Otra Oportunidad

11. Rencuentro

 

  • De eso estoy completamente segura – Dijo la señora Montes haciendo una entrada silenciosa pero totalmente triunfal por que todos voltearon a mirarla

Melissa miró a la espectacular mujer que estaba parada en la puerta, era, por no exagerar, la mujer mas linda que había visto en su vida, Tenía el cabello negro cortado en capas y le caía como una cascada, sus ojos eran verdes, no como el verde de los ojos de su jefe que era claro, este era un verde esmeralda que resaltaba por el espesor de sus largas y espesas pestañas, serían de verdad?, llevaba un vestido corto de color rojo ceñido al cuerpo que resaltaba su esbelta figura y dejaba a la vista unas largas y torneadas piernas y remataba con unos sandalias negras tacón aguja,¿ a donde pensaba esa mujer que iba con esa vestimenta? Pero sencillamente estaba espectacular, ni en sus sueños podría verse así pensó Melissa, además se notaba que esa mujer estaba forrada en dinero, su aura reflejaba una persona segura, que tiene el mundo a sus pies, no le sorprendía la cara de tonto que había puesto su jefe, o mas bien, de sorpresa.

Esteban no podía dar crédito a lo que veían sus ojos, Era Camila, mas hermosa que nunca, claro esta, pero era ella, intento acercarse a ella, pero el abogado y el representante legal se le adelantaron

  • Señora Montes – dijo Emilio Salas, el representante – Pensé que llegaba mas tarde
  • Afortunadamente no fue así señor Salas – le contesto Camila mirando a Esteban - No quería perderme por nada del mundo el cierre de esta negociación. ¿Cómo estas Esteban?
  • Ca… Camila?
  • Por supuesto – le dijo sonriendo
  • Pero como? Como es que tu…?
  • Soy la dueña? Es una larga historia – dijo mientras se dirigía a la mesa de juntas con un caminar seguro y sensual – te la contare mas tarde, durante el almuerzo ¿te parece? – le pregunto abatiendo las pestañas
  • Cla.. claro que si – Dijo Esteban y se aclaro la garganta, esta era su amiga, pero no era ella en realidad, esta mujer era segura, coqueta; si, físicamente era su Camila, pero… no era ella
  • Te parece si firmamos el contrato? – Le pregunto Camila – Quiero empezar cuanto antes nuestro acuerdo
  • Por supuesto – Esteban miró a su asistente quien de inmediato tomo una carpeta y se la entregó a Camila quien se la recibió con una sonrisa que le derritió el corazón a Esteban
  • Tomemos asiento por favor – Invito Esteban, todos lo hicieron – En sus carpetas encontraran una copia del acuerdo, en la primera clausula…
  • No te molesten Esteban – Lo interrumpió Camila – Ya sabemos perfectamente lo que contiene el acuerdo, como ya te habrá dicho mi abogado, esto es un simple formalismo, solo vinimos a firmar, no tienes que convencernos

Esteban se toco los labios solo para asegurarse que tenía la boca cerrada, se sentía como en un sueño surrealista, aun no podía digerir el hecho que su empresa estaba firmando un acuerdo con una empresa extranjera, que por lo que había averiguado, era una de las mejores de Francia y se estaba expandiendo por toda sur américa; cuando lo estaba asimilando y mirando que esto se estaba materializando había llegado ella, después de tanto buscarla, investigar, escudriñar hasta debajo de las piedras, se presentaba así de espectacular como si nada hubiera pasado y solo quería cerrar el trato, suspiró y se dispuso a firmar; firmó de primero y le paso la carpeta original a Camila, esta, sin leer, lo firmó y se lo paso a sus empleados, quienes firmaron de igual forma, sin leer un solo renglón.

Esteban no sabía si alegrarse o enojarse, se había esforzado tanto por tener todo perfecto para esta reunión y sentí un sabor agridulce saber que todo había sido en vano, ellos ni se percataron de nada, pero por otro lado, le emocionaba la confianza depositada en su empresa, aunque en estos momentos se preguntaba si era por su buen desempeño o si Camila había tomado la decisión solo por que era el, como si leyera sus pensamientos Camila le respondió

  • Quiero que sepas que decidimos cerrar el trato con tu empresa después de hacer un análisis exhaustivo de tu trabajo, sabemos que eres el mejor y por eso queremos asociarnos contigo, no te voy a negar que la… amistad que nos une influyo para tenerte en cuenta entre nuestras opciones, pero el acuerdo te lo ganaste con tu trabajo
  • Agradezco la confianza – dijo Esteban soltando un suspiro, sintió un alivio pero aun seguía con una punzada en su corazón
  • Y ya que hemos firmado – siguió Camila – te agradezco aceptes acompañarme a almorzar

Esteban no dijo nada, Camila lo miro extrañada

  • Si no tienes otro compromiso, claro está – sugirió Camila
  • No, claro que no. Acepto tu invitación
  • Perfecto, si no tenemos nada mas que hablar, sugiero que demos por terminada esta reunión

El abogado y el representante se levantaron, se despidieron de su jefa y de Esteban y salieron acompañados de Melissa, Camila miró a Esteban

  • Nos vamos?

Esteban la miró sin ninguna expresión en su rostro, Camila de pronto se vio nerviosa y empezó a jugar con un lapicero que tenía en la mano, Esteban pudo ver de nuevo a su amiga cuando esta dejo caer la mascara que llevaba puesta, se dirigió a la puerta y le puso seguro, ella se puso pálida mirando como el se acercaba lentamente

  • Antes de irnos, quisiera hablar contigo
  • Por supuesto – se revolvió en la silla – Aunque me gustaría que lo hiciéramos en el restaurante
  • No Camila, aquí, ahora, en este instante
  • De que quieres hablar?
  • Como que de que? – grito Esteban, y ella se asusto- Me dejaste, te fuiste huyendo
  • Yo no me fui huyendo, tenía cosas importantes pendientes
  • Y yo no era importante? Nuestra amistad no era importante? Lo que paso esa noche no fue importante?
  • Esteban – Se levantó y trato de alejarse, Esteban la tomo por el brazo y la acerco a el
  • Nada de eso era importante?




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