Christopher
Llego a la casa y el silencio me aturde, estoy acostumbrado al ruido de los gemelos, los chillidos y las cosas rotas, pero todo está en silencio, recorro la casa en busca de mis hijos y me detengo en la puerta de mi despacho cuando los escucho
— Es linda ¿verdad? — escucho la voz de Derek y me pego más a la puerta
— Sí, es preciosa, pero mamá era más linda— frunzo el ceño
— Es verdad que se parecen — escucho a mi madre, ¿de qué diablos hablan? empujo la puerta y entro, los tres se me quedan mirando, están en el suelo de mi despacho con un álbum de fotos que reconozco y una lapto
—¿Y me pregunto yo que hacen acá? — se miran entre sí y es Damon quien habla
— Dijiste hace años que este despacho era tanto nuestro como tuyo
— Pero no dije que podían usar mi lapto
— Culpa mía — mi madre levanta una mano— es que hijo, hoy me he quedado picada con algo
— Bueno y qué hacen? — me arrodillo y tomo el álbum en la mano, sonrío al ver el rostro de Siena, mi esposa
— Hoy fuimos a ver a la de la agencia de citas— comenta Derek como si nada — y la abuela al igual que yo cree que se parece mucho a mamá — miro a mi madre
— Lizzy Smith — dice mi madre mostrando la lapto hacia mí con varias fotos de la chica, la miro y sí, se parece a Siena, pero no tanto, ¿verdad? además de que mirando esos ojos azules me olvido de mirar todo lo demás, parece una muñeca
— Ya deja de verla— Damon cierra la lapto, mi madre ríe
— No se parecen— digo y Derek niega
— Si se parecen papá, si la ves en persona te darás cuenta de que
— Hijos ya deberían estar dormidos no viendo fotos, mamá deja de meterles ideas en la cabeza a estos dos
— Toma— me extiende un papel— hora, fecha, dirección y mesa para tu cita — suspiro, miro la dirección, conozco el restaurante, guardo el papel en mi bolsillo
— Esto es una tontería, ya les dije que tengo novia
— Papá debes ir o haremos que nos expulsen del nuevo colegio— amenaza Damon, yo suspiro cansado, bueno, puedo ir, solo es una cita y si la chica es guapa y quiere sexo, ¿por qué no? Diana misma me dijo que no le importan los cuernos, raro ¿no? pero en fin, ¿quién soy yo para contradecir a mi novia?
— Deja de mirarla— levanto la vista de la lapto y miro a mi madre, ¿en qué momento me puse a ver fotos de esta chica? — tienes novia
— Sabes de sobra como es mi relación con Diana
— No la quieres hijo, si la quisieras no le fueras infiel, recuerdo como eras con Siena y ahí si amabas
— mamá como Siena no hay otra
— Y esa chica tampoco te quiere, si te quisiera no te dijera que le da igual a quien lleves a la cama
— Es verdad que se parecen— murmuro mirando a Lizzy— ¿sabes? esta chica será la cara de mi nuevo proyecto
— Es bella sí, pero no pega con los autos— mi madre me abraza por la espalda mirando las fotos
— Da igual si pega o no, trabajaremos juntos, ya verás, ahora explícame eso de las citas— mi madre ríe y comienza a explicarme todo mientras yo me pierdo en esos ojos azules y al final, no escucho nada de lo que mamá dice.
***
— ¡Papá despierta! — chilla Damon en mi oído
— Quiero dormir
— Hoy es la cita papá, levántate— lo miro, en eso Derek se sube a mi cama también y se coloca sobre mi
— Hijos, la cita es a las 10,hay tiempo aún — murmuro, pero al instante siento la mano de Damon golpear mi mejilla despertándome al instante
— Papá son las 9,no puedes llegar tarde— bufo y lanzo a Derek para un costado y me levanto
— Bien, iré a ducharme — con sueño y cansado camino hacia el baño mientras los escucho saltar sobre mi cama
— Papa rápido, ya no hay tiempo— chilla Derek, cuando salgo del baño mi cama está arreglada, un traje sobre esta llama mi atención y mi mirada cae sobre mi madre
— También estas en esto, ayudando a estos dos
— Tampoco me gusta Diana — se encoge de hombros, yo niego y mi madre y mis hijos salen, me arreglo y luego comienzo a buscar el papel, olvide que mesa era, dios! no lo encuentro, juraría que es la 12 ... o quizás es la 16? Mierda!
