7. Verdades
Camila miro a su mamá como si estuvieran en otra dimensión, esto no podía estar pasándole a ella. Su padre se había vuelto completamente loco, ya había aceptado una vez todas sus condiciones pero dos veces no
- Mama, tienes que ayudarme – le suplico a su madre
- Que puedo hacer hija?
- Enserio mama? Por favor ¿Cómo puedes permitir que mi papa te trate así? ¿Qué te tenga encerrada con un animal en un zoológico? Y lo peor, permitiste que a tus hijos también
Su madre lloró amargamente
- Nunca entenderías mis razones
- Explícamelas, por que de verdad, no entiendo
- No puedo hija
- Por que? – le gritó, su madre lloro desconsoladamente, Camila se le acerco
- Lo siento – la abrazo – cuando vivía aquí encerrada me parecía normal, pues no conocía otra vida, pero estando casada con Fabian descubrí la libertad, lo que me había perdido por culpa de mi padre
- Lo siento tanto hija – su madre no dejaba de llorar – te voy a contar todo, pero por favor entiéndeme
- Te escucho
- No puede ser aquí, vamos a tu habitación
Ambas fueron a la habitación, su madre se veía bastante nerviosa, cerro la puerta con seguro y se sentó en la cama, Camila la miraba bastante sorprendida, nunca la había visto actuar de esa manera, tomo asiento a su lado
- Cuando estaba jovencita empezó a relatar su madre – vivía en un pueblo cerca de donde esta la hacienda de los padres de Rafael, vivía con mis padres y mis hermanos, éramos mucho por lo que siempre estábamos escasos de comida, de ropa, de todo. –siguió relatando su madre. – Mi papa trabajaba como jornalero en la gran hacienda y mi mama era ayudante en la cocina, yo era la mayor de sus hijos y me encargaba de cuidar a mis hermanos pequeños, no pude ir a la escuela por que sus modestos salarios solo nos alcanzaba para lo necesario, cuando tuve trece años el gran jefe dueño de la hacienda se fijo en mi – Camila la miro horrorizada – No es lo que estas pensando – le advirtió su mama – tenía un hijo de 25 años al cual le habían diagnosticado una enfermedad terminal, su nombre era Hernan, arreglo con mis padres y me obligaron a casarme con el
- Por Dios mamá – la miro Camila aun sin creer lo que estaba escuchando
- Hernan fue muy gentil conmigo, solo duramos un año de casados pero te juro que lo guardo en mi memoria y en mi corazón con gran cariño, el estaba enfermo pero hizo todo lo posible por hacerme feliz, me enseño a leer y escribir, ayudo a mis hermanos para que estudiaran, a mis padres para que cultivaran su propia tierra, en fin, nos cambio la vida a todos para bien; cuando murió no sabía que hacer, pero el padre de Hernan ya tenía planes para mi, su hijo había hecho arreglos para que todo lo que le pertenecía pasara a mis manos, pero por ser una menor de edad tenía que estar bajo un tutor, mis padres eran campesinos y se desligaron un poco de su obligación de tutores por lo que quede a merced de mi suegro quien decidió no perder los bienes de su difunto hijo y me obligó a casarme con su otro heredero Rafael
Camila no creía poder abrir mas la boca de lo asombrada que estaba, esto era imposible, como podían pasar cosas así en estos tiempos, pero recordó, lo que le había hecho su padre, su mama siguió contando
- Hernan no tenía ni dos meses de muerto cuando su padre ya me estaba casando con Rafael, el problema vino después, estaba embarazada de Hernan
- Mama!
- Y Rafael no era ni la mitad de gentil que Hernan, el quería que perdiera a mi hijo pero su padre lo impidió; y naciste tu – la miro llorando
Camila no lo podía creer, ahora si que era verdad que no podía creer lo que estaba escuchando, que su papa no era su papa, era su tío. Se levanto y llevo las manos al pecho y lloro desconsoladamente, esto no podía estar pasando, miro a su mama que era un manojo de nervios y se retorcía las manos sin parar, Camila no sabía que hacer, ni que decir, miraba a todos lados, su familia era una manada de retrogradas cavernícolas, pretendían hacer con ella lo mismo que habían hecho con su pobre madre y quien sabe con cuantas mujeres mas de su familia
- Por eso nunca me ha querido
- No digas eso, el te quiere, a su manera
- Y que manera es esa mama
- Nunca ta ha maltratado
- Físicamente no, pero mental, mama por favor, no me ha dejado vivir, me obligo a casarme con alguien que ni conocí y ahora pretende hacerlo nuevamente
- No te fue tan mal en tu matrimonio
- Mama! – le grito conté con la fortuna de dar con Fabian, pero se que no voy a tener esa suerte dos veces. No quiero repetir tu historia
Su mama se acerco a ella y la abrazo, ambas lloraron
- Te voy a ayudar – le dijo su madre secándole las lagrimas – no se como le voy a hacer, pero tu no repetirás mi historia
Camila abrazo a su mama
- Gracias mama
- Necesito que te quedes aquí, voy a quitarle ese sobre a tu papa, y veamos que es lo que dice
- Como le vas a hacer? No sabemos si aun lo tiene, si lo voto o lo guardo en algún lado
- Conociendo a tu papa…
- No le digas así – la interrumpió Camila
- Es tu padre hija, aun que no lo quieras, el es tu padre, fue quien te crio y te ha dado todo lo que tienes