Otra estúpida historia de Amor

3.

Capítulo 3

La mujer equivocada

Desperté y sentí como la luz del sol quemó mis ojos.

-Cariño mío, despertaste - La voz de quebrada de mi madre retumbó en mis oídos.

-¡Oh mierda!- me queje estrujado mis ojos con las manos. Mientras intentaba eliminar el pitido que me partía la cabeza en dos.

-Theo, cierra las cortinas- mi madre indicó a mi padre- de inmediato - presionó.

- Cálmate mujer, y deja de chillar no vez que le duele la cabeza - musitó en un tono de voz más bajo y le agradecí por eso.

Mi madre le ignoró y se abalanzó sobre mi para romper en llanto.

- No vuelvas a aceptar ir a un lugar como ese, no necesitas el dinero del ejército, no necesitas arriesgar tu vida de esa forma- ella estaba completamente afligida. Era entendible yo soy su único hijo.

-Esta bien mamá, estoy bien - le acaricie el cabello intentando consolarla pero nada parecía funcionar. Ella estaba muy alterada, tanto que continuo con sus reclamos.

- Por milagro de Dios estás bien, el otro chico en cambio perdio la movilidad de sus piernas- sus palabras atravesaron mi corazón como una bala. Me levanté de golpe de la cama. -¿Pero que haces Zayn? - mi madre me miraba sorprendida. Y mi padre intentaba fin todas sus fuerzas que volviera a la cama.

Pero no podían detenerme, tenía que salir, tenía que ir a ver a Tyler. Tenía que arrodillarme ante el y pedirle perdón porque por mi culpa el estaba en esa situación.

- Tengo que salir, apártate por favor - le dije a mi padre con los ojos llorosos. El inmediato comprendio la situación y se aparto, sabía que era importante para mí porque yo povss veces lloraba...

-Has lo de que debas hacer- me dijo antes de que saliera disparado de la habitación, mientras él se quedaba sosteniéndo a mi madre quien tenía un ataque de histeria absoluta.

Deambule por todos los pasillos del hospitar militar buscando información de Tyler, pero nadie sabía nada de él. Al menos no en la primera planta. Estaba completamente y absolutamente desesperado. Un dolor en mi costado derecho apareció de golpe.

Punzante y fuerte estaba apuntó de hacerme caer al suelo. Pero mi deseó por encontrar a Tyler era más grande que todo lo demás.

-Cabo MacMiller¿Que está usted haciendo?-el sargento Spencer apareció frente a mi. Estaba sorprendido de verme caminar.

- Estoy buscando a Tyler, yo.... Quiero - estaba aguantando para no desplomarme, pero lo cierto es que el dolor no me dejaba ni respirar - Yo... Quiero decirle, que....Yo lo siento - dije porfin y cai al suelo como un pedazo de cane muerta...

- ¡Enfermera! - grito con fuerza el sargento Spencer, quién parecia especialmente preocupado de ver como me retorcia del dolor en el suelo. - ¡Está loco cabo MacMiller! ¿Porque está caminando? ¡Le han perforado riñón! ¡Los medicos estuvieron 8 horas operandolo! ¿Sabe lo que son 8 horas intentando salvar su vida? ¡No sea insensato!-el sargento Spencer me gritó, estaba furioso. No pude responderle, empecé a ver todo nublado, todo borroso -¡aguante!- dijo golpeándome la cara para que me despertara. Eso fue lo último que escuché, lo último que vi fue la cara de Fátima Ahmadi antes de que le volarán la cabeza...

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Desperté por segunda vez, pero mi cuerpo estaba inmóvil.

-Esta cedado, has dormido por 5 días, lo he decidido así, han tenido que volver a restaurar tu riñón - mi madre contestó con enojó mirando con odio a mi padre.

No dije nada, estaba sumido en la amargura. La verdad es que hubiera preferido morir que vivir con la culpa de haberle roto la vida a Tyler, él solo tenía 18 años...

-Noah y Leah han cancelado la boda, ambos están hecho polvo después de enterarse de tu situación -

-¿cómo se enteraron? ¿Quién coño les dijo?- Estaba furioso de que me tuvieran lástima. Más aún de que hayan cancelado la boda por mí.

- Les he dicho ¿crees que me iba a callar? ¿Crees que podía dejarlos ser felices después de lo que te hicieron?- mi madre agregó enojada.

-¡ESO NO ERA TU ASUNTO!- grité. No podía entender que le había pasado por la cabeza al hacer semejante show...

- No grites, soy tu madre. Tus asuntos también son mis asuntos, tus heridas también son las mias, tu dolor también lo siento yo- dijo comenzando a llorar. Suspiré y lo dejé ahí, no había manera de que mi madre cediera...

-hay alguien que quiere verte - mi padre intervino.

-No quiero ver a nadie - contesté con desdén.

- pues yo creo que sí - me ignoró y le dijo a mi madre que abriera la puerta.

Tyler entró con su silla de ruedas. Intenté levantarme pero no pude. La anestesia no me dejaba mover el cuerpo.

- ¿como está jefe?- Tyler me saludó intentando animarme.

-Inmovil - contesté mirando de reojo y con rabia a mi madre.

-Pues no será para siempre, pronto estará bien y podrá moverse, caminar y esas cosas - su tono de voz cambio por completo, se notaba la tristeza en su voz, en su mirada...

-Lo siento, lo siento mucho de verdad... Todo fue mi culpa...- contesté rompiendo en llanto, estaba avergonzado.

- No, no ,no jefe, claro que no fue su culpa. Usted no me disparó, nos dispararon los Talibanes...- bromeó y ambos reímos de nuestra desgracia.

- Eso es cierto, pero yo fui quién dejó ir a Fátima Ahmadi ...- Contesté desanimado al recordar mi error.

- La mujer volvió por su hija, usted volvió por ambas, y yo le seguí porque pienso que usted es un gran hombre, también un gran líder- Intento animarme. Volví a sonreír.

-Fatima Ahmadi está muerta, tú estás en silla de ruedas y yo estoy en esta cama ¿ A ésto llamás liderazgo? ¡Doy pena! Los he llevado al fracaso-

- puede ser, pero salvo una vida - agregó mirándome seriamente.

- y casi morimos todos - refute.

-Pero nadie murió y la chica ahora vive,todo es gracias a usted -

- Fátima Ahmadi si... pero bueno...-respondi quisquilloso.




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