Oshi No Ko: Aprendiendo a amarte.

14 - Una discupla sincera.

Tokyo - Japón.
10:00 de la mañana.
Una notable cantidad de rayos de luz se visualizaban en ese instante adentrándose a través de las ventanas del departamento perteneciente al chico Naruto Uzumaki, misma brillante luz de color amarillo que además se estaba encargando de revelar un escenario desordenado y repleto de una ligera cantidad de basura doméstica, tratándose a su vez del total resultado de todo lo que se había acontecido solo la noche anterior entre los miembros de Konoha Productions e Ichigo Productions.
Miembros que durante la celebración, no habían podido evitar en lo más mínimo sumergirse completamente entre las espesas gotas del gran sabor del alcohol, alcohol que no hizo otra cosa más que ocasionar que diversas circunstancias se produjeran entre los presentes en las instalaciones formadas de total concreto, hecho que solo dio como único resultado, que varios de esos mismos miembros fueran abandonando la estructura ubicada en una de las zonas residenciales de Tokyo.
De esta manera, siendo Naruto Uzumaki y Ai Hoshino los únicos dos individuos que permanecieron toda la noche en las medianas instalaciones del departamento, mismos artistas musicales de la zona urbana de Tokyo que a causa del exceso de alcohol que había estado nublando totalmente sus mentes de cualquier juicio.
Habían protagonizado uno de los momentos más importantes de sus vidas, vidas que al parecer quedarían unidas para siempre debido a ese mismo hecho sexual, chicos dedicados a la música que además no tenían ni la más mínima idea de que este placentero encuentro carnal les traería grandes persecuciones a ambos a futuro.
Persecución que al parecer se daría a conocer como dos pequeños seres de cabellera rubia y portadores de unos bellos ojos con mágica forma de estrellas.
Ai: Dime, ¿te pasa algo Naruto?, has estado demasiado callado toda la mañana.
Preguntó con un poco de duda al estar observando fijamente a su famoso compañero de inigualables ojos azules, mismo Rockstar que simplemente se apreciaba cruzado de brazos mientras un semblante serio adornaba su mirada, cantantes juveniles que en ese instante se encontraban sentados juntos en la mesa ubicada en la cocina del departamento.
Mesa circular y construida de madera que actualmente mantenía lo que parecían ser unas cuantas botellas alcohólicas casi vacías posadas sobre su plana superficie, mesa que al igual que el resto del mediano departamento en ese momento, se distinguía levemente sucia a causa de una ligera cantidad de basura inorgánica.
Naruto: Es solo que, no...no puedo dejar de pensar en lo que hicimos anoche.
Respondió antes de enfocar totalmente sus ojos azules sobre los orbes morados de aquélla Idol de la gran ciudad de Tokyo, fémina que a su vez no pudo evitar que sus mejillas se tornarán de un color rojizo a causa de las palabras de su compañero, ya que solo el hecho de pensar en lo que ambos hicieron durante la noche, no hacía más que acelerar totalmente su corazón.
Ai: Te...te arrepientes de eso?.
Comentó con un tono bajo al estar sosteniendole la mirada al chico pelirubio que el día de mañana compartiría una increíble colaboración musical con ella, individuo de curiosas marcas zorrunas en las mejillas que inmediatamente negó a lo comentado por su angelical compañera con un simple movimiento de cabeza.
Naruto: Jamás me arrepentiré de haber estado contigo Ai, así que no pienses eso.
Habló con demasiada seguridad en sus palabras al decidir posar una de sus manos de una forma suave sobre una de las de aquélla mujer de cabello morado, linda fémina perteneciente a Ichigo Productions que sólamente le dedicó una sonrisa llena de alivio al chico que todos los días alegraba todo su corazón y mente.
Ai: Entonces, porqué estás tan serio.
Dijo con muchísima curiosidad al estar sintiendo como el flamante chico de apellido Uzumaki mantenía su cálida mano posada de una forma suave sobre la suya, acción de parte del cantante más popular del majestuoso país Nippon que solo parecía estarle provocando un sin fin de sensaciones a la Idol de ojos morados.
