Lizzy
— Ok— pronuncio luego de acabar de reír, los chicos me miran sin hacer o decir nada, ¡qué niños más serios! — ya entendí y creo tener a la chica perfecta para su padre
— Bien, ¿cuándo será la cita? — pregunta Damon desesperado
— Pueden darme algún número de teléfono o correo? Ya luego les digo por ahí — ambos se miran dudosos
— ¿No nos va a engañar cierto? De verdad queremos esa cita
— Y la van a tener, ¿cómo se llama vuestro padre?
— Christopher — dice Damon y ruedo los ojos, hoy es el día para escuchar ese nombre, Derek escribe en una hoja que le extiendo un número de teléfono
— Llama a este número — son sus palabras y muevo afirmativamente mi cabeza
— Bien niños, gracias por venir— señalo la puerta, ya he perdido suficiente tiempo con ellos, ambos se levantan, se arreglan su ropa y Damon es el primero en caminar hacia la salida
— No olvide lo que le dije— expresa Derek mirándome — que no sea una engreída— agrega y me acerco a él
— No será así, ya verás — me pongo a su altura y sonrío mirando esos hermosos ojos, él sonríe
— Gracias, es usted muy bonita— levanta su mano y la pasa por mi mejilla— se parece mucho a
— Derek ya vamos— lo llama Damon y el niño me da la espalda para ir tras su hermano, también salgo y los sigo, veo como suben a un auto y en efecto, había un hombre esperándolos, un guardaespaldas.
— Tardaste bastante con ellos— murmura Melissa y la miro
— Leyla ya llegó? — le pregunto por mi otra mejor amiga y empleada de la agencia
— Está en su oficina, ¿estás bien Lizzy? ¿Qué querían esos niños?
— Buscarle una novia a su padre— es mi respuesta y camino hacia la Oficina de Leyla, a la cual encuentro detrás de su escritorio, con el móvil en la mano y sonriendo como una enamorada
— ¡Lizzy! — se altera cuando me ve y se tensa, su sonrisa se borra y guarda su móvil
— Waw, ¿Qué hacías en ese teléfono que te pones tan nerviosa? — me siento frente a ella
— Yo? Nada
— No juzgo a los que ven porno— sonrío, mi amiga ríe
— tonta, claro que no veo eso
— Y? ¿Qué hacías?
— Nada, solo veía memes— responde y sonrío, sé cuando me mienten, sé leer a las personas y por eso hago lo que hago, ya que sé cuando una pareja durará de solo verlos en la primera cita
— Leyla querida, sé cuando me mientes y ahora mismo lo haces, sonreías mirando tu teléfono como una adolescente enamorada, apuesto toda mi fortuna a que estabas enviando y recibiendo mensajes de texto de alguien importante, tus ojos brillan, estás diferente, más radiante y feliz, lo que no entiendo es por qué me mientes
— Lo siento Liz, no quería mentirte, es solo que aún no es nada serio
— Y supongo que no me dirás quien es el afortunado — ella baja la mirada
— Te lo diré, pero todo a su tiempo, es algo complicado — dice y odio saber que se está guardando algo importante
— Bien, no te presiono —levanto ambas manos en son de paz— vine hasta acá para decirte que contactes con Sarah, dile que ya le encontré a su hombre y pregúntale que día le viene bien una cita
— ¿De verdad? — asiento
— Créeme le gustará, es un multimillonario, padre soltero y guapo y busca una chica como ella
— Bien, la llamo ahora mismo— el móvil de Leyla suena pero ella lo ignora
— Ya me voy— digo sabiendo que estando yo ahí no responderá y salgo de su oficina, nunca nos escondemos nada, no sé por qué ahora lo hace y eso me preocupa.
— Hoy tienes el día libre, y si salimos esta noche? — Melissa entra a mi oficina como si fuera la de ella y se sienta
— No puedo, tengo demasiado trabajo acumulado
— ¿De verdad vas a rechazar el contrato del que Miguel hablaba?
— Aja — sigo en lo mío, ella no se va
— Ganarás mucho dinero
— Tengo bastante ya
— ¿Y desde cuándo tener más dinero es malo?