— Papá ya estas? — Damon entra, yo solo asiento
— hijo, recuerdas que mesa era? 12 o 16?
— Creo que 16— dice sonriendo y Derek carraspea
— Es la 12 — expresa Derek y ambos comienzan a discutir por los números, yo solo salgo de mi habitación y voy hacia mi auto.
Llego al restaurante y miro la hora, ya es más de las 10,voy tarde, pero en fin, solo es una cita tonta, al entrar al local sigo pensando en que mesa será y escojo la que más cerca me queda, la número 12, mi acompañante esta de espaldas y tomo asiento frente a ella pero...
— Lizzy Smith— murmuro, ella levanta la vista de su teléfono y yo simplemente soy incapaz de alejar mis ojos de los suyos, trago en seco, ahora así, tan cerca de ella comprendo las palabras de mi madre, la única diferencia entre ella y mi esposa son esos ojos azules que ahora me miran más que confundidos, pero que no dejan de ser preciosos y ese cabello rubio que la hace parecer aún más una muñeca
★★★
Lizzy
Escucho mi nombre y lo miro, he visto ese rostro antes en revistas y en las redes, pero ¿ qué hace frente a mí?
— ¿Se confundió de mesa? — es mi pregunta mientras él solo me mira, ya su mirada me molesta, ¿tendré algo mal en el rostro que no deja de verme?
— No, no me confundí — se acomoda en la silla y arregla el traje que trae — no sabía que usted era mi cita— sonríe y alzo una ceja— digo, mis hijos no me habían dicho que era la misma Lizzy — lo miro desconcertada, claro, son sus hijos, hijos de Christopher Lewis y este hombre se acaba de equivocar de mesa cuando su pareja esta a pocos metros de mi desesperada
— Lo siento, yo no
— Mira solo vine hasta acá por mis hijos— me interrumpe y me callo— no quería esta cita, seré sincero, pero bueno, si quieres pedimos algo y luego cada uno coge su camino o vienes conmigo y tenemos sexo — abro y cierro la boca como tonta sin saber que decir— no acostumbro a hacer esto, es más, no acostumbro a contratar a chicas como usted
— ¿Chicas como yo? — logro preguntar, él parece estar hasta nervioso
— Si, no soy de los que tenga que pagar para tener sexo
— Está equivocado, en primer lugar no soy su cita— sonrío mientras niego— yo soy la dueña de la agencia de citas
— Ah— entrecierra los ojos— ¿por qué lo hace? tengo entendido que es modelo, que necesidad tiene de tener un negocio así?
—¿así cómo?
— Bueno, con prostitutas y — abro los ojos en demasía
— No, no— niego frenética — no son prostitutas, por Dios! yo formo parejas, parejas que muchas veces terminan casados y con hijos, no son citas para pasar el rato— ahora es el quien me mira confundido
— ¿Y si usted no es mi cita entonces donde esta mi cita?
— Señor Lewis— suspiro — mesa 16— señalo con la cabeza a la chica, él voltea y mira
— Ya sabía yo que mis hijos no me buscarían una rubia— ríe, cosa que a mí no me da gracia y lo nota cuando me mira — Oh disculpa, no tengo nada en contra de las rubias es solo que
— Váyase ya a su mesa — lo interrumpo y señalo esta
— Disculpe— se levanta, pero luego vuelve a sentarse, yo ruedo los ojos— usted y yo debemos conversar esta noche en el lanzamiento
— Señor Lewis no firmaré ningún contrato
— Ya lo veremos
— No insista o le irá mal—él ríe y se levanta, luego lo veo caminar hacia la mesa que le toca y en cuanto cruza par de palabras con su acompañante sé que esto no va a funcionar, cosa que queda clara cuando la chica se levanta y se larga, Christopher solo me mira, sonríe y me guiña un ojo.