Mujer de vestimenta casual que en ese momento continuaba regalándole una pequeña sonrisa al joven de alborotada cabellera rubia llamado Naruto Uzumaki.
Naruto: Desde que nos dimos aquél beso bajo la lluvia, tu y yo no hemos hecho otra cosa más que dejarnos llevar por el momento, aún sin saber lo que ambos realmente sentimos el uno por el otro.
Decía de una manera apacible al proceder a bajar ligeramente su mirada en dirección a la mesa circular formada de madera, siendo unas palabras que a su vez ocasionaron que una pizca de seriedad se apoderará de la linda expresión de la Idol, misma cantante juvenil pelimorada que a continuación decidió apartar su mano de la de aquél joven de intenso cabello rubio.
Ai: Las cosas han pasado demasiado rápido, hace tres meses atrás, tú ni siquiera me querías cerca de ti, y ahora, ambos hemos cruzado aquélla barrera de una simple amistad entre amigos.
Exclamó de una forma neutral mientras no podía evitar recordar todos los momentos que había compartido junto con él chico que se ubicaba con ella en ese instante, mismos momentos en los cuáles, aquél increíble Rockstar se encargó de enseñarle demasiadas cosas respecto al exigente mundo artístico del país Nippon.
Y no sólo eso, si no que también se había encargado de enseñarle a demostrarle sus verdaderas emociones a los fans que la apoyaban de una manera incondicional, enorme número de seguidores que realmente fueron capaces de notar el notorio cambio en las sonrisas que les entregaba la Idol de apellido Hoshino.
Naruto: Y a ti, te parece bien haber cruzado esa gran barrera conmigo?, ya que, esta vez no fue solo un simple beso lo que tomé de parte tuya, tomé lo más importante que tenías en esta vida.
Mencionó dudosamente al seguir con su mirada apartada de la expresión de la chica que se ubicaba sentada junto con él, fémina que al contrario de su compañero, se podía visualizar enfocando totalmente sus ojos morados sobre él pelirubio, mujer de solo dieciséis años de edad que además se encontraba pensando en las palabras pronunciadas de parte del ojiazul.
Idol que a causa de esos pensamientos, había procedido a no decir ni una sola palabra más mientras no le quitaba la mirada de encima al cantante juvenil, profundo silencio que a los pocos segundos transcurridos lograría llamar la atención del Rockstar más popular del país rodeado por un gigantesco océano, el cuál simplemente decidiría volver a enfocar poco a poco su expresión en contra de la de aquélla linda mujer de bellos ojos con singular forma de estrellas.
De esta manera, el hombre de apellido Uzumaki pudiendo apreciar como las estrellas en los ojos de su compañera se encontraban brillando muy ligeramente, mágicos orbes morados que no hacían más que maravillar cada día más y más al cantante de estruendosa música Rock perteneciente a Konoha Productions.
Ai: Si, si me parece bastante bien haber cruzado esa barrera contigo, y no me arrepiento de haberlo hecho, ya que desde un principio, te elegí a ti Naruto Uzumaki.
Pronunció positivamente antes de obsequiarle una expresión repleta de verdadera seguridad al famoso joven de inigualables orbes azules cómo el océano, positividad que además ocasionaba que las mágicas estrellas en sus ojos continuarán brillando de una forma ligera ante aquél Rockstar de la ciudad de Tokyo.
El cuál no pudo evitar llenarse de una gigantesca sorpresa emocional a causa de lo comentado solo segundos atrás por su angelical compañera de cabello morado.
Ai: Tal vez todavía no entienda del todo lo que es amar de verdad a una persona, pero de algo si estoy totalmente segura, quiero estar a tu lado todos los días.
Reveló con una enorme determinación en su angelical tono de voz mientras podía sentir como la ligera pesadez del departamento se tranquilizaba un poco, misma tranquilidad que además también fue apoderándose del corazón de aquél chico de diecisiete años de edad y portador de unas marcas en las mejillas.
