Otra Oportunidad

12. Esta vez no

Esteban tomo los labios de Camila con desesperación, como si hubiera esperado una vida entera para hacerlo, Camila se derritió en sus brazos como arcilla al fuego, entreabrió los labios para darle acceso a su lengua que recorrió cada rincón, con una pasión que desbordaba los limites de la locura, el acaricio su cabello y separo sus labios de los de ella para dejar una estela de besos en sus mejillas, en su nariz, en su frente, ambos respiraban con dificultad, y se miraron, como si nunca lo hubieran hecho

  • Esta vez no vas a huir – le dijo con la voz ronca
  • No – susurro ella tomando la iniciativa, uniendo sus labios esta vez de forma suave, dando pequeños besos hasta la comisura de los labios, atrapo su labio inferior en un suave mordisco y profundizo el beso y sintió nuevamente como una explosión de sensaciones en todo su ser, estaba tan nerviosa que pensó que podría estallar, sintió la mano de Estaban en su espalda y como la atraía mas hacia el, no le importo y se pego a su cuerpo como si su vida dependiera de ello, quería sentir, explorar, que la hiciera suya en ese mismo instante, pero el se alejo, con la respiración entrecortada, puso sus manos en la mesa de juntas y agacho la cabeza
  • Tenemos que hablar – le dijo sin mirarla

Camila camino nerviosa por la sala, no sabía que decir; como decirle que se había sentido muy mal por faltarle a su esposo con el, su amigo, como decirle que se dedico en cuerpo y alma a pasar los últimos días de vida con ese ser que le brindo cariño y compresión, como explicarle que después de la muerte de Fabian lloro noche y día por no tenerlos a los dos, a su amado esposo y a su querido amigo, por haber fallado el juramento que había hecho al casarse, por haber fallado como amiga al desearlo, y si, huyo por que no quería ver su cara de decepción, por que no sabía como afrontar su situación con el, sabía que se deseaban, lo veía en sus ojos y ello lo sentía en su interior, pero recién había enviudado y que podía esperar?, el era un mujeriego empedernido que andaba de mujer en mujer sin tomar a ninguna en serio. Como explicarle que salió huyendo de un padre, que en realidad no lo era, con una mama que estrenaba libertad al igual que ella.

  • Que quieres que te diga? – le dijo finalmente sin dejar salir todo lo que le estaba carcomiendo el alma
  • Por que saliste huyendo?
  • No me fui huyendo, enviudé
  • Teníamos que aclarar lo… lo de la otra noche
  • Te refieres al beso? El que repetimos el día de hoy? – Era mejor mostrarse como una mujer atrevida, aunque en el fondo no se sentía así

Esteban la miro extrañado, su antigua amiga iba y venía, por un momento era su Camila y de pronto aparecía la empresaria, la mujer poderosa, no sabía cual de las dos le gustaba

  • Fue un simple beso Esteban, ya te lo había dicho
  • Si, eso me dijiste y saliste huyendo – se acercó a ella – pero para mi no lo fue, para mi ha sido de las cosas mas lindas que me han pasado en la vida, desde que te bese no he tenido paz, te quedaste en mi pensamiento, y sufrí mucho al pensar que tal vez tu también la estabas pasando mal, primero por que eras una mujer casada y se que un acto así, aunque fue algo simple, sin premeditación, te afectaría; y luego, cuando supe lo de tu esposo, aunque no lo creas, lloré por ti. Se que sueno ridículo y cursi al decir estas cosas pero es lo que siento, te busque por dos largos años para decírtelo pero simplemente tu desapareciste

Camila se sentó bruscamente en una de las sillas y lloro. Esteban se acercó a ella se arrodillo enfrente y la abrazo.

  • Lo siento, lo siento, lo siento… -clamaba Camila entre sollozos, se levanto e intento irse, Esteban se interpuso en su camino
  • Esta vez no vas a salir huyendo
  • Esteban por favor
  • Por favor nada Camila, es obvio que los dos sentimos algo, debemos afrontarlo
  • Necesito salir de aquí – le dijo con lagrimas en los ojos
  • Esta bien, salgamos

Ambos salieron de la sala de juntas, bajaron directo al parqueadero y se fueron en el automóvil de Esteban, que lo dejaba ahí ya que poco lo utilizaba desde que estaba viviendo cerca.

  • A donde quieres ir? – le pregunto

Camila se encogió de hombros y cerro los ojos

  • No lo se

Esteban arranco y estuvo conduciendo sin rumbo por unos largos 15 minutos, de vez en cuando la miraba de reojo, ella llevaba puesta la vista en la ventana, sin mirar a nada en particular, después de unos momentos sus lagrimas dejaron de brotar y empezó a hablar

  • Después del beso de esa noche me sentí tan mal, me preguntaba como era posible que le hiciera algo así a Fabian, el era tan bueno conmigo, yo lo amaba Esteban, te juro que lo amaba
  • No tienes por que jurármelo, yo lo se, se te notaba
  • Esa noche después de martirizarme tome la decisión de contarle todo, pero el se me adelante y me dio la mas terrible de las noticias, estaba muriendo – sus lagrimas brotaron nuevamente – Y fue mucho peor, por que yo no dejaba de pensar en ti, no se como lo hice pero logre bloquear esos pensamientos y me enfoque solo en el, en hacerlo feliz, en atesorar los mas bellos momentos a su lado para tenerlos conmigo el resto de mi vida, y así nos llego su partida. Me mude con mis padres y nuevamente empezó mi tortura, mi padre pretendía meterme en su régimen nuevamente, y paso algo que nunca, ni en mis mas locos sueños pude imaginar… descubrí que mi padre en realidad no lo era
  • No te entiendo
  • Mi papa es en realidad mi tio, se caso con mi mama cuando ella estaba embarazada de su hermano




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