Capítulo 8
Desorden.
Zayn.
Miré la decepción absoluta en el rostro de Amarah. Y eso se sintió igual al disparó que recibí en Afganistán. Un dolor sorpresivo, ardiente, punzante. Pensé a todo eso ella no dijo nada, no me recriminó, ni juzgo mi decisión. Asintió en silencio y siguió cortando las cebollas.
Por otro lado Leah estaba completamente complacida de que la eligiera a ella como siempre sobretodas las cosas. Como respuesta me dio un enorme beso en los labios que me despejó por un momento. Y luego comenzó a contarme un montón de cosas que la verdad yo ni estaba escuchando, porque no dejaba de pensar en Amarah, lo que estaba pensando, lo que estaba sintiendo. No dejaba de recordarme de aquél rostro lloroso y asustado que tenía cuando horas atrás me confesó que tenía miedo de los aviones...
-¿Zayn me estás escuchando?- Leah cuestionó haciéndome volver a tierra.
-Si, si, si...- mentí vilmente mientras servía los espaguetis en los platos.
-¿ Entonces que opinas? ¿Que es lo mejor?- Leah me cuestionó y yo suspiré con angustia porque no sabía que decir, la verdad es que no la había escuchado.
-¿Que de tantas cosas que has dicho?- generalice para obligarla a recapitular y así poder escucharla esta vez.
- ¿que es lo mejor para Noah? ¿ Como le diremos?.Es obvio que aún tiene esperanzas de que reagendemos fecha para la boda... Le voy a romper el corazón a lo grande...- Sentí nuevamente la incomodidad y la angustia recorrer mi cuerpo. Estaba molestó con Noah, el me había traicionado... Pero que Leah y yo volviéramos iba a ser un golpe muy bajo para él, caería en la depresión, en alcohol, lo conocía muy bien. El no era tan fuerte como yo, no iba a superarlo.
- por ahora mantengamoslo en secreto - Dije acercándome a Leah para colocar su plato de espaguetis a la boloñesa en la mesa.
-Aaay - escuche gritar a Amarah luego escuché el sonido de la olla caer al suelo. Corrí hacia ella de inmediato.
Ella estaba sostienendo su mano derecha con dolor mientras apretaba los ojos y de mordía los labios para no llorar. Yo había dejado la olla en el lavaplatos y no le había dicho que estaba caliente, ella la tomó confiada para lavarla pensando que ya estaba fría y terminó quemándose la mano.
- Ven aquí, colocala en agua fría...- la tomé de la muñeca y coloque su mano bajo el chorro.
-Ya estoy bien, muchas gracias - ella
Aparto mi mano de la suya y de inmediato cerró el chorro de aguas, la miré confundido -el agua es un recurso limitado, hay gente que muere por no tenerla, la estás desperdiciando - escupió con una rabia poco común en ella. Al menos eso podía notar en su mirada. El verde de sus ojos de había engrandecido dejando invisible al gris y muy tenue un pequeño círculo de marrón al rededor de su pupila.
- Lo siento - me límite a contestar sin poder dejar de mirarla. Era como si estuviera hipnotizado por sus ojos.
-Zayn ¿ ya hiciste de médico? Se va a enfriar la comida - Leah grito a ló lejos y me alegré de que no hubiese visto esto, porque sino es probable que estuviera en problemas, Leah era muy posesiva.
- voy ya- dije saliendo del hechizó de los ojos de Amarah. Y tomando el plató que quedaba en la cocina. -Vamos a comer - le dije y ella se negó con la cabeza. - Es imposible que no tengas hambre, hoy solo hemos desayunado,nos hemos saltado el almuerzo...-
- No Tengo hambre, coman ustedes - contesto con frialdad. Luego camino en dirección a la salida de la cocina. La tomé del brazo para evitar que saliera.
-¿Me estás castigando con la culpa?- cuestioné con enojó. Yo sabía que si tenía hambre, pero que le dijera que no pudiera quedarse le cambió la actitud por completo.
-No soy nadie para castigarte, y tú eres el único dueño de tus sentimientos, si sientes culpa es porque sientes que has hecho algo que la genera -
-Vale, vale, se que estás enojada porque no puedes quedarte aquí- Su cara se puso roja del enojo y antes de que pudiera decirle que buscaría la forma de que no la enviarán al refugio ella me acribilló con sus palabras.
-Eres un egocentricon al igual que ella, ambos se merecen- se soltó de mi agarré y se perdió en el umbral de la cocina. Yo volví a la mesa con Leah. Quién se que quejó de que hubiera tardado tanto, le dije que Amarah se había lástimado y le estaba ayudando, pero poco le importó, cambio de tema enseguida y comenzó a hablarme de las pelucas nueva de su madre.
Después de la comida bebimos unas copas de vino, en el salón que admito nos subieron la temperatura.
Leah me besa en el cuello, porque sabe bien cuál es mi debilidad. Luego su boca busca la mía. La recibo y la atrapó con intensidad, tanta que se sienten como si las paredes estuvieran cerrándose al rededor nuestro. Ella se deshace de mi camiseta, yo también de la suya. Beso primero su cuello, luego me detengo en su pecho, ella gime de placer y reclama nuevamente mi boca. Con sus manos intenta desabrocharme en pantalón.
Nuevamente la voz de la madre de Amarah retumba en mi cabeza " ¡Ayúdanos!" Y luego los disparos. Tyler, la sangre, el humo,el olor a pólvora...los ojos de Amarah.
La pasión se rompe, y el momento se arruina. Leah se da cuenta y maldigo mi mala suerte...
-No puedo...lo siento - estoy avergonzado.
-¿Que sucede? ¿Acaso no te gustó?- cuestiona ofendida. Mientras se quita de encima de mí.
-No no eso, es que paso algo en Afganistán que aun me atormenta...- confieso intentando entablar una conversación con ella. Me gustaría contarle como me siento.
-Es por esa chica, lo sabía... tuvieron algo - lanza lo primero que se le ocurre. Suspiro de fastidio de que no pueda esforzarse más por abrir su mente.
- No tuve, ni tendré nada de índole sentimental con ella...-
-¿Y entonces? ¿Que mierda pasa contigo? - está demasiado ofendida y ofuscada para entenderme.
-La sacaré lo antes posible de mi casa si eso te deja tranquila...- contesto aburrido mientras me coloco la camiseta.
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Editado: 10.11.2024