Ai: Eres mi amigo, mi compañero de profesión, mi consejero artístico, eres...eres todo lo que una mujer quiere.
Comentó con mucha sinceridad reflejada en su linda mirada al seguir observando fijamente a los ojos al chico pelirubio, cantante juvenil de música Rock que al parecer no pudo evitar sentir miles de emociones a causa de aquéllas palabras, mismas emociones que a continuación provocaron qué las mejillas de aquél gran chico se tornarán de un ligero color rojizo.
Color rojizo que en ese preciso momento le parecía sumamente adorable a la chica perteneciente a Ichigo Productions, Idol de intensos ojos morados que a los pocos segundos decidió posar una de sus manos sobre una de las mejillas de su compañero, Rockstar que no hizo más que sentir la calidez que le otorgaba el suave contacto de la mujer más popular de todo Tokyo.
Hermosa fémina que hace unas cuantas horas atrás y durante la profunda oscuridad de la noche, se había entregado completamente a él sin importar nada.
Naruto: Solo tú logras ponerme tan rojo.
Decía con un poco de vergüenza en sus palabras al seguir sintiendo como su pareja sentimental mantenía una de sus manos posadas sobre una de sus mejillas, Idol que actualmente sentía un enorme orgullo en su corazón a causa de ser la única que le provocaba un sonrojo al chico más popular del majestuoso país Nippon.
Ai: Me alegra demasiado ser la única chica que te logra poner de esa manera.
Dijo orgullosamente al momento de adoptar lo que parecía ser un semblante presumido en su flamante expresión, hecho que simplemente hizo reír de una forma ligera al pelirubio que no podía apartar sus ojos azules de aquélla fémina, mujer de dieciséis años que no hacía más que hacer resaltar su belleza con la cálida luz que se filtraba a través de las ventanas.
Naruto: Parece que disfrutas saber eso.
Habló de una manera divertida al estar contemplando el semblante presumido que aún portaba la famosa Idol de Tokyo, fémina que en sus ojos con forma de estrellas se encontraba demostrando la real felicidad de estar junto al Rockstar, felicidad que en todo momento se apreciaba siendo observado por el joven de diecisiete años de apellido Uzumaki.
Ai: Y cómo no disfrutarlo, después de todo, tengo al artista musical más popular de toda la enorme nación en mis manos.
Exclamó con un gran orgullo en su voz solo justo antes de decidir comenzar a incorporarse poco a poco de la silla en la que permanecía posada cómodamente, para una vez de pié, únicamente proceder a sentarse de una forma sumamente cuidadosa sobre las piernas de aquél chico de inigualables ojos azules cómo el mar.
Ojiazul que a continuación decidió rodear cariñosamente con sus brazos la cintura de la mujer que en ese preciso momento se encontraba sentada en sus piernas, misma fémina de cabello morado que sólamente contempló de una manera fija al chico que en ese instante la observaba con demasiada calidez en su expresión.
Ai: 🎶 Pero tú, en mis sueños, siempre has de estar como una luz, que me ilumina y al despertar, quiero volverlo a intentar, sé que el corazón, late más fuerte, más que un motor y aunque no sabes nada de mí, un día te habré de alcanzar...amor 🎶.
Tarareo con una suma suavidad reflejada en sus palabras al momento de rodear con sus brazos el cuello del famoso chico perteneciente a Konoha Productions, individuo de cabello rubio que a su vez no pudo evitar sonreír a causa del breve canto que había recibido de parte de la Idol más linda de la zona urbana de Tokyo, cantante juvenil de dieciséis años que desde hace tres meses atrás, fue capaz de cambiar totalmente la vida del joven de curiosas marcas zorrunas en las mejillas.
Ojimorada que durante los siguientes minutos transcurridos, se había encargado de depositar pequeños beso sobre las mejillas de su gran compañero, flamante pelirubio que simplemente disfrutaba de los cariñosos contactos recibidos de parte de la bellísima mujer que todavía seguía posada en sus piernas, misma fémina que con aquéllos besos, quería demostrarle al Rockstar más popular del país llamado Japón que realmente quería permanecer a su lado.