— Mamá estás estupenda ya— me halaga Rachel sonriendo — pero Miguel lleva dos horas allá fuera
— Ya salgo amor— beso su mejilla— te quedaras con Melissa y te portaras muy mal con ella, ¿ok?
— Si mamá — ella ríe
— Bueno mi cielo, nos vemos— salgo de la casa, Miguel me espera en el auto, odio tener que ir a la fiesta del rico ese, bueno, rico está y es, no se puede mentir, verlo de cerca es como ver un maldito Dios griego frente a ti
— Te pusiste así de linda para Chris?
— De cuando acá le llamas Chris?
— Desde que vamos a ir a su casa, debo decirlo, lo dejaras babeando con ese vestido azul que pega con tus ojos y... — me mira cuando se detiene en un semáforo — no deja mucho a la imaginación.
Llegamos a la casa de Christopher, entrar en esta es como entrar en un castillo, es enorme y preciosa, demasiado exagerada para mi gusto, la mayoría de las personas se encuentran fuera de la casa y en el medio del patio está el auto del lanzamiento, una belleza de color rojo que me deja con la boca seca
— Hola guapa— miro a Christopher cuando llega hasta a mí— ¿vamos a mi despacho o hablamos acá? — tomo una copa de un camarero cuando pasa por mi lado
— Señor Lewis no voy a firmar nada, no insista por favor, ya lo deje claro, odio los autos— lo último lo susurro, ya que hay varias personas y me alejo del millonario sintiendo su mirada sobre mi
— ¿Tú aquí? — volteo para quedar frente a Owen, ¿qué hace aquí si la empresa para la que trabaja y la de Christopher son enemigos?
— Hola Owen— él sonríe y se acerca bastante a mí, parece que ha bebido demasiado
— Descubrí algo aquel día — comenta sonriendo — haces cualquier cosa por tu hija
— Eso lo saben todos
— Volverás conmigo por ella
— Sigue soñando— río pero él está serio
— Voy a quitarte a mi hija Lizzy— me señala con la copa que trae en la mano— tendré toda su custodia y luego tendrás que volver conmigo
— Eso no pasará, deja de hablar estupideces
— Es una promesa, no eres la única que sabe destruir — aprieto los puños por su amenaza — te destruiré Lizzy y luego vendrás hasta mí porque eres mía
— Ten cuidado Owen
— Cuídate tú, pronto reclamaré la custodia de mi hija y ya verás que haré lo que sea para obtenerla — sonríe y se aleja de mí, su amenaza me choca, sé que habla en serio y sé también de lo que es capaz, cojo otra copa y bebo el contenido de golpe, solo quiero olvidar las palabras de Owen y para eso no me mido cuando bebo copa tras copa mientras lo veo a él hablando con uno de los mejores abogados de la ciudad, uno que juega sucio y con trampas.
—¿Ya lo pensaste? — Christopher se coloca a mi lado mientras no dejo de beber y ya veo borroso— te pagaré bien
— No lo haré — las palabras salen de mi boca de forma lenta
— Vamos, no te hagas de rogar, es tu trabajo y debes admitir que
— ¡Ya basta! — estallo hablando demasiado alto llamando la atención de todos— no firmaré el maldito contrato Christopher, busca otra modelo para que promocione tus autos de porquería — le espeto olvidando a los periodistas y a todas las demás personas, luego solo camino hacia la salida con paso firme o bueno, eso intento, sé bien lo que significa haber llamado porquería a su nuevo proyecto frente a tantas personas, pero ahora mismo no puedo pensar en eso.