15. Nunca mas
Camila miró la que había sido su casa durante su niñez y adolescencia, sentía temor entrar, pero le había prometido a su madre que ira a ver a su… al que había sido su padre. Sonrió al pensar en su mama, la vida le había cambiado completamente desde que habían salido de ahí hace dos años, ahora era una mujer segura de si misma, le había ayudado muchísimo en la creación de su nuevo yo, le había sugerido que le colocara el apellido de su difunto esposo a la empresa, y a pesar de que su vida no había sido la mas ejemplar, le había dado muy buenos consejos; en estos momentos se encontraba en Paris y le había hecho prometer que lo iría a ver. Camila se decidió y toco la puerta, una empleada le abrió, no la conocía.
- En que puedo ayudarla? – la interrogo la criada
- Estoy buscando a mi… perdón al señor Hernan
- Disculpe señorita, el señor se encuentra indispuesto
- Por favor, soy… soy su hija
La criada se quedo con la boca abierta, se recompuso y le dijo
- Disculpe señorita. El señor ha estado delicado de salud. Sus hermanos llamaron el día de ayer
- Mis hermanos?
- Si – le dijo mientras la invitaba a pasar – dijeron que vendrían en esta semana
- Mi… mi padre esta en casa?
- Si señorita, pero tiene varios días que no ha salido de su habitación
- Lo puedo ver?
- En realidad no lo se, la única persona que ha ingresado aparte de la servidumbre es el medico
Camilo miro el pasillo que conducía a la habitación de su padre, se rehusaba a seguir llamándolo de esa manera, pero no podía negarlo, había cumplido ese rol, le había dado una buena educación, nunca le había faltado nada, pero le había cortado su libertad, su derecho a explorar el mundo, aun no comprendía lo que pasaba por su cabeza, las cosas buenas no terminaban de compensar las malas, sacudió su cabeza para alejar sus pensamientos y llego a la habitación, no toco, solo abrió la puerta.
Acostado en la gran cama matrimonial estaba acostado, se le veía cansado, ojeroso, respiraba con dificultad, tenía los ojos cerrados, su cabello lucia desordenado y completamente blanco, su pijama estaba descuidada, se acercó a el, sentía una mezcla de emociones, le dolía verlo así después de ser una persona tan activa, impulsiva y prepotente y verlo ahora enfermo, sin fuerzas y derrotado le partía el alma, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lagrimas, le quería a pesar de todo, se acercó a la cama y se tomo asiento en una silla que estaba cerca, su padre se removió y abrió los ojos y la miró sin ninguna expresión en su rostro, se miraron por un largo rato
- Nunca pensé volver a verte – le dijo con voz pastosa
- Como te sientes? - le interrogo la joven
- Mejor de lo que me veo – tosió – como esta tu madre? – la miro con ojos esperanzadores
- Muy bien
- Me imagino – cerro los ojos – me gustaría verla – la miro con lagrimas – se que les he hecho mucho daño pero… - tosió – quisiera pedirles perdón
Camila se secó rápidamente las lágrimas que brotaban sin control de sus ojos
- Se que no fui el mejor padre ni esposo – continuo su padre – pero créeme, te amo Camila, aunque no seas mi hija biológica, pero lo eres de sangre, de corazón. Las cosas que hice, las hice pensando que eran lo mejor para todos, si, no fue la mejor forma, pero quería salvarlos de los peligros del mundo
- Esa no era la forma
- Lo se, ahora lo se – lloro desconsoladamente – lamento no haber actuado de la mejor forma, les hice mucho daño, lo hice de buena fe, me equivoque, los perjudique y se que es irremediable, que pedirles perdón no va a remediar nada, pero por lo menos merezco decírselos, aunque no me perdonen, aunque no consiga su perdón, denme ese regalo, por el amor que algún día me tuvieron como padre. De verdad siento haberlos decepcionado – tose – no se como seguir dándote explicaciones, rompí sus sueños e ilusiones, pero como te dije, fue por miedo, tenía tanto miedo de las cosas que iban a encontrar a fuera, se que no es justificación, pero en mi interior era lo que sentía – Camila intento hablar, el la detuvo levantando un poco la mano derecha – No fui muy consciente del daño que les estaba haciendo, no hasta cuando me dejaron solo, la verdad es que mi verdadero motivo fue el egoísmo, y por eso te pido perdón. No se cual es la mejor manera de reparar el daño, es mas, soy consciente que ya no puedo reparar nada, el daño esta hecho, pero por lo menos concédanme esto, escucharme – tose descontroladamente, Camila se acerca mucho mas a el y lo ayuda a levantar
- No hables mas por favor – lo abraza – ya no importa, lo hecho, hecho esta. No tienes que pedirme perdón, no entiendo por que lo hiciste, pero te perdono
- Gracias – le dijo en medio del ataque de tos. Se quedaron abrazados por un momento – crees que tu madre acceda venir? – le pregunto sin romper el abrazo
- No lo se, ella fue quien me dijo que viniera a verte
- Te agradezco que lo hayas hecho, no encontraba las fuerzas para pedirte que vinieras