Aunque ese hecho, la hermosa e inigualable pelimorada ya se lo haya demostrado la noche anterior y de una manera sumamente especial, acontecimiento íntimo que al parecer quedaría guardado para siempre en la memoria de los dos cantantes juveniles más populares de la gran ciudad de Tokyo.
Mismo acontecimiento que en un principio quedaría en un absoluto secreto entre ambos jóvenes, o al menos así sería hasta que cierta mujer de ojos color vinotinto descubriera todo lo sucedido aquélla noche, además de ser un hecho que poco a poco iría evidenciándose en el cuerpo de la mujer nombrada Ai Hoshino.
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Tokyo - Japón.
2:00 de la tarde.
Un gigantesco mar de pensamientos se encontraban en ese momento inundando por completo la mente de cierta mujer portadora de unos ojos color vinotinto, los cuáles a su vez se podían visualizar siendo sumamente dedicados a la angelical fémina más popular de la gran ciudad de Tokyo nombrada Ai Hoshino, Idol con la cuál había mantenido una pequeña discusión durante los hechos ocurridos en el flamante departamento del chico de solo diecisiete años de edad.
Pequeña discusión que actualmente continuaba demasiado presente en la segunda al mando de Ichigo Productions, tratándose de un constante pensamiento que prácticamente no la había dejado estar en paz durante el transcurso del día, mismo día que como de costumbre, estaba lleno de un incontable trabajo de producción para la mujer de ojos vinotinto.
Mujer de cabello rubio que en ese instante se apreciaba recorriendo una de las tantas avenidas pertenecientes a la zona urbana de Tokyo sobre un elegante vehículo, automóvil de flamante color negro que simplemente se desplazaba a una apacible velocidad entre el notable ajetreo que circulaba en ese momento en la ciudad, auto que además tenía como único destino la respectiva vivienda de aquélla famosa cantante juvenil de lindos ojos morados con singular forma de estrellas.
Siendo este hecho debido a que la mujer Miyako Saitou tenía que asegurarse de que su hija adoptiva estuviera en su hogar, aunque tratándose más que nada de una petición que había sido otorgada hacia ella por su amada pareja llamada Ichigo, hombre de lentes negros que lo que más deseaba era saber que todo estaba en orden con la mujer de cabellera morada.
Fémina ojimorada que en el tiempo actual mantenía a su madre movilizándose a través de las calles de la tecnológica capital del majestuoso país llamado Japón.
Miyako: ( Ella...ella seguirá molesta conmigo? ).
Se preguntó a sí misma de una forma mental mientras no podía dejar de pensar en todo lo sucedido solo la noche anterior entre la Idol más famosa de Tokyo y ella, fémina de largo cabello rubio cenizo que actualmente se podía visualizar ubicada cómodamente en uno de los asientos traseros de aquél elegante vehículo ónix.
Flamante automóvil que al parecer era el completo encargado de trasladar a la amada esposa de Ichigo Saitou a cualquier destino de Tokyo que ella más deseara.
Miyako: ( Creó que no debí comportarme tan autoritaria con ella, ya que Ai tiene razón, yo...yo no soy su madre verdadera ).
Pensó mentalmente al estar recordando las duras palabras que Ai Hoshino le dedicó durante su pequeña discusión, mismas palabras que al parecer no habían provocado otra cosa más que un enorme y notable dolor emocional en su corazón, ya que verdaderamente la hermosa pelirubia ceniza jamás se habría imaginado que su linda hija adoptiva le recriminaria tal cosa.
Miyako: ( Es solo que, no puedo evitar cuidarla demasiado, me e encariñado muchísimo con ella, es...es mi niña ).
Volvió a pensar de una forma mental mientras una pequeña y cálida sonrisa se reflejaba en ese instante en su expresión, facción facial que a su vez demostraba todo el cariño maternal que la mujer de ojos vinotinto sentía por la famosa Idol, cariño que con el pasar de los días no hacía más que incrementarse más y más en el corazón de la fémina de apellido Saitou.