— Desde que para ganarlo tengo que trabajar con autos, Melissa, no me gustan los autos, no se nada de ellos y no les voy a decir a las personas que compren algo cuando no tengo ni idea de cómo es
— Son los mejores Liz, muchos son de edición limitada, cuestan millones y Christopher, por Dios! yo daría un riñón por trabajar junto a ese hombre
— Eres una superficial
— Ja, ¿no lo has buscado? — niego con la cabeza — no te pica la curiosidad?
— Sabes que no
— Le buscas pareja a todos pero y tú que?
— Estoy bien sola— digo sin mirarla, mi amiga resopla
— Tienes 25 años Lizzy, una hija de seis y una fortuna que no gastas por estar trabajando, deberías vivir más — la miro
— Llevo solo 1 año soltera Melissa y no quiero casarme otra vez, lo hice cuando tenía 18 y fue un gran error que no volveré a cometer, perdí seis años de mi vida junto a Owen y lo único bueno que quedó de eso fue mi hija
— Nunca dijiste por qué te divorciaste, parecían la pareja perfecta
— No todo es lo que parece querida amiga — me levanto y dejo un beso en su mejilla— ya me voy, nos vemos mañana.
Salgo de la agencia pensando en esos dos niños, son tan lindos, pero bueno, me pregunto quien es su padre y por qué buscarle una novia, me reí bastante con ellos, Owen, él también me hacía reír bastante y ahora no entiendo por qué pienso en él, hablar con Melissa me hizo recordarlo, a nadie nunca le hable por qué me divorcie de él, también yo pensaba que éramos la pareja perfecta, pero que equivocada estaba. ¿ Por qué no decirle a nadie el por qué de mi decisión? No lo sé, vergüenza tal vez o quizás no quería que me vieran con lástima, sencillamente es algo que no quiero recordar, ni siquiera mis padres saben, solo Owen y yo.
— Señorita la cena está lista y
— Sofía — miro a la empleada que se encarga de hacer todo lo de la casa cuando yo la necesito — ya puedes irte, gracias por todo
— Gracias Lizzy — ella me sonríe y siento cuando la puerta de la entrada es cerrada y Dios! Sí que me siento sola, mi casa es enorme y sin mi hija acá se siente demasiado vacío todo, quizás debería contratar más empleados, pero odio tener personas desconocidas por toda la casa.
Las horas pasan, hablo con mi madre durante bastante tiempo, luego comienzo a ver una película, pero sigo sintiéndome sola, extraño a Rachel, mi hija, no es la primera vez que se va con su padre, es más, pasa con él dos días de la semana cuando este tiene tiempo claro está, su trabajo le roba casi todo el tiempo y debo decir que me alegro, ya llevaba un mes sin poder quedarse con Rachel y yo feliz, no lo voy a negar. Mi teléfono suena y al ver en la pantalla que es mi hija corro hacia este y lo tomo
— Hola cielo — digo sonriendo
— Hola mamá, ¿me buscas? — frunzo el ceño al escucharla
— Hija, hoy es el día que tu papá quiere pasar contigo
— Pero te extraño mamá
— También te extraño mi amor, pero tu padre quiere estar contigo y está en su derecho
— No quiero estar aquí mamá — su tono triste me mata— además ... — se calla y me desespero
— ¿Además que mi amor?
— Papá desde que me buscó está en su despacho trabajando y me siento sola, me dejó con Laura — dice refiriéndose a una de las empleadas de la casa — y no sale de su despacho, ni deja que yo entre, mamá él no me quiere, no entiendo por qué me quiere acá si no me hace caso
— Hija— suspiro, odio que Owen sea así, su prioridad es el trabajo siempre, cuando estábamos casados no le daba mucha importancia, pero es su hija a la que ignora ahora
— Ven a buscarme mamá, quiero estar contigo
— Iré ahora mismo cielo— respondo y cuelgo, en menos de nada estoy vestida y en mi auto, Owen va a escucharme.
— ¡Mamá! — Rachel se lanza a mis brazos en cuanto me ve entrar a la casa, sonrío ampliamente y beso su rostro varias veces
— ¿ Estás bien mi amor?
— Si, gracias por venir
— ¿Lizzy? — Owen aparece y frunce el ceño al verme— ¿ Qué haces aquí?
— Rachel mi amor, me dejas hablar con tu padre a solas?
