Otra novia para papá

Capítulo 8: Arreglaré ese problema

Los gemelos Lewis llegan a la escuela y buscan con la mirada a la niña de su clase, la ven a lo lejos sentada bajo un árbol

— Déjame hablar a mí— pide Derek pero su hermano niega

— Soy el mayor y es mi plan, hablo yo

— Pero Derek yo

— Hola, niña— saluda Damon a Rachel que levanta la vista y lo mira— ¿eres la hija de Lizzy Smith verdad? — esta asiente — podrías hablar o no tienes lengua? — se burla de ella, su hermano lo mira enojado

— Rachel queremos

— Quiero que le digas — Damon interrumpe a su hermano y se acerca a la niña—a tu mamá que venga a la escuela, nosotros haremos lo mismo con nuestro padre

— ¿Por qué quieren eso? — pregunta la niña con curiosidad

— Será la novia de papá— Y Derek maldice en voz baja, Rachel niega

— ¿Están locos? Eso jamás! — Damon frunce el ceño

— Por qué no? Agradecida deberías estar en que alguien como nuestro padre se case con tu madre

— Ja, idiotas — son las palabras de la niña que se aleja de ellos, Damon aprieta los puños, la ve alejarse y no le queda de otra cuando van a comenzar las clases que irse y esperar al almuerzo.

— ¿Me dejarás esta vez a mí? — pregunta Derek cuando se van acercando a Rachel, la cual está sentada donde mismo y tiene un helado en la mano y un libro sobre sus piernas, a su lado hay varios chicos jugando y los gemelos se acercan

— Mocosa— comienza Damon — ya hablaste con tu madre?

— No lo haré

— Claro que sí, debes — lo deja con la palabra en la boca cuando la niña se levanta y le da la espalda — oye fea— le grita Damon que corre hacia ella y le jala el cabello, Rachel voltea y le avienta el helado en la cara, para Derek todo sucede demasiado rápido cuando su hermano empuja a la niña y luego esta recordando las palabras de su madre de devolver lo que te hacen le pega a Damon con el enorme libro que traía en la frente dejándolo más que desorientado.

★★★
Christopher
Miro la carpeta que la chica me dio ayer, todo parece cierto, pero en que me convierto si saco esto a la luz? algo está claro y es que sería un gran golpe para la modelo, pero no soy de esos

— ¿Qué haces? — me interroga Diana entrando

— Nada — es mi respuesta fría y guardo la carpeta en mi caja fuerte

— ¿Me acompañas a comprar un vestido para hoy? Quiero ser la más linda en esa fiesta

— Amor me duele la cabeza — dejo un beso en su frente y salgo del despacho

— Christopher llevamos seis meses juntos— me reclama y sé por donde va todo

— Ya te dije que podías vivir aquí, es más, ya lo haces

— Pero somos novios aún

— Diana — me acerco a ella y miro sus ojos— sé lo que quieres, pero ahora mismo yo no— mi teléfono me interrumpe, lo tomo al reconocer el número

— Señor Lewis? — habla la profesora de mis hijos

— Dígame señorita Black

— ¿Puede venir ahora mismo al colegio?

— Por supuesto— respondo sabiendo ya de que se trata y solo camino hacia la salida sin siquiera mirar a Diana, espero que esta vez no echen a mis hijos del colegio, creo que han pasado por muchos este año y es que de todos los echan

— Buenos días, señorita Black— saludo a la profesora cuando la veo

— Sus hijos están con la directora, vaya hacia allá— yo solo asiento y camino con paso rápido, al llegar al despacho toco y en cuanto entro

— ¿Qué demonios hicieron esta vez? — les reclamo, ambos me miran, pero me percato de que no estamos solos, mi mirada viaja a esos ojos azules

— Sus hijos nada señor Lewis— habla la directora— fueron, ¿cómo decirlo? las víctimas esta vez — miro a Damon y me percato  del golpe que tiene en la frente, está enorme e hinchado

— Hijo qué pasó?

— Esa salvaje me golpeo papá — señala a la niña que está de pie junto a Lizzy y frunzo el ceño

— ¿Salvaje? — la rubia se altera mirando a mi hijo— ustedes dos empezaron, mi hija solo se defendía

— ¿La golpearon? — le pregunto acercándome a ella — verdad que no, pero eduque a su hija, acaso no ve el golpe en la frente de mi hijo?

— Oh por dios— ella ríe — mi hija está bien educada es más, la felicito por hacerme caso, hija— mira a su hija— felicidades cielo, hiciste bien

— Señorita Smith — la directora la mira — ¿le enseña a su hija la violencia?

— Violencia no, yo le enseño a defenderse y orgullosa estoy de ella— le sonríe a la niña que solo asiente

— Señorita la política de la escuela dice que

— Me importa un bledo la política — mira a la directora — mi hija solo se defendía de esos dos payasos mal educados y mentirosos— se dirige a mis hijos y aprieto los puños

— Los gemelos dicen que su hija comenzó todo y que ellos no hicieron nada para que

— Mienten— afirma interrumpiendo a la señora— mi hija ya me dijo lo que pasó

— ¿Y le cree? — suelto una carcajada — tan bien le enseño a mentir  que le crees cuando lo hace?