Miyako: Ojalá, pueda arreglar las cosas con ella.
Susurró con una pequeña pizca de esperanza en sus palabras al momento de decidir enfocar su mirada en dirección a una de las ventanas del increíble vehículo, de esta forma la bellísima pelirubia ceniza dedicándose a contemplar el gran paisaje urbano de Tokyo que se lograba filtrar a través de aquéllas mismas ventanas.
Paisaje lleno de enormes edificaciones que actualmente se encontraba repleto de estruendo a causa del notable número de ciudadanos y autos que recorrían la zona, siendo esto más que debido a que la majestuosa ciudad llamada Tokyo se apreciaba en ese instante apoderada por uno de sus momentos más vivos del día.
Miyako: Me pregunto si Ai habrá dormido en el departamento de Naruto o habrá regresado al suyo, aunque lo dudo, estaba demasiado ebria para salir por sí sola.
Habló con un tono bajo en su voz al continuar viajando cómodamente en la zona tracera de su flamante vehículo por las largas calles de la enorme ciudad, mismo automóvil de color negro que al parecer se encontraba siendo conducido por un elegante hombre de mediana edad de corto cabello castaño y orbes ónix.
Tratándose de un joven individuo que estaba tratando de conducir de la mejor manera posible para la segunda al mando de una de las empresas más importantes.
Chófer: Ya casi llegamos a nuestro destino.
Informó con demasiado respeto antes de proceder a observar a la hermosa mujer a través del pequeño retrovisor del auto, fémina de vestimenta elegante que solo asintió con un movimiento de cabeza y con una ligera sonrisa a aquéllas palabras, sonrisa que a su vez provocó que un sonrojo apareciera inevitablemente en las mejillas del hombre de total traje de gala.
Miyako: Qué bonito está el día hoy.
Dijo con una suma tranquilidad adornando su mirada al continuar contemplando a través de la ventana del gran automóvil el maravilloso paisaje urbano de la ciudad, tratándose de una acción que le gustaba realizar a la mujer de cabello rubio cenizo cada vez que tenía la oportunidad de viajar en su elegante transporte negro.
Flamante vehículo perteneciente a Ichigo Productions que aún seguía movilizándose a una velocidad normal a través de un notable océano de veloces automóviles, hecho que además estaba desarrollándose mientras la hermosa Miyako Saitou volvía a sumergirse completamente en lo más profundo de sus diversos pensamientos, pensamientos que en esta ocasión, se habían enfocado más que nada en aquél chico de curiosas marcas en cada lado de sus mejillas nombrado Naruto Uzumaki.
Chico de alborotado cabello rubio que el día de mañana le otorgaría una de las colaboraciones musicales más importantes a su amiga de ojos morados, siendo un increíble acontecimiento que tanto Miyako como su amado esposo llevaban esperando con demasiada emoción desde hace tres meses atrás, y ahora, finalmente ambos individuos de flamante apellido Saitou iban a tener la oportunidad de ver a su hija adoptiva en uno de los escenarios más gigantescos.
Una inmensa felicidad se apoderó absolutamente del corazón de aquélla fémina de bellos ojos color vinotinto mientras seguía pensando en el Rockstar, cantante juvenil de música Rock que a su parecer, le había otorgado más que una simple colaboración musical a la Idol más popular de toda la zona urbana de Tokyo.
Aunque sin duda, todavía faltaban algunas cuántas semanas para que Miyako Saitou se llevará una de las más grandes e inesperadas sorpresas de su gran vida, sorpresa que a su vez ocasionaría un notable caos en ambas empresas productoras nombradas Ichigo Productions y Konoha Productions.
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Tokyo - Japón.
2:30 de la tarde.
En el tiempo actual, un profundo silencio se encontraba apoderado totalmente del respectivo departamento de aquélla linda Idol pelimorada nombrada Ai Hoshino, mismo silencioso entorno que además no hallaba la forma de como escapar de las gruesas paredes formadas de concreto pertenecientes a la mediana estructura, pesado silencio que a su vez no parecía estarle incomodando en lo más mínimo a la popular y flamante cantante juvenil ojimorada de solo dieciséis años de edad.
