Otra estúpida historia de Amor

4.

Capítulo 4

El día que le conocí.

-Cabo MacMiller Bienvenido ¿No debería estar usted descansando? -

- Capitán Spencer- le estiró la mano y él de inmediato me recibe el saludo.

- Estoy aqui para hablar de la chica Afgana -

-De su error, querrá decir - Me Corrigió y me humilló al mismo tiempo.

-Si es como quiere llamarle, pues no le voy a discutir...- Le di la razón, la tenía.

- Es la hija de uno de los líderes Talibanes, es una persona de interés en Pakistán, volarán mañana, ya está todo arreglado -

- Déjeme hacerme cargo de Ella ¡Por favor ! - ni siquiera había terminado de hablar y el Sargento Spencer ya se estaba burlando de mi.

- Quiero pensar que es el medicamento para el dolor lo que lo tiene diciéndo incoherencias - le mire seriamente.

-No estoy bromeando, me haré cargo de Ella - Mi voz fue firme el Sargento Spencer dejó de reírse de inmediato.

- ¿Que ganaría yo? La chica me sirve más en Pakistan, para negociar algun intercâmbio de rehenes -

- ¿Usted cree de verdad que ha esas personas les importan sus hijas o sus mujeres? - Era surrealista su forma de pensar. podía haberle lavado el cerebro a Tyler pero a mí no. Conocía bien la Política, conocía bien la clase de engendros que eran los Talibanes, conocía bien el papel que tenían las mujeres en Afganistán... -La chica allá no les sirve de nada y usted los sabe-

- Aquí tampoco, es carga innecesaria, que resuelvan ellos en el refugio - Su Tono denotaba molestia.

- Volveré cuando me recuperé, volveré y le traeré a Fátima Ahmadi - el sargento Spence sonrío con sarcasmo mientras se llevó las manos a la barbilla.

- Usted tiene 6 meses para poder medio recuperarse, jamás estará bien del todo. Aun así de aquí allá Fátima Ahmadi estara muerta y no me servirá de nada -

- Si no cumple su palabra mandaré a la chica de vuelta - le di la mano para sellar el trató. Pero antes de soltar mi mano el Sargento Spencer me dio muchas más instrucciones -Le mandaré a tramitar la documentación temporaria de refugiada y lo asignaré a usted como su garante, cualquier cosa mala que haga ella en este país lo pagara usted, asi qué le aconsejo no perderla de vista, no dejarla salir sola, yo que usted la dejo en casa, total no sabe lo que es vivir, usted también se hara cargo de ella económicamente, el estado no le dare ni un centavo para su manutención. Debe intentar también sacarle información, algo debe saber. Ubicaciones estratégicas, nombres, armas... También quiero que investigue todo lo que sepa de su familia-

- Entendido...- me pareció que todas sus peticiones eran extremadamente exagerada. Incluso el costo por tenerla a Salvo era demasiado alto para mí. Pero se lo debía a Tyler, me lo debía a mí mismo, y también a su madre...

-Bien, que se mejore lo antes posible Cabo MacMiller - agregó y yo asentí. -Se la llevaremos mañana, buena suerte -

-Entendido...-

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- Me parece que perdiste la cabeza, estoy seguro que esa chica va a traernos desgracias- Mi madre estaba poniendo la mesa, mismo tiempo que protestaba. Yo estaba tumbado en el mueble porque aun sentía mucho dolor. - Zayn, de verdad, arrepientete y diles que ya no puedes tenerla - mi madre se acercó a mi suplicante. Antes de que pudiera responderle el timbré sono.

-Ya és tarde, ya están aquí - contesté levantándome del sofá. Y caminando como podía hacia la puerta.

- Perdiste la cabeza, Leah y Noah te hicieron perder la cabeza - suspiré intentando drenar el enojó que ese comentario causo.

Segundos después abrí la puerta... El Sargento Spencer está parado frente a mí, a su derecha estaba Tyler y a su izquierda la chica Afgana... Llevaba puesto un suéter negro largo, y un pantalón negro, su cabello negro azabache apenas y podia verse puesto que encima llevaba la burka. Tenía los ojos del color más raro que algunas vez vi en la vida, Eran una mezcla entre marrones,verde y gris que era impresionante.

- Sargento Spencer, buenos días - le saludo como es debido. - Tyler- le saludo también. Está bastante emocionado, lo sé porque que los ojos le brillan.

Luego miro a la Chica, no se bien que hacer. Si debo o no saludarle, si entiende o no mi idioma. La verdad es todo confuso. Es evidente para todos, pero menos para ella que está ahí parada como si fuese una estatua, con las manos estiradas pegadas a sus piernas y la barbilla levantada.

-Amirah, su nombre es Amirah- Tyler menciona.

- bueno yo ya los traje hasta ahí, me voy - el teniente Spencer se despide y huye del lugar como si fuese un fugitivo.

- Ni siquiera nos dio tiempos de responderle, se marchó demasiado rapido- yo contesto, Tyler se encoje de hombros.

- Ha estado protestando todo el camino, no se cómo lograste convencerle-

-Ni YO- mi madre contesta a lo lejos mientras yo ayudo a Tyler a bajar con la silla de ruedas al comedor . En todo ese momento la chica Afgana continúa parada inmóvil en el mismo lugar donde se quedó después de entrar.

- ¿Que le sucede? ¿Porque no camina?- pregunto confundido.

- No lo sé, parece que habla nuestro idioma porque entiende. Pero por ninguna razón emite alguna palabra... Creo que tiene estrés post traumático, tiene muchos traumatismos y también una talla muy baja de peso - Tyler me comentó en un susurro. Yo suspiré arrepentido del lío en el que me había metido.

-Uy Dios mio parece la mismisima muerte con todo esa ropa negra puesta - mi madre exclamó y yo la miré con enfadó - Lo siento, se disculpo, luego se hizo la señal de la cruz -

- No me lo puedo creer- musité en voz alta y camine hacia donde estaba ella parada.

- Amirah, soy Zayn, ya nos habíamos visto antes, pero tal vez no lo recuerdes- le hice señas por si acaso no entendía.

- Se quién eres, dibuje tú rostro una y otra vez en mis sueños para no olvidarte... Así que te recuerdo, te recuerdo perfectamente: tú fuiste quién no me dejó morir junto a mi madre - contesto en mi idioma perfectamente.




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