— Mi hija no miente señor Lewis

— Quizás es como su madre, una mentirosa loca y engreída — abre la boca en una perfecta O y sin esperármelo siento su mano impactar contra mi mejilla dejando esta ardiendo

— Cuide sus palabras y eduque a sus hijos, ellos comenzaron y me alegra que mi hija se defendiera

—¡Ya basta! — habla la directora del colegio y todos la miramos — sus problemas personales lejos de acá, estamos aquí por los niños— mira a Lizzy — su hija agredió a este niño y en esta escuela la violencia no se tolera, ensénele eso o a la otra la suspenderemos

— ¿Suspender? — Lizzy ríe con la amenaza de la mujer— usted no puede suspender a mi hija, no olvide que puedo hacer que esta escuela la cierren con solo abrir mi boca— la directora palidece— así que cuide sus palabras y si mi hija dice que los gemelos comenzaron es porque es así, no pago un dineral a la escuela para que la juzguen, agradecida debe de estar de que mi hija estudie acá

— Señorita Smith yo solo

—¡Usted nada! vuelve a mencionar a mi hija en una frase que lleve la palabra suspender y cierro esta escuela directora y si no me cree — ella ríe y me mira — hable acá con el señor este para que le explique cómo con tres palabras destruí su proyecto — Lizzy toma a su hija de la mano dejándome estupefacto y sale de la oficina de la directora la cual está sudando y blanca como un papel, ¡pobre!

— Ya puede irse señor Lewis— yo asiento y salgo junto a mis hijos, no veo a la señorita por ningún lado

— ¿Con qué palabras destruyó tu proyecto papá? — pregunta Derek y lo miro

— Autos de porquería, eso dijo— mi hijo aguanta la risa— ¿cómo estás Damon?

— me duele la cabeza — se queja al subir al auto— maldita niña, me golpeó con fuerza

— Ahora si hijos, díganme que sucedió — los miro y ambos cruzan miradas

— Solo fuimos a hablar con ella papá— comienza Damon— y me pegó luego de mandarme un helado a la cara, es una

— Bien— digo y alzo una ceja— volveré a preguntar y esta vez sin mentiras, díganme qué pasó? — vuelven a mirarse entre ellos

— Le dije Fea y mocosa, luego le jalé el cabello, me aventó el helado y la empujé y luego me golpeó con todas sus fuerzas en mi frente, aún me duele papá — suspiro, la rubia tenía razón con defender a su hija

— ¿ Por qué buscar problemas con esa niña?

— Por nada — ambos se encogen de hombros, pero sé que mienten, yo arranco el auto, doy marcha atrás para salir, pero un golpe a mi auto me detiene, furioso bajo de mi auto para ver quién es el idiota que no sabe manejar bien y me acaba de chocar, una vez más mis ojos se topan con esos ojos azules que me miran con intensidad

— Usted no debería tener carnet de conducir — le espeto acercándome a ella que mira de cerca lo que acaba de hacer

— Uy no exagere, solo fue un pequeño roce— sonríe y señalo el golpe

— eso no es un roce, ¿ qué le pasa? ¿Estas ciega o te gusta pelear conmigo?

— Esto fue sin querer — señala ella lo que hizo— y lo de autos de porquería también fue sin querer, estaba ebria señor Lewis— se acerca a mí, demasiado porque no puedo dejar de mirarla, es igual a Siena y eso me molesta

— No quiero volver a verla señorita, dañó un proyecto en el que llevo años trabajando y

— Y lo arreglaré— se acerca más a mi envolviéndome con su perfume — yo siempre arreglo mis errores Christopher— mira mis labios y sonríe, yo trago en seco y ya me molesta la corbata

— ¿Y los de los demás también no? — mira mis ojos y ¡joder! parecen leer mi alma y mis pensamientos que ahora son muy sucios

— ¿De qué habla?— pregunta con desconcierto

— De que le gusta arreglar los errores de otros también — sonrío pensando en sus padres — me pregunto, ¿qué es usted capaz de hacer para arreglar esos errores? — mira hacia otro lado, luego da otro paso hacia mí y mira mis ojos, demasiado cerca estamos y temo que se dé cuenta de lo que acaba de provocar en mi cuerpo

— No se imagina de lo que soy capaz de hacer Christopher— sonríe y mira mis labios— recuerde esto, las personas perfectas hacen cosas perfectas y cuando quiero arreglar algo lo hago, también cuando quiero tener algo lo tengo— muerde su labio inferior, mi pulso se dispara y ya tengo un problema dentro de mis pantalones — por cierto pagaré el daño a su auto y arreglaré sus problemas, yo, señor Lewis, no tengo límites y — pasa un dedo por mi pecho— si me gusta mi objetivo llego a él y lo consigo — ¿seguimos hablando de autos? no lo sé, pero ella da la vuelta y vuelve al suyo mientras yo me quedo como estúpido mirándola, antes de subir a su auto me mira

— Señor Lewis — sonríe — no se preocupe, arreglaré ese problema — me guiña un ojo y señala mi entrepierna, estoy haciendo el ridículo y ella solo se larga sin más ¿ qué fue todo eso? ¿me coqueteaba o yo estoy loco?



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En el texto hay: humor, niños, romance

Editado: 03.06.2023

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