La cuál al parecer había decidido regresar a su tranquilo hogar después de haber permanecido mucho tiempo en la vivienda del Rockstar más popular de todo Japón, chico que a pesar de no querer que su amiga se fuera, había tenido que dejarla ir para que aquélla misma pudiera descansar lo suficiente para el tan ansiado concierto, descanso que en ese preciso momento no estaba resultando como era debido para la bella fémina más popular de la empresa productora llamada Ichigo Productions.
Siendo esto a causa del fuerte dolor de cabeza que actualmente se encontraba portando la joven de ojos color morado, dolor que al parecer fue producido gracias a las grandes cantidades de alcohol que la pelimorada consumió la noche anterior, alcohol que al mismo tiempo la había llevado a tener uno de los mejores momentos íntimos de toda su corta vida.
Momento íntimo repleto de calidez que todavía seguía completamente presente en la mente de aquélla famosa Idol originaria de la increíble ciudad de Tokyo.
Ai: Si hubiera sabido que la cabeza me dolería de esta terrible manera, no hubiera tomado ni una sola gota llena de alcohol.
Comentó con una notable molestia en sus palabras al momento de estar sentada de una forma incómoda sobre el sillón que se ubicaba en la zona de su flamante sala, misma fémina que además se podía visualizar portando un semblante de ligera pesadez en su mirada a causa del fuerte dolor de cabeza que poseía actualmente.
Siendo el profundo silencio apoderado del mediano departamento lo único que solía liberarla por algunos cuantos segundos de aquél dolor que circulaba en su cabeza.
Ai: Naruto me dijo que en unas cuántas horas se me pasaría completamente.
Habló con una suma esperanza en su angelical tono de voz antes de decidir posar una de sus manos sobre su frente, de esta forma tratando de frenar al menos un poco las palpitaciones que en ese instante seguían sintiéndose en su cabeza, cabeza que pareciera que en cualquier momento explotaría como si fuese una gigantesca y poderosa bomba atómica.
Ai: ( Cómo es que Naruto soporta esto ).
Pensó mentalmente mientras no podía evitar recordar a aquél famoso chico portador de unos inigualables ojos azules, mismo que desde hace tres meses atrás no hacía más que introducirse de una forma sumamente inevitable en su vida, vida que antes de su aparición, estaba repleta de una inmensa falsedad emocional hacia el gran mundo en general.
Notable falsedad que a su vez poco a poco iba desapareciendo de la vida de la linda ojimorada gracias a la ayuda del cantante de Rock más popular del país Japonés.
Ai: Naruto...Uzumaki.
Susurró bajamente al proceder a enfocar su hermosa mirada en dirección al techo perteneciente a su departamento repleto de un tranquilo ambiente silencioso, aunque este hecho al mismo tiempo que una pequeña y dulce sonrisa se podía distinguir adornando en ese preciso momento la expresión de la flamante Idol.
Facción facial que al parecer únicamente estaba siendo dedicada al increíble cantante juvenil más influyente de los últimos tiempos de intenso cabello rubio, individuo de marcas zorrunas en las mejillas que prácticamente casi todos los días estaba presente en la vida de la bella Idol perteneciente a Ichigo Productions.
Linda sonrisa que a los pocos minutos desaparecería totalmente a causa de un extraño sonido proveniente de cierta parte del mediano y cálido departamento, sonido que a su vez ocasionaría que la mujer llamada Ai Hoshino decidiera enfocar su mirada de una forma inmediata en dirección a ese lugar en concretó, de esta simple manera la bella pelimorada pudiendo observar como la perilla de su puerta se encontraba siendo abierta desde el otro lado de la enorme estructura.
Escena que no parecía estarle importando demasiado a la ojimorada debido al hecho de saber quién posiblemente estaba tratando de abrir la entrada de su hogar, ya que desde que Ai Hoshino adquirió el departamento, ella sabía a la perfección que solo dos individuos portaban una copia de la respectiva llave de su vivienda.
