Capítulo 7
Ego
Zayn
Llegamos a casa más rápido de lo que me hubiese gustado. Y no se equivoquen, no era porque no quería llegar, sino porque el taxista usurero parecía se fanático también de rápido y furioso.
En todo el camino Amarah permaneció en silencio, pero disfrutaba del viento helado que entraba por la ventana y le pegaba en la cara.
-250 - musitó el hombre una vez que se detuvo frente al portal de mi casa.
-te daré 200, fue lo que acordamos - Mi tono era de pocos amigos, estaba cabreado. Pero el hombre pensaba que podía jugar conmigo y se le ocurrió cerrar los seguros del auto para impedir que saliéramos. Perdí el control y lo tomé por el cuello de su camisa. - Te conviene dejarte de juegos, toma tu dinero y abre la puta puerta de una vez - Gruñí al mismo tiempo que le enseñaba mi chapa de la Army.
-Lo siento, lo siento- el hombre musitó aterrorizado.
-Dejale por favor- Amarah me tiró de la camiseta blanca. Solte al hombre de inmediato, le di el dinero y nos bajamos del taxi de aquel loco.
Luego de eso atravesamos el portal de mi casa ambos en silencio. Me sorprendió que las luces de la entrada principal estuvieran encendidas. - lo que me faltaba que alguien entrará a robar -Corri enfurecido hasta la entrada. Me llevé la sorpresa de mi vida al encontrarme a Leah sentada en el sofá mirando la tele.
- Oh, Zayn ¡Que bueno que has vuelto!- Musitó con los ojos llenos de lágrima mientras corría hacia mi y me cubría de un abrazo. Me quedé paralizado, hecho piedra porque realmente no me lo esperaba.
-¡Leah! ¿Que haces aquí?- Mis palabras sonaron frías, aunque por dentro mi corazón estaba haciendo una fiesta. Ella levanto la mirada y no respondió nada. Solo me planto un beso de esos que dejan sin aire, extasiado y prendido de amor y de deseo. Leah parecía que estaba embriagada del deseo. Metió sus manos por debajo de mi camiseta para clavar sus uñas en mi espalda yo coloque mis manos en sus caderas y la atraje con fuerza hacia mí. Perdí la noción del tiempo, del espacio, y me olvidé de todo incluso de Amarah... -¡Mierda! No...- exclamé al recordarme de ella. Aparte a Leah de golpe y mire hacia atrás buscando la mirada de Amarah. Ella no estaba ahí, y en parte senti alivio de que no nos viera en esto.
-¿Que te pasa ? ¿Que sucede? - Leah no lo comprendía. Y me hubiese gustado muchísimo poder explicarle pero no podía dejar de sentír angustia por pensar que otra vez Amarah se había ido corriendo.
-Solo espera un momento- me límite a decir mientras corría hacia el jardín. Ella no estába ahí. -¡Mierda! !Otra vez no!- musité con desesperación corriendo hacia el portal para abrir la puerta principal.
Por fortuna ella estaba ahí. Sentada en la acera mirando hacia la nada.
-¡Amarah!- Pronuncie su nombre, ella volteo y clavo esa mirada inexplicable en mí. Estaba buscando las palabras correctas para decirle pero no creo que hubiese nada para explicarle que fuese fácil de entender.
- ¿Ya has terminado?- musitó con frialdad mientras alzaba una ceja. Antes de que pudiera responderle Leah apareció por detrás de ambos y se le quedó mirándo estupefacta.
-¿Quien es ella ? ¿Porque diablos trae tu sudadera? - cuestionó cabreada cruzandose de brazos mientras me miraba fijamente.
Me reí de esta estúpida situación. No había razones por las que Leah actuará como una novia celosa, después de que me había dejado y se había comprometido con mi mejor amigo. Su actitud era el descaro materializado.
Amarah se puso de pie y se sacudió el pantalón de polvo. Paso directamente de mi y de dirigió a Leah - Soy Amarah - le dijo de forma espontánea. A Leah no le quedó otra que presentarse. -y yo soy Leah - musitó a regañadientes mientras volvió a clavar su mirada en mi.
-¿Que tal si cenamos y aclaramos este asunto?- dije inseguro de que fuera buena idea, pero es que no se me ocurrió nada mejor que decir.
-Bien- Contestó Leah.
-Aja- Contesto Amahara.
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Amarah
Verlos casi tener sexo en la entrada fue realmente incómodo. Pero más incómodo fue que cenaremos los tres. No conocía nada a Leah, mas que lo había escuchado de la madre de Zayn cuando estuvo cuidandome. Durante ese tiempo no dije ni una sola palabra, pero escuché cada cosa en silencio.
Leah era una mujer extremadamente hermosa, tenía un cabello casi que del mismo color que él mío y ojos marrones con unas pestañas tan hermosas y pobladas que me causaban envidia. Llevaba un maquillaje bastante cargado que no era muy de mi estilo. Ojos delineados y sombreados, mejillas coloradas y un labial rojo intenso que había dejado manchado en los labios y la cara de Zayn.
Era más que obvió que Zayn estaba completamente delirando de amor y deseó por ella. Y eso de cierta forma me hacía sentir pena de él... Por supuesto una angustia tremenda por mi situación, porque Leah era una mujer con muchísimo Ego. Y mi presencia no le agradaba, era obvió por como me miraba con desprecio cuando Zay le explicaba nuestra situación mientras cocinaba.
-A ver si entendí, la rescataste de la guerra y la metiste a vivir en tu casas- Sus palabras fueron despectivas.
- El trasfondo es más profundo, pero sí, Amarah vive aquí - él comentó mientras cortaba la Cebolla y luchaba con el ardor en los ojos. Me levanté para ayudarle, porque no quería que se siguiera viendo cómo un perdedor, tampoco quería quedarme muy cerca de Leah. - Estoy bien, no necesito ayuda, puedes esperar, la cena estara lista pronto- me dijo.
-llorarias menos si antes de cortarlas la remojas en agua fría con sal - él se detuvo de inmediato y me miró sorprendido.
- ¿De verdad? - musitó, yo asentí y les quité las cebollas restante para lavarlas. El limpio nuevamente sus ojos con su muñecas. -Mierda - se quejó corriendo hacía el lavaplatos. Metió las manos en el lavaplatos y luegos se las paso por la cara.
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Editado: 25.11.2024