Otoño desesperado (editando)

Ocho

Ya era de mañana, un nuevo día aguardaba quisiera que lo que paso ayer solo fuera un sueño, pero no importa, trataré de remediar todo hoy, por lo menos una disculpa me tendrá que aceptar, hice la rutina de mi aseo personal como siempre, darme una ducha rápida, lavarme los dientes, tal como me enseño una propaganda de la TV, la vi cuando era pequeña, y aun no lo olvido, aparecía un hermoso conejito con loa dientes muy grandes. Me vestí con el mismo uniforme de hace mas de siete años, ya era largo tiempo que estaba en la misma institución, decir siete añossuena sumamente muchísimo tiempo, en los que pasaron un sin fin de cosas y problemas.

—¡¡¡ hija !!! Baja a desayunar—oí el tono de mi mamá desde la cocina—yo ya me voy al trabajo.
Me apresuré, tomé mi pequeña mochila con mis útiles dentro y bajé corriendo por las escaleras.

—espera mamá—mencioné al ver que recorría el pasillo en dirección a la puerta—te olvidas darme mi beso.
Hice mi gesto como un niño que pide su caramelo con ternura, aun que ya era grande o al menos eso dice mi edad, tenia que recuperar aquel tiempo que parte de mi gran infancia perdí.
—si hija —me acurrucó en sus mano y depositó un dulce beso en mi frente—Adiós hija, que te vaya bien en el cole.
—Adiós mamá que tengas un buen día —me despedí con una sonrisa en los labios mientras la veia partir a su trabajo.Al parecer papá salio mas temprano no había rastro de él, trabajaba mucho en la oficina, su jefe lo tenia muy saturado, y en las noches llegaba muy cansado. 
Mamá había dejado haciendo unos deliciosos panqueques, los dividí en dos partes, unos para mi hermano y la otra mitad para mi, los puse una capa de dulce de leche sobre ellos. Estaban deliciosos .
—¡¡¡enano baja a desayunar!!! Se va hacer tarde
—ya bajo Sara—gritó desde su habitación.
Me puse a comer el desayuno, mientras mi hermano bajaba las gradas.
—buen dia hermana
—buen dia enano, apurate a comer llegaremos tarde — dije mientras metía trozos grandes del panqueque en mi boca.
Acabamos de comer y salimos corriendo de la casa, para llegar a tiempo, por suerte parecía que la hora no pasara rápido, hoy tendría que marchar todo bien, seria un magnifico día, entré a mi aula. 

—buen día chicos y chicas—saludé muy sonriente.

—buen día Sara —contestaron a mi saludo en unísono algunos de mis compañeros que también se volvieron en unos buenos amigos.

La maestra de biología entró, pues ya la conocíamos así que no había necesidad de que se presentara, habló de algunas de sus abecdotas de su vida, dictó algunos útiles para la próxima clase. Dando por terminado el primer periodo. Sonó el timbre del recreo, el cual era muy anhelado por todos, por que es el momento del descanso y en el podíamos degustar las golosinas de los kioskos.
—¿Sara vamos ?—me preguntó linda. Quería ir a probar las deliciosas donas, con muchísimo chocolate que me encantaban.
—Si, vamos.
Salimos del aula, a comprar las donas que quería y a la vez un riquísimo jugo de naranja. Linda y Karly optaron por comprarse otras golosinas de esas que vienen envasadas y procesadas por alguna empresa. 
—bien, ¿regresamos al curso?—mencioné 
—si si vamos antes que derrames ese jugo—linda mencionó de forma burlona, mientras bajamos las gradas.
—Ja Ja Ja que gracioso, pero si...—sin mas terminar la frase que iba a decir, sentí mis pies ser trabados por algo, no logré ver lo que era cuando caí de inmediato al suelo, el fuerte dolor de mis rodillas rapadas por el muy duro suelo me impedian levantarme, de fondo solo escuchaba las risas de los alumnos, miré al costado y solo vi su rostro lleno de placer y furia...


 




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