Individuo que a continuación se revelaría para la cantante cuando aquél mismo logrará abrir la puerta y procediera a entrar de una forma sumamente tranquila, misma persona que una vez que estuvo dentro, solo comenzaría a caminar de una forma apacible hasta la zona donde se ubicaba la mujer de largo cabello morado, Idol que solo se dedicaría a contemplar sumergida en un total silencio a la mujer de ojos color vinotinto que se acercaba de una forma tranquila hacía su dirección.
Cálida persona que únicamente continuó movilizándose de una manera apacible a través del departamento ubicado en una de las tantas grandes zonas residenciales.
Miyako: Sinceramente, llegué a pensar que tal vez todavía estarías en casa de Naruto.
Dijo de una manera apacible al momento de posicionarse de pié justo enfrente del sillón en el cuál se podía visualizar sentada aquélla cantante juvenil de dieciséis años, para después simplemente proceder a cruzarse de brazos mientras apreciaba como la flamante expresión de su bella hija adoptiva seguía enfocada sobre ella.
Ai: De hecho, no hace mucho que llegué.
Decía con una pequeña sonrisa zorruna en su mirada antes de decidir acomodarse algunos cuántos mechones de su cabello, misma pelimorada que al parecer estaba tratando de que su dolor de cabeza no fuera notado por su bella madre adoptiva, pelirubia ceniza que rápidamente le regreso la sonrisa a la mujer más popular de la gran empresa Ichigo Productions.
Miyako: Tú padre estuvo llamándote numerosas veces al celular, pero nunca contestaste, así que me mando a rectificar que ya te encontrarás en tu departamento.
Exclamó tranquilamente al estar observando cómo la cantante juvenil de la tecnológica ciudad de Tokyo seguía acomodándose su largo cabello morado, tratándose de una simple escena que a su vez le estaba pareciendo demasiado adorable a la hermosa mujer poseedora de unos inigualables ojos color vinotinto.
Aunque realmente, todo lo que tuviera que ver con la Idol de vestimenta casual le parecía sumamente adorable, siendo una de las grandes virtudes de la ojimorada.
Ai: Mi celular se quedó completamente sin batería, esa es la razón por la cuál no pude contestar a todas sus llamadas.
Mencionó con sinceridad en sus palabras justo antes de lanzar un pequeño bostezo lleno de una enorme cantidad de sueño, sueño que al parecer era más que debido al hecho de no haber dormido absolutamente nada desde el día anterior, siendo un acontecimiento que en ese preciso momento se encontraba cobrandole factura a la joven pelimorada.
Miyako: Deberías descansar como es debido, recuerda que mañana tienes uno de los días más importantes de tu vida.
Pronunció con calidez en su voz al estar contemplando el notable sueño en la mirada de su hija de solo dieciséis años, fémina de orbes color morado que pareciera que en cualquier segundo se quedaría dormida en aquél cómodo sillón, misma artista juvenil que a continuación simplemente había decidido cerrar por completo sus bellísimos y mágicos ojos.
De esta manera la ojimorada dejando de observar a la segunda al mando de la mediana empresa Ichigo Productions, elegante mujer que después de haberlo pensado durante algunos cuántos minutos sumergida en un total silencio, sólamente decidiría sentarse de una forma sumamente lenta y cuidadosa justo a un costado de la increíble Idol de Tokyo.
Cantante juvenil nombrada Ai Hoshino que en ese preciso instante continuaba con sus maravillosos ojos con singular forma de estrellas totalmente cerrados.
Ai: Me...me alegra que estés aquí, conmigo.
Susurró con suavidad al momento de proceder a recargar su cabeza de una manera sumamente tranquila sobre uno de los hombros de aquélla mujer pelirubia, palabras que además no hicieron otra cosa más que lograr dejar verdaderamente sorprendida a la mujer que se encontraba compartiendo el sillón con su única hija.
