamos ustedes estarán a cargo- dije sin permitir que me respondieran- es una maldita orden y espero que la obedezcan- ellos asintieron, no muy convencidos -Eliak- dije y este me miro- prepara mi motocicleta- le dije y este me miro sin entender- esta noche voy correr- le dije y este asintió sonriente.

- ¿Vamos a asistir todos a los eventos? - pregunto emocionada Adriana y asentí en su dirección, mientras ella chillaba de felicidad sacándome una sonrisa tonta, Alec beso mis labios y se retiró, tenía mucho trabajo, Marian se fue tras Adriana y Will; Gregorio me miraba esperando que se alejaran lo suficiente para poder hablar

- ¿Qué mierdas te está pasando? - me pregunto, yo me levanté, me serví una copa de bourbon.

-No lo sé Greg- dije asustada con mi voz entrecortada-no sé que soy ni quien soy- suspire soltando varios suspiros- no quiero ser un monstruo.

-No lo serás- dijo él con burla- porque eso ya lo eres -dijo con ironía- eso es lo que somos monstruos despiadados- me dijo con ternura- somos y me incluyo porque si tengo que ir al infierno por ti lo haría muñeca- dio acariciando mi rostro.

-Cambiando de tema- le dije, no quería hablar sobre eso, no ahora, le ofrecí una copa y él la acepto- no pase desapercibido las miradas que te dabas con Abadon- me reí al ver como se sonrojaba.

- Hey no te burles, tu angelito guardián no está nada mal- dijo él y yo me reí más fuerte- además es él quien me pone nervioso, él y sus ojos raros.

- ¿Qué tienen sus ojos? - le dije sonriendo socarronamente- son muy atractivos que hacen que te sonrojes

-No lo sé- dijo él-  cuando me ve sus ojos se ponen arcoíris- dijo él, abrí la boca sorprendida,  sin decir nada, él tenía que descubrirlo solo, Abadon había encontrado su alma gemela y no era más ni nada menos que el indomable Gregorio- eso provoca una sensación rara en mí.

-Es un Ángel Greg- dije y él se removió incomodo en su asiento- él sabe que tú lo sabes- le dije y él asintió- pregúntale porque sus ojos son así y ya.




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