13.

Capitulo 13

Mí segunda Boda.

Amarah

Desde que llegaron los Talibanes nuevamente poder en 2021, la vida de las mujeres en Afganistán cambio radicalmente. Las pequeñas libertades que logramos conseguir en poco tiempo se esfumaron. Con sus restricciones, nos volvieron a someter y a degradar al punto de hacernos invisibles. Volvieron desgraciadamente las niñas convertidas a la fuerza en novias.

Mientras me miraba en el espejo, la ropa común que me había puesto para mí segunda boda, no dejaba de recordarme de la primera. En aquel entonces debía tener al menos unos 12 años cuando el hombre que me engendro y se hacía llamar mi padre, me vendió a Yamal Admet, quien por suerte para mí terminó siendo mi protector. Mi familia recibió 250.000 afganis (3.000 euros) a cambio de mí. Aún así al principio no lo sabía, y obviamente sentí un miedo terrible de irme con él. Pero mi padre decidio que ya no podía asistir a la escuela, y que estaba lista para procrear cuando aún era una niña que jugaba al té y a las muñecas.

Díez años han pasado desde entonces. Y aún recuerdo el terror que invadió mi cuerpo cuando me quedé sola después de la boda, en casa con Yamal Admet. Mi madre me había explicado todo lo que debía hacer, para que el mi primera vez fuese lo menos dolorosa posible, pero siendo honesta, se me olvidó todo y me quede frente a él temblando fuertemente de forma involuntaria.

" No tengas miedo pequeña... No voy a hacerte daño, no voy a tocarte"

Sus palabras me parecieron irreales, y más irreal Aún fue la forma en la que se acercó y me entregó Cumbres Borrascosas, el primer libro de los mucho que me daría después. Recuerdo que me senté en el suelo de inmediato y abrí el libro con emoción mientras las lágrimas se me escapaba de los ojos.

-Amarah ¿Puedo pasar?- La voz de Elena detrás de mi puerta me hizo escapar de mis recuerdos.

-¡Si!- Conteste secando con rapidez las lágrimas de mi rostro. La puerta se abrió de inmediato, me gire para mirar a Elena quien tenía un gancho de ropa con bolsa de traje en la mano. - Estás muy bonita, te queda muy bien el azul, hace que resalten tus ojos - le dije con sinceridad observando el vestidor azul oscuro que llevaba puesto. Le quedaba bien ceñido a su cuerpo y le hacía ver una bonita figura. Elena era una mujer madura, y mayor pero estaba muy bien conservada. Supongo que el estilo de vida saludable que lleva le había ayudado a tener casi 57 y verse como de 40.

-Tu también estás muy bonita cariño, pero me encantaría que usarás esto - ella me miró emocionada y sacó un vestido blanco de la bolsa, yo le mire un poco confundida - Este fue el vestido que usé cuando me fugué de casa y me casé a escondidas con el padre de Zayn - comentó con nostalgia colocándolo encima de la cama.

Era un vestido elegante tipo camisa de encajes perfectamente confeccionado con botones forrados y cuello en seda fina. En el último botón del cuello tenía un broche de esos antiguos, que parecía tener un significado. La parte de abajo era lisa, y también de seda que llegaba un poco más arriba de las rodillas. Estaba sorprendida porque nunca había visto un vestido así de bonito en mi vida.

- ¡Es muy hermoso! ¿Pero se verdad estás Segura de que quieres que alguien como yo usé algo tan significativo para tí y tú familia ?- la miré fijamente, ella me tomo de la manos.

-Por supuesto que si, me sentiría muy orgullosa de que tú lo llevaras- ella parecía decidida.

-No es una boda verdadera, Y tal vez Zayn cambié de opinión cuando me lo vea - comenté dudosa sin soltarle las manos.

-Se que no hay amor de pareja entre ustedes, pero siento como madre que ambos han vivido juntos cosas mas fuerte qué el enamoramiento y la pasion que generalmente mueven a las parejas a casarse. Así que por la razón que sea, hoy es un día especial para mí, se casa mi hijo y tú oficialmente te conviertes en mi hija- Ella dijo eso y yo no pude evitar abrazarla...

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Zayn

Estaba extremadamente nervioso, al punto que sentía que la corbata me asfixiaba. Me la desajuste nuevamente. Luego bebí un poco de agua, aunque lo que me apetecía era una cerveza que calmara mis ansias.

-Tanquilo Jefe, no es como si le fueran a dejar plantado - Tyler bromeó y le mire con enojó.

-Ella es la interesada, si no viene se condena - contesté intentándo parecer indiferente. Pero ya faltaban menos de 15 minutos y ni Amarah, ni mi madre habían llegado.

- No hables así, sabes que eso no es lo que estás pasando- Tyler acercó su silla de ruedas hacia donde estaba yo. -Calmate, todo saldrá bien- intentó animarme pero yo estaba lo suficientemente cabreado como para que sus palabras tuvieran efectos.

-El capitan Spencer y otros superiores están dentro ¿Como está Mierda va a ser creíble si Amarah aparece cuando le da la gana?- escupí con enojó aventando la estúpida flor que Tyler me había hecho comprarle al suelo.

-Las novias casi siempre llegan tarde...lo que no hacen los novios es tirar las cosas al suelo mientras esperan - Tyler me contestó con serenidad. Mirando en dirección al suelo donde estaba la rosa azul que acaba de tirar.

- Igual no quería dársela, es una estupidez. Tampoco Quiero que se ilusione y piense que viviremos felices para siempre -

-Eres un capullo Zayn, hablas por hablar, estoy seguro que acabarás tú coladito por ella antes de que ella por tí -se estiró lo más que pudo e hizo recogió un esfuerzo por recoger la rosa. Casi se cae en el proceso, tuve que intervenir, recogiéndola con rabia del suelo.

-No me interesa Amarah, esto lo hago para que el recuerdo del rostro de su madre antes de morir, dejé de seguir atormentándome en las noches - musité.

-Zayn...- escuché a Tyler intentar detenerme pero necesitaba dejarle claro que no estaba interesado en el amor ni en ninguna estupidez que se le pareciera.

- Además de que nunca funcionaria, somos muy diferentes, ella ha cambiado mucho si, pero aún ignora muchas cosas - agregué.