Tokyo - Japón.
1:00 de la tarde.
Frustración, era el lamentable sentimiento que desde hace unos cuantos días atrás, se apoderaba de la mente de cierta mujer portadora de un bellísimo cabello color rosa, terrible estado mental que no hacía más que llenar de una suma incomodidad el angelical cuerpo de aquélla hermosa chica de únicamente diecisiete años de edad, misma individuo que con una notable eficaz, lograba ocultarle ese lamentable malestar a cualquier persona que tuviera la oportunidad de tener contacto con ella.
Frustración que era totalmente generada por los numerosos y fallidos intentos de la mujer pelirosa por encontrar algún buen trabajo en la majestuosa ciudad de Tokyo, acontecimiento que incluso, había comenzado a preocupar notablemente a la fémina poseedora de unos inigualables orbes idénticos a unas bellas esmeraldas, joven de vestimenta casual que a su vez no podía encontrar ninguna sola explicación a lo que estaba ocurriendo en ese preciso momento con su vida laboral.
Mujer de lindo cabello rosa y de flamante apellido Haruno que en ese instante, se encontraba ubicada dentro de lo que parecía ser un gran transporte público, transporte de pasajeros que actualmente, se contemplaba desplazándose a una velocidad normal a través de la zona central de la ciudad más grande de Japón.
Gigantesca ciudad que en ese preciso instante, se podía visualizar repleta de movimiento y estruendo a causa de las millones de personas que la transitaban.
Sakura: Sinceramente...ya no se que hacer, si no logro encontrar algún trabajo, posiblemente tendré que regresar a Kyoto.
Comentó con un ligero toque de tristeza en sus palabras mientras que al mismo tiempo se encontraba transmitiendo su voz a través de su gran celular inteligente, linda fémina de cabello rosa que en ese instante, se apreciaba sentada en uno de los asientos que se ubicaban justo al lado de las ventanas del transporte público.
Ventana por la cuál, la chica de apellido Haruno se contemplaba observando el majestuoso paisaje urbano que le pertenecía a la ciudad más grande del país.
Sasuke: Antes que nada, debes mantener la tranquilidad, ya que no debes desesperarte, encontrarás algún trabajo, únicamente debes de seguir buscando.
Se escuchó con una suma tranquilidad desde la bocina del celular que la pelirosa de inigualables ojos esmeralda se encontraba posando en uno de sus oídos, palabras de parte del joven de apellido Uchiha que a su vez sólo ocasionarían que una ligera mueca de disgustó adornara la expresión de la chica de diecisiete años.
Sakura: Como me pides que guarde la calma, eso es lo que menos puedo hacer ahora Sasuke.
Habló con molestia al momento de estar observando de una forma un tanto desinteresada como el paisaje pasaba rápidamente a través de la ventana, escenario urbano que normalmente solía llenar de tranquilidad y paz a la joven de cabellera rosada, aunque en esta ocasión, parecía estar ocurriendo todo lo contrario.
Sasuke: Estoy seguro de que si estuviera a tu lado, me hubieras golpeado.
Decía con un pequeño toque de diversión mientras su leve risa se transmitía perfectamente a través de la bocina, risa que a los pocos segundos transcurridos, lograría contagiar completamente a la mujer de bella vestimenta casual, la cuál a continuación, solo procedería a reír divertidamente ante unas cuantas personas que se ubicaban en el transporte.
Personas que al parecer, ni siquiera se inmutaron ante la risa de parte de la fémina que no llevaba demasiado tiempo viviendo en la gran ciudad llamada Tokyo.
Sakura: Si, posiblemente lo hubiera hecho.
Dijo divertidamente antes de que una bonita sonrisa adornara su expresión, sonrisa que lamentablemente no sería contemplada por el joven Sasuke Uchiha, mismo individuo de intenso cabello negro que en el tiempo actual, se apreciaba ubicado en otro punto de aquélla Metrópolis llena de grandes edificaciones.
Sakura: Lamentó mucho mi actitud, es solo que...no la e pasado muy bien.
Exclamó con mucha sinceridad al decidir bajar ligeramente su mirada en dirección al suelo del gran transporte público, para después, la hermosa mujer de diecisiete años de edad, solo proceder a cerrar con un poco de pesadez sus ojos esmeralda, de esta manera, la pelirosa tratando de tranquilizar al menos un poco la notable desesperación que sentía en su corazón.
Corazón que debido a la situación actual de la fémina de apellido Haruno, en ocasiones parecía decirle que tal vez era hora de regresar a su ciudad de origen.
Sasuke: No tienes porque disculparte, se que en algunas ocasiones, suelo ser demasiado insensible con las personas.
Mencionó suavemente, de esta forma, el flamante guardaespaldas logrando que su compañera procediera a abrir sus bellos ojos idénticos a unas lindas esmeraldas, hecho que a su vez ocasionaría que la pelirosa pudiera distinguir cómo poco a poco estaba dejando atrás la zona central de la ciudad más grande del país Nippon.
Durante el siguiente lapso de tiempo transcurrido, la bella fémina conocida como Sakura, seguiría recorriendo la ciudad de Tokyo a través del transporte público, tratándose de un trasporte que al parecer, finalizaba su recorrido en una zona departamental ubicada casi a las afueras de la Metrópolis más grande del país, zona departamental la cuál, la mujer de solo diecisiete años de edad y de ojos esmeralda llevaba habitando desde su llegada a la capital hace dos meses atrás.
Tranquilo recorrido que estaba llevándose a cabo mientras la mujer ojiesmeralda continuaba conversando a través de su celular inteligente con el guardaespaldas, guardaespaldas de cabello negro que a pesar de no ser demasiado abierto con las personas, se encontraba disfrutando demasiado la conversación con la pelirosa, fémina que en los últimos meses, se había vuelto una amistad sumamente importante para el joven que sabía el secreto de Naruto Uzumaki y Ai Hoshino.