Para ya, seca tus lágrimas, no se que decir, sé que pude haber sido gentil, un poco sutil, calla ya, nada sentirás, no digas más, no te quiero lastimar, no.
Zona rural - Japón.
10:00 de la mañana.
Aburrimiento, era la lamentable emoción que actualmente se encontraba invadiendo el corazón y la mente de la talentosa Idol de largo cabello morado, mismo aburrimiento que al parecer aquélla flamante joven de sólamente dieciséis años de edad llevaba arrastrando desde hace un lapso de tiempo atrás, siendo una situación que a su vez se contemplaba incrementando los deseos de la fémina Ai Hoshino por regresar a las inmensidades de la gran ciudad de Tokyo.
Tratándose de un tan ansiado deseo que lamentablemente para la cantante juvenil de ojos morados, aún faltaba un tiempo considerable para que logrará cumplirse, acontecimiento que no hacía más que desesperar de una manera sumamente ligera a la chica más importante de la empresa nombrada Ichigo Productions, desesperación que la pelimorada trataba de evitar a toda costa con cualquier distracción que pudiera descubrir en las instalaciones médicas y sus alrededores.
Bellísima mujer de ojos con forma de estrellas que en el tiempo actual se podía visualizar fuera del tecnológico hospital, aunque más precisamente, en una amplia zona de juegos que se ubicaba a varios metros de distancia de la estructura, lugar que normalmente era utilizado como distracción por los pequeños infantes que habitaban en las concurridas instalaciones.
Lugar en el cuál también se apreciaba presente, aquél flamante guardaespaldas de cabello negro y antiguo compañero de la infancia del Rockstar Naruto Uzumaki.
Ai: Qué...qué aburrido.
Dijo con un tono apagado en su angelical voz mientras se contemplaba enfocando sus ojos morados en dirección al bello cielo libre de cualquier rastro de nubes, misma cantante juvenil que a su vez se podía distinguir columpiándose de una forma sumamente suave sobre uno de los columpios ubicados en esa zona de juegos.
Tranquilo lugar rodeado por una exuberante vegetación que además en ese preciso momento se distinguía siendo visitado por algunos cuántos infantes, inocentes infantes de diversas edades que al mismo tiempo se encontraban bajo el total ojo vigilante de sus respectivos enfermeros o enfermeras personales.
Sasuke: Para mi es todo lo contrario, me agradan muchísimo los días aburridos.
Comentó con una suma neutralidad en sus palabras al instante de estar observando cómo los pequeños niños presentes en la zona jugueteaban con una gran alegría, alegres infantes que a pesar de las posibles enfermedades que poseían en sus respectivos cuerpos, no dejaban de demostrar su inmenso amor por la vida.
Vida que todavía les guardaba demasiados secretos y aventuras a todos esos inocentes niños que se contemplaban luchando juntos por lograr salir adelante.
Ai: Cuándo termines este trabajo, que...que es lo siguiente que harás?.
Preguntó con una notable curiosidad al decidir enfocar sus ojos morados hacia el guardaespaldas de sólo diecisiete años, pelinegro que además en ese instante se apreciaba ubicado de pié justo a un par de metros de distancia de los columpios, el cuál a su vez rápidamente procedería a observar a la talentosa Idol que al parecer ya poseía ocho meses de embarazo.
Sasuke: Seguiré trabajando en la protección de personas, es lo mejor que hago.
Respondió aún con aquél tono neutro antes de decidir ocultar sus manos en los bolsillos de su pantalón de mezclilla ante la mirada curiosa de parte de su cliente, mismo joven de apellido Uchiha que a su vez podía sentir como el viento que circulaba en la zona acariciaba su rostro y remolineaba su intensa cabellera negra.
Suave contacto que simplemente no parecía estarle importando o molestando en lo más mínimo al chico dedicado a la importante protección de personas.
Ai: Mmm...ahora que lo recuerdo, han pasado ocho largos meses desde que empezaste a trabajar conmigo y Naruto, y nunca terminaste de contarnos cómo es que terminaste de guardaespaldas.
Habló con una ligera acusación reflejada en su linda mirada al continuar posando sus brillantes ojos morados sobre los profundos orbes negros de su compañero, hombre que no había podido evitar sorprenderse levemente a causa de lo mencionado por aquélla mujer que llevaba dos pequeñas vidas dentro de su vientre.
Ya que el pelinegro verdaderamente no esperaba que la maravillosa Idol todavía recordará aquél pequeño relató que mantuvieron hace solo ocho meses atrás, relató que en esa ocasión quedaría totalmente inconcluso debido al simple hecho de que al guardaespaldas no le agradaba demasiado recordar su pasado.
Sasuke: Vaya, no lo olvidaste niña.
Decía con un pequeño toque de gracia en sus palabras y con una leve sonrisa adornando su flamante expresión, tratándose de una sonrisa que a su vez sería correspondida con orgullo por la Idol más popular de todo Ichigo Productions, fémina de ojos con forma de estrellas que en ese momento seguía columpiándose con suavidad sobre uno de los columpios.
Ai: Tengo una muy buena memoria torpe.
Exclamó orgullosamente antes de decidir posar una de sus suaves y cálidas manos sobre la abultada zona de su lindo vientre de tan solo ocho meses de embarazo, para después la inigualable Idol de largo cabello morado, simplemente dedicarse a acariciar de una forma sumamente cariñosa aquélla misma zona de su cuerpo, acción que la hermosa pelimorada se estaba encargando de realizar bajo la expresión sonriente de parte del gran joven que estaba a cargo de su seguridad.
Individuo ojinegro que a los pocos minutos transcurridos, solo comenzaría a movilizarse lentamente hacía la chica dedicada a la industria musical del país, mismo hombre de diecisiete años que a continuación procedería a sentarse sobre el columpio que se ubicaba justo a un costado de la flamante cantante juvenil, fémina originaria de la gigantesca Metrópolis llamada Tokyo que únicamente se había mantenido en silencio ante la acción tomada por aquél chico de cabello negro.