PoV de Lilian
Tengo la mente confusa, me invaden sentimientos de miedo y terror junto a alegría y pena. Siento que este día será bueno porque sé que él estará en el mismo lugar que yo, pero tengo miedo del sueño que creó mi subconsciente.
Aún es de mañana y ya estoy lista para ir a la preparatoria, mi vestimenta es una combinación de color negro negando todo rasgo cromático y un piercing de plata en la esquina de mi labio, cuando me miro al espejo viene a mi mente los sucesos de ayer en la tarde pero en lugar de recordar lo que debería ser un shock psicológico, solamente recuerdo el rostro imperturbable de aquel chico.
Mi corazón late sin darme cuenta y sin ningún motivo me siento feliz, es como si hubiera encontrado lo que siempre estuve buscando, es como si por primera vez la historia girara alrededor de mí.
Salí de mi casa y me dirigí a la escuela, solamente encontré el personal encargado de vigilancia y exponiendo el motivo por el cual vine temprano me dejaron pasar sin problemas.
Recorriendo el silencioso y a la vez frío pasillo llego a mi aula, el salón 3-A, parada en frente de la puerta me siento indispuesta a abrir y mis manos empiezan a temblar, tengo miedo que detrás de la puerta se encuentren mis agresores preparados para volver a lastimarme, tengo miedo de encontrarme con una muerte lenta.
Suspirando pongo todas mis fuerzas para estabilizar mis manos y abro la puerta lentamente, mi mirada recorre todo el salón buscando la presencia de mis compañeros pero no hay nadie, y con ese sentimiento de tranquilidad mis temores se van.
Cuando ingreso y rodeo todo el lugar observo que misteriosamente todo el lugar se encuentra bastante limpio, los botes de basura están vacíos y en las carpetas no queda ni una marca de polvo, el piso brilla y las ventanas relucen de una transparencia única. Todo se encuentra totalmente limpio.
Por un momento pienso que fue una pérdida de tiempo haber venido temprano pero me siento tranquila, quizás fue el personal de limpieza encargado únicamente de la sala de profesores o algún compañero compasivo, aunque la segunda opción es totalmente imposible; cuando encuentre al personal de limpieza le daré las gracias y pensaré en como compensarlo.
Ahora que tengo toda la madrugada libre no hay nada que pueda hacer, aún quedan un par de horas hasta el inicio de las clases y en ese largo tiempo pude haber seguido durmiendo en mi cama, aunque ahora que recuerdo también vine temprano porque no quería volver a tener el sueño que tuve.
Saliendo de mi salón me dirijo a mi lugar secreto, no es tan secreto pero no existen personas que pasen por aquel lugar, caminando algunos metros y pasando por algunos jardines de flores llego a un almacén vacío, no hay tantas cosas por lo cual está prácticamente abandonado pero para mí así está mejor.
En aquel lugar puedo relajarme con un espacio sin personas, sin problemas ni preocupaciones.
A lado del almacén se encuentra un árbol de cinco metros de altura sin hojas, de hecho en todos los años que estuve viniendo a este lugar nunca la he visto florecer. Parece que esta planta tiene un parecido a mi, ambos estamos alejados de las personas y nunca hemos podido florecer.
Apoyo mi espalda contra el muro mirando las delgadas ramas que se esparcen por el tronco principal y observo la hermosa figura detrás de lo que es un árbol sin flor, un ser vivo sin vida.
Sumergida en mis pensamientos me doy cuenta que alguien se acerca a mi con pasos tranquilos y antes de poder reaccionar esa persona me dirige la palabra.
-¿Te gusta este árbol, señorita? - Dijo un hombre con un sombrero de paja y unas tijeras en la mano, nunca he hablado con él pero sé que él es el encargado de todas las plantas.
-¿Puede a alguien gustarle un árbol que no sirve para adornar? ¿Hay algo bueno en un ser vivo que no tiene vida? - Mientras digo esas palabras refiriéndome al árbol frente a mi me doy cuenta que esas palabras también pueden aplicarse para mí, ciertamente esa planta y yo nos parecemos.
El jardinero me mira de manera triste y me dice - Hay miles de personas en el mundo pero nadie encuentra el mismo sentido en una sola cosa, dónde tú miras un árbol muerto yo miro un posible futuro, cuando ese árbol florezca estoy seguro que será la más hermosa de esta escuela.
-¿No es eso tener muchas expectativas? - Sé muy bien que no todas las personas son iguales, sé que todos son peores que otras y aún así se jactan de ser los mejores. Sé que no hay opiniones que coincidan con respecto a algo.
Con las palabras del jardinero mi mente llega a la realidad, yo no soy igual a ese árbol. El jardinero tiene confianza en que ese árbol tiene un posible futuro pero para mí ya no es así, yo no tengo a nadie que crea en mi futuro, todo el mundo me dió la espalda y la persona que logró hacer latir mi corazón con sus acciones es posible que simplemente sea eso, acciones cotidianas.
No soy el tipo de chica que le guste a los chicos, no tengo ningún atractivo y siento que mi felicidad está perdida. Es posible que ese árbol florezca en un futuro pero en ese futuro yo seguiré marchita.
-Este es un árbol de Ciclamor - dijo el jardinero con tono suave -Es común encontrar este tipo de árboles en Europa pero yo la planté aquí intentando hacer que florezca, sin embargo no fue así, en todo este tiempo no ha florecido ni una sola vez, solamente crece en altura pero sigue sin hojas ni flores, quizás es debido al clima inadecuado o al suelo pero aún así este árbol sigue de pie. Cómo jardinero que soy he tenido que talar varios árboles y sé cuándo un árbol está seco por completo, pero éste árbol no lo está, simplemente está asimilado su entorno.
-¿Asimilando su entorno? - Le pregunté aturdida.
-Para poder florecer primero tiene que ver si su entorno es el adecuado, ella no florecerá si sus hojas caen al día siguiente, ella florecerá cuando pueda resistir su entorno contrario y pueda demostrar que es capaz de hacer frente a las condiciones ambientales inadecuadas.