Siempre serás la niña que me llena el alma, como un mar inquieto, como un mar en calma, siempre tan lejana como el horizonte.
Gritando en el silencio tu nombre en mis labios, solo queda el eco de mi desengaño, sigo aquí en mi sueño de seguirte amando.
Será, será como tú quieras, pero así será, si aún tengo que esperarte siete vidas más, me quedaré colgado de este sentimiento.
Por amarte así, es esa mi fortuna, es ese mi castigo, ¿será que tanto amor acaso está prohibido?, yo sigo aquí muriendo por estar contigo.
Por amarte así, a un paso de tu boca y sin poder besarla, tan cerca de tu piel y sin poder tocarla, ardiendo de deseos con cada mirada.
Por amarte así, por amarte así...por amarte.
Tokyo - Japón.
12:00 de la noche.
Una ligera cantidad de bruma color blanco se contemplaba inundando actualmente las numerosas calles urbanas de aquélla tecnológica capital del gran país Japonés, bruma un tanto espeluznante que en ese preciso momento se podía visualizar siendo complementada por lo que parecía ser una llovizna demasiado constante, llovizna que además se encontraba cayendo desde las aterradoras nubes de tormenta que aún surcaban desde tiempo atrás sobre las edificaciones de la ciudad.
Acontecimiento climático que a su vez se apreciaba otorgándo un escenario repleto de muchísima humedad y de una profunda sensación verdaderamente pesimista, sensación pesimista que sólamente se visualizaba siendo percibida por las pocas personas que aún recorrían la zona urbana con cautela a causa de la gran oscuridad, misma oscuridad que en ese momento era ligeramente iluminada por los numerosos postes de luz que se contemplaban esparcidos por toda la solitaria ciudad.
Siendo uno de esos respectivos postes, el que se visualizaba brindándole luz a los dos jóvenes dedicados al mundo artístico llamados Naruto Uzumaki e Ai Hoshino, los cuáles después de haber permanecido en las instalaciones de un departamento, solo habían decidido salir a pasear juntos a través de la ciudad llena de humedad.
Jóvenes que actualmente se ubicaban fuera de la estructura de lo que parecía ser una mediana tienda de conveniencia conocida en todo el mundo como 7 - Eleven, aunque más precisamente, ubicados en el amplio estacionamiento perteneciente a aquél mismo establecimiento repleto de numerosos y muy variados productos.
Estacionamiento que en ese instante se apreciaba sumamente solitario gracias a la constante llovizna y ha que eran prácticamente altas horas de la noche.
Naruto: Si Kakashi e Ichigo descubren que estamos en la calle a estas horas de la noche, nos meteremos en problemas.
Dijo con un poco de diversión en sus palabras al estar ubicado de pié y recargado de espalda sobre su flamante e inigualable motocicleta deportiva, mismo joven portador de unos intensos ojos azules que además podía sentir como la ligera llovizna que caía desde el cielo acariciaba su rostro con mucha suavidad.
Cantante de estruendosa música Rock que al mismo tiempo se encontraba sosteniendo con una de sus manos lo que parecía ser un ligero cigarrillo encendido, producto lleno de nicotina de color blanco el cuál había conseguido en el mediano establecimiento llamado 7 - Eleven que se ubicaba a tan solo unos cuantos metros.
Ai: No nos descubrirán, además, no es la primera vez que tu y yo paseamos por la ciudad entre la oscuridad de la noche.
Comentó con tranquilidad en su tono de voz al estar observando de una forma sumamente segura al popular chico pelirubio que se ubicaba enfrente de ella, fémina que con aquéllas palabras, le estaba recordando al padre de su futuro hijo la noche tormentosa en la cuál ambos salieron a pasear hace ya un tiempo atrás.
Tratándose de aquélla noche en la cuál también ambos famosos jóvenes pertenecientes a diferentes empresas productoras se dieron su primer beso, noche que había quedado guardada para siempre en las mentes de los dos individuos que dentro de poco tiempo se convertirían prematuramente en padres.
Recordatorio que a su vez provocaría que una pequeña y radiante sonrisa apareciera inevitablemente en la expresión del gran joven de sólo diecisiete años de edad.
Naruto: Te refieres a aquélla vez en la que me apodere de tus dulces labios.
Habló divertidamente justo antes de proceder a introducirse en la boca él pequeño cigarrillo de color blanco, para después y de una forma sumamente placentera comenzar a degustar aquél mismo producto repleto de total nicotina, tratándose de un producto que era consumido en muy raras ocasiones por el famoso chico de intensa cabellera rubia.
Rockstar que a continuación decidiría expulsar por su boca y de una manera sumamente tranquila el humo ingerido tan solo unos cuantos segundos atrás.
Ai: Mejor dicho, yo me apodere de los tuyos torpe.
Decía con demasiado orgullo reflejado en su angelical mirada mientras sentía como la suave llovizna se encontraba mojando ligeramente su larga cabellera morada, acción llena de humedad que no parecía estarle molestando en lo más mínimo a la bella mujer que actualmente era la Idol más popular e importante de todo Japón.
Fémina que a los pocos segundos, decidiría enfocar sus ojos con forma de estrellas en dirección al cielo tormentoso que en ese instante orbitaba sobre ella, mismo cielo que además se podía visualizar revelando algunos cuántos relámpagos de brillante color azul a través de las numerosas y formidables nubes, de esta forma brindándole un poco de brillantes a una gigantesca ciudad que en ese preciso momento se apreciaba invadida por una profunda bruma blanca.
Espesa bruma que a su vez se mostraba en muy raras ocasiones en aquélla zona urbana repleta de enormes edificaciones y portadora de millones de habitantes.
Ai: Qué...qué haremos respecto a mí embarazo Naruto?.
Preguntó al momento de cambiar aquél tono tranquilo que había estado utilizando en su voz por uno un poco más serio, bellísima fémina pelimorada que a su vez procedería a enfocar de nueva cuenta su mirada contra la de su gran compañero, el cuál a continuación, decidiría arrojar con tranquilidad el cigarrillo que casi consumía por completo hacia el humedecido suelo.