34 - El nacimiento de dos vidas.

Ahora vuelves a aquí, más bella que una actriz, sabía que volverías a mí...sabía que volverías a mí.

Zona rural - Japón.

3:30 de la madrugada.

Después de nueve largos meses, en los que tanto Naruto Uzumaki como Ai Hoshino tuvieron que sobreponerse a numerosos retos dentro del gran hospital, aquél tan ansiado día finalmente había llegado, el día en el que dos pequeños e inesperados gemelos llegarian a un mundo totalmente nuevo y desconocido, hermoso mundo que sin duda alguna, se encontraba actualmente preparado para recibir la llegada de un par de infantes que portarían un talento muy impresionante.

Mismo nacimiento que desde que fue alertado por el joven de apellido Uchiha, había provocado un ligero ajetreo en cierto punto de las instalaciones médicas, siendo esto más que debido a que la tan ansiada llegada de ambos gemelos, tenía que mantenerse a cómo diera lugar, en una absoluta y completa confidencialidad.

Requisito que al parecer se estaba llevando al pié de la letra gracias a la constante supervisacion de parte del guardaespaldas de intenso cabello negro, individuo que en el tiempo actual, se ubicaba junto con el Rockstar Naruto Uzumaki fuera de la gran sala de partos perteneciente al gigantesco hospital, respectivo lugar que en ese momento se podía visualizar siendo vigilado de una forma sumamente constante por un selecto número de guardias de seguridad.

Los cuáles junto con el pelinegro, se encargaban de que personas no autorizadas se introdujeran en la sala de partos en la que se ubicaba Ai Hoshino, trabajo que estaba siendo realmente agradecido por el chico más popular de los últimos tiempos en Japón conocido en el mundo artístico como Naruto Uzumaki.

Pelirubio de curiosas marcas zorrunas en las mejillas que no podía evitar sentirse sumamente nervioso a causa del parto de la mujer que más amaba en todo el mundo.

Sasuke: Tranquilo, todo saldrá bien.

Comentó con sinceridad en sus palabras al estar posado de pié justo a un costado de su antiguo compañero de la infancia, el cuál en ese momento, se contemplaba ubicado en uno de los numerosos pasillos pertenecientes al amplió hospital, aunque más precisamente, enfrente de una gran ventana que dejaba ver el interior de la habitación en la que se encontraba la Idol.

De esta forma, tanto Naruto Uzumaki como Sasuke Uchiha pudiendo apreciar lo que sucedía dentro de la sala de partos, siendo algo que al menos le otorgaba un pequeño toque de tranquilidad al chico más importante de Konoha Productions, mismo joven de alborotado cabello rubio que lo que más deseaba era que todo resultará a la perfección durante el parto.

Naruto: Lo sé, Ai es una mujer muy fuerte, se que ella podrá totalmente con este reto.

Habló con demasiada seguridad en su voz al momento de estar enfocando sus ojos azules cómo el gigantesco océano hacía la ventana que portaba la sala de partos, amplia sala de partos que en ese preciso instante mantenía a la futura mamá acostada de una manera sumamente cuidadosa sobre una muy cómoda cama.

Aunque esto al mismo tiempo que la Idol más popular de todo Japón se apreciaba siendo supervisada constantemente por lo que parecían ser un par de enfermeras.

Naruto: Dime, todavía no hay señales de Gorō?.

Preguntó dudosamente antes de decidir apreciar al flamante guardaespaldas ojinegro que se ubicaba a su costado, individuo de diecisiete años que a continuación no hizo más que quedarse sumergido en un absoluto silencio, para después de unos cuantos minutos transcurridos, simplemente dedicarse a negar con un ligero movimiento de cabeza.

Sasuke: No, lo han buscado por todo el hospital y no hay rastro de él, es como si la tierra se lo hubiera tragado.

Respondió con seriedad reflejada en su intimidante mirada mientras procedía a cruzarse completamente de brazos, tratándose de una respuesta que sólamente lleno de una enorme decepción al cantante juvenil más popular del país, el cuál, tenía la esperanza de que aquél médico de treinta años de edad pudiera atender a la Idol como se había acordado.

Naruto: Es...es verdaderamente extraño.

Decía con duda en sus palabras al estar concentrando sus pensamientos en aquél hombre que durante nueve largos meses, estuvo a cargo de supervisar a su pareja, individuo de lentes de montura cuadrada que en ese instante no parecía estar por ningún lado en las instalaciones dedicadas a la total realización de trabajos médicos.

Hecho que no hacía más que llenar de más y más dudas a los dos jóvenes originarios de la Metrópolis más grande e inigualable del bello país rodeado por un gran océano.

Sasuke: Por cierto, olvidé mencionarte que tu padre, Ichigo y Miyako ya fueron totalmente informados del parto, los tres me dijeron que temprano por la mañana, comenzarían su trasladó a este lugar.

Dijo con neutralidad al estar recordando la plática que mantuvo con los tres mánagers algunos momentos después de que Ai fuera trasladada al área de partos, mismos representantes de Tokyo que no habían hecho otra cosa más que alegrarse a más no poder a causa de que el gran momento finalmente había llegado.

Al terminar esta pequeña conversación, ambos jóvenes provenientes de la ciudad de Tokyo sólamente habían decidido volver a observar la amplia sala de partos, lugar que actualmente se encontraba siendo preparado para la tan ansiada llegada de los dos pequeños gemelos que portarían el flamante apellido Uzumaki, preparación que a su vez no estaba ocasionando otra cosa más que aburrir a más no poder a la chica más importante de la gran empresa Ichigo Productions.

Ya que debido al deseo que ambos mánagers llamados Ichigo y Miyako Saitou mantenían por que su talentosa hija diera a luz de una manera sumamente natural, era que los especialistas en partos tenían que esperar a que la Idol de ojos morados pudiera dilatar lo suficiente para lograr entrar finalmente en labor de parto, importante acontecimiento que en féminas que están dando a luz por primera vez en su vida, podía durar al parecer de entre ocho o doce largas horas.