30 - Seguiremos adelante.

Finalmente aquél tan ansiado Noveno mes de gestación había llegado para la talentosa fémina de bellos ojos con forma de estrellas conocida como Ai Hoshino, mismo mes en el cuál dos nuevas vidas llegarian a un enorme mundo sumamente desconocido y lleno tanto de una gran hermosura como de numerosos peligros, flamantes vidas que a su vez serían la absoluta combinación genética del par de cantantes juveniles más populares de los últimos tiempos en todo el país Nippon.

Chicos que desde el inicio del Noveno mes de embarazo, no habían podido evitar que un gran nerviosismo estuviera siempre presente en sus respectivos corazones, mismo nerviosismo que se debía más que nada al hecho de saber que en cualquier momento, minuto o segundo, los gemelos finalizarian su larga estancia en el vientre, memorable acontecimiento que además del nerviosismo provocado, también se encontraba ocasionándole una notable emoción a ambos jóvenes adolescentes.

Mismo acontecimiento que además había ocasionado que la Idol de cabello morado estuviera actualmente acompañada en todo momento por su médico personal, hombre de apellido Amamiya que a su vez mantenía la certeza de que todo saldría bien durante el posible laborioso parto que tendría la fémina de dieciséis años.

Cantante perteneciente a la empresa nombrada Ichigo Productions que sin duda alguna, tendría en aquél parto, el reto más grande e importante de su vida, tratándose de un reto que a su vez sería absolutamente compartido con aquél cantante de estruendosa música Rock de curiosas marcas zorrunas en las mejillas.

Pelirubio que como lo había estado haciendo los últimos nueve meses, no dudaría en mantenerse de una forma fiel junto a la Idol que más amaba en la tierra, linda chica portadora de un talento artístico inigualable que no hacía más que agradecer enormemente aquél gesto de parte del maravilloso padre de sus hijos.

Siendo aquél mismo gesto, una de las tantas muestras de amor incondicional que el Rockstar le había otorgado a la mujer más grande de la música femenil.

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Zona rural - Japón.

9:00 de la noche.

Linda mujer de cabellera morada que actualmente, se podía visualizar ubicada de pié justo enfrente de una de las ventanas existentes dentro de su cuarto, ventanas que con normalidad, se encargaban de brindarle un escenario mágico a la talentosa cantante juvenil que ya poseía nueve meses de embarazo, tratándose de un escenario que la mayoría del tiempo, le brindaba una notable e inmensa tranquilidad tanto mental como emocional a aquélla misma Idol ojimorada.

Escenario que lamentablemente para la chica de apellido Hoshino, en ese preciso momento se encontraba brindándole un ambiente sumamente tormentoso, siendo este acontecimiento demostrado en las gigantescas nubes de color negro que en ese instante orbitaban sobre todo el bello bosque perteneciente a la gran zona rural, numerosas nubes que además se apreciaban complementadas con la abundante y fría lluvia que caía con mucha fuerza sobre lo que estuviera a su paso.

Lluvia que a su vez se apreciaba provocando que un semblante ligeramente molesto se estuviera reflejando en la mirada de la chica de solo dieciséis años, mujer de ojos con forma de estrellas que en ese momento, se contemplaba posando una de sus suaves manos sobre la zona de su ahora completamente abultado vientre.

Acción que la joven originaria de la ciudad llamada Tokyo realizaba para lograr sentir de una mejor manera a los dos gemelos que todavía se ubicaban dentro de su ser.

Ai: ¿Había pronóstico de lluvia?.

Preguntó con duda en sus palabras al seguir enfocando su mirada en dirección al paisaje sumamente lluvioso que se lograba filtrar a través de las ventanas, abundante lluvia que desde hace unas cuantas horas atrás llevaba totalmente apoderada de todo el hermoso e inigualable escenario rural del país Nippon.

Gorō: Tengo entendido que no.

Respondió tranquilamente al momento de estar sentado de una forma cómoda sobre una de las sillas ubicadas dentro de la habitación de la Idol de apellido Hoshino, mismo individuo de intenso cabello negro azabache que además se distinguía observando de una manera apacible a la mujer de tan solo dieciséis años de edad.

Cantante juvenil perteneciente a la segunda empresa productora más grande de Japón que aún continuaba con aquél semblante molesto adornando su mirada.

Sasuke: Por eso nunca hay que confiar en los pronósticos del clima, ya que se equivocan con demasiada frecuencia.

Comentó con aquél tono inexpresivo y neutral que tanto lo caracterizaba desde que era un pequeño niño en el orfanato, respectivo tono que en ocasiones, solía ser realmente desagradable para casi todo ser humano que estuviera a su alrededor, hecho que verdaderamente no le importaba en lo más mínimo al hombre dedicado a la total protección de personas.

Guardaespaldas de orbes negros que en ese instante se distinguía posado de pié justo a un costado del médico encargado de supervisar el embarazo de la bella Idol.

Ai: Ojalá la lluvia no arruine el evento de Naruto.

Habló con un poco de preocupación reflejada en su voz al seguir apreciando como la lluvia caía con mucha violencia, misma fémina pelimorada que durante los siguientes minutos, no pudo evitar pensar constantemente en el chico pelirubio, Rockstar de ojos azules que al parecer era el único que actualmente no se ubicaba dentro de la gran habitación del hospital.

Siendo al final, solo cuestión de tiempo para que la mujer de apellido Hoshino decidiera darse la media vuelta y procediera a caminar rumbo a su cama, acción que la estrella más grande de la música femenil de Japón se encontraba realizando mientras no dejaba de pensar en el padre de sus dos pequeños gemelos, individuo de curiosas marcas zorrunas en las mejillas que a causa de un importante asunto, se contemplaba totalmente alejado de aquélla zona rural del bello país.