Mujer de ojos color vinotinto que durante los siguientes minutos permaneció en un completo silencio a causa de aquéllas mismas palabras pronunciadas por la Idol, famosa fémina de vestimenta casual que debido a aquél inesperado silencio, simplemente había decidido abrir de nueva cuenta sus intensos orbes morados.
Ojos con forma de estrellas qué la pelimorada se encargó de enfocar hacia ninguna dirección en concreto de aquél mediano departamento de la gran ciudad.
Ai: Yo...yo quería disculparme por lo que te dije ayer por la noche, no...no es algo que yo realmente...realmente pensara.
Comentó mientras se podía apreciar recargando aún su cabeza sobre uno de los hombros de la mujer de cabello rubio, la cuál sólamente se mantenía en silencio y escuchando con atención todo lo que la enorme estrella juvenil estaba diciendo, misma individuo poseedora de una popularidad gigantesca que en ese instante continuaba observando a la nada.
Ai: Te...te dije cosas que no debía.
Dijo con un notable arrepentimiento al estar recordando la discusión que había sostenido con la mujer que la trataba como una hija a pesar de que no lo era, pequeña discusión que a su vez seguía atormentando de una forma sumamente profunda el corazón de aquélla misma fémina portadora de un talento enorme.
Ai: Yo...yo lo siento mucho...mamá.
Decía con muchísima sinceridad antes de volver a cerrar sus ojos morados de una forma sumamente pesada y profunda, misma sinceridad que además dejó completamente en un gran estado de Shock a la mujer de cabello rubio cenizo, ya que desde que ella conoció por primera vez a Ai Hoshino, jamás había demostrado tanta sinceridad en unas simples palabras.
Misma cantante juvenil que a continuación y que para la sorpresa de aquélla fémina de elegante vestimenta, sólamente había decidido acostarse de una forma sumamente cómoda a lo largo del mediano sillón formado de madera, joven que a su vez también procedería a posar su cabeza sobre el regazo de la mujer que se ubicaba en ese mismo sillón.
Siendo sólamente cuestión de segundos para que la Idol más popular de toda la zona urbana de Tokyo se quedará dormida de una manera completamente profunda.
Miyako: ( Tranquila, no hay nada que perdonar, mi pequeña princesa ).
Pensó mentalmente al poder sentir como sus ojos color vinotinto se humedecían de una manera sumamente ligera a causa de lo que acababa de vivir segundos atrás, ya que jamás se imaginó que el tan ansiado día en el que aquélla chica de ojos morados con singular forma de estrellas la llamara mamá finalmente llegará a su vida, tratándose de un momento que no hacía más que provocar que una inmensa emoción y alegría se apoderará en su totalidad de la elegante mujer pelirubia.
Mujer que a continuación decidiría posar una de sus suaves manos sobre el cabello morado de la fémina que en ese instante descansaba su cabeza sobre su regazo, para después simplemente dedicarse a acariciar con demasiado cariño reflejado en esa misma acción la linda cabellera perteneciente a su única y amada hija, estrella juvenil dedicada a la industria musical que en ese preciso momento se podía visualizar sumergida absolutamente en el misterioso mundo de los sueños.
Cantante de dieciséis años que tan solo el día de mañana protagonizaria uno de los eventos musicales más esperados junto al flamante Rockstar más popular de Japón, mismo individuo de curiosas marcas zorrunas en las mejillas que actualmente se ubicaba descansando al igual que la bella Idol en su respectivo departamento.
Joven de diecisiete años de edad que a su vez se distinguía sintiendo una gigantesca emoción en todo su cuerpo a causa del evento que se organizaría al día siguiente, evento musical que sin duda alguna, quedaría grabado para siempre en la majestuosa historia musical del tecnológico país Nippon llamado Japón.
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Hola cómo están, espero que les haya gustado este capítulo tanto como a mí, de mi parte, les mando un gran saludo a todos desde la ciudad de Monterrey México, hasta la próxima. ✌️⭐️⭐️⭐️
Próximo capítulo: El tan esperado dueto.



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En el texto hay: amor, naruto, mayores de 18

Editado: 14.11.2024

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