— Claro, estaré fuera esperándote — mi hija sale de la casa, miro entonces a Owen
— ¿ Qué haces aquí? — pregunta acercándose — hoy me toca estar con ella, según la ley
— Según la ley puedes estar dos días a la semana con tu hija— lo interrumpo mirando sus ojos—es más, estas en tu derecho, pero no lo haces Owen, estuviste un mes sin siquiera ir a verla y ahora vienes, la traes hasta acá y que haces? nada, la dejas sola y trabajas
— Tengo trabajo
— Yo también, pero es una niña que quiere estar con su padre pero la ignoras
— Da igual, no tienes derecho a venir hasta acá y llevarla, se queda conmigo
— Rachel me llamó — suspiro cansada por lo mismo— estaba triste, Owen cuando vivíamos juntos casi no te veía tampoco y ahora — sonrió con pesar — ahora tampoco porque no dejas de trabajar, no le dedicas tiempo
— Si Rachel no me quiere debe ser por tu culpa— me espeta señalándome— seguro le hablas mal de mí y le metes ideas en la cabeza
— Jamás he hecho eso Owen, jamás lo haría, lo único que te pido es que te comportes como un padre, ¿tan grande te queda el papel?
— ¿Y por qué no pensaste en tu hija antes de dejarme? — se acerca más y muero por retroceder, pero no lo hago — pudiéramos ser una familia feliz Lizzy, los tres juntos
— Sería igual, de todas formas viviendo juntos solo éramos Rachel y yo, trabajabas demasiado y no cambias
— Puedo cambiar — murmura y pasa una mano por mi mejilla, caricia que no me provoca nada — puedo cambiar Lizzy, piensa en Rachel
— Y pensaste tú en ella antes de hacer lo que hiciste? — se aleja de mi
— Ya pedí perdón, me arrepiento de eso mil veces
— No vine a hablar contigo sobre eso Owen, vine a llevarme a Rachel, cuando quieras pasar tiempo con ella de verdad puedes buscarla, pero solo si quieres estar con ella— volteo pero toma mi mano
— Ella se queda o hablo con mi abogado— lo miro desconcertada
— No hablas en serio
— Sabes bien que fue el juez quien puso los días en que yo podía estar con mi hija y fue claro al decir que no podías prohibirme estar con ella, así que Rachel se queda Lizzy o quieres volver a un juzgado por no obedecer las leyes?
— No voy a dejar a mi hija aquí sola y triste
— Bien— él sonríe — puedes quedarte si quieres, pero ella se queda — lo miro incrédula, maldito cínico
— Dejarás de trabajar— me impongo y vuelve a acercarse a mi
— Seamos hoy una familia Lizzy, ya dejaré el trabajo de lado y estaré con ambas ahora mismo — Owen se aleja, yo busco a Rachel y le explico que nos quedamos, idea que a mi hija no le agrada, pero no hay de otra
— Él nunca va a cambiar mamá — dice mi hija mientras ambas estamos en la cama y así es, Owen entró a su despacho y no salió más, ama trabajar
— Él te ama hija, no lo dudes
***
Cuando despierto mi hija aún duerme, salgo de la habitación y al parecer Owen sigue durmiendo también, el timbre de la puerta suena y voy hacia ella, hay empleados para eso, pero estoy a dos pasos
— Lizzy — me quedo de piedra cuando abro y es Leyla, mi amiga quien está frente a mí, esta me recorre con la mirada y debe pensar que dormí con Owen, ya que estoy en pijama en casa de mi ex a las 7 am
— Leyla, qué haces aquí?
— Eso pregunto yo— ríe nerviosa— ¿ qué haces aquí? estabas con Owen?
— No, yo no
— Tanto que hablas de él y te la das de orgullosa diciendo que tenías tus razones para el divorcio, pero sin embargo eres una zorra que te metes a su cama
— Leyla no hables así, no sabes
— Owen es mi novio ahora Lizzy pero claro, tenías que estropearlo
— ¿novio?
— Si, novio— a ella se le salen las lágrimas — he intentado que te olvide, pero vienes y duermes con él
— No duermo con Owen, no volví con él, jamás haría eso por Dios
— No seas zorra — me grita y camina hacia su auto—Debes estar loca por volver con él, Owen es el hombre perfecto y
— Y lo encontré en mi cama follándose a mi hermana — le grito sin poder contenerme, Leyla me mira en cámara lenta — por eso me divorcié y jamás volvería con un hombre como él.