Epilogo
- Hernan, Fabian, apúrense que ya llegan los invitados
- Ya vamos mama – gritaron los gemelos al tiempo
Esteban entro a la concina con dos paquetes gigantes, Camila lo miro interrogante
- Mas regalos Esteban? En que habíamos quedado
El sonrió como un niño travieso al que acaban de pillar haciendo una diablura
Camila sonrió y se acerco a el y lo ayudo con los paquetes, sus hijos gemelos estaban cumpliendo cinco años, le parecía increíble que el tiempo pasara tan rápido, sus hijos eran dos pequeños revoltosos cabello rubio y con los ojos verdes de su padre, Hernan era el mas travieso de los dos, siempre se le venía alguna ocurrencia que los ponía en aprieto a todos, unos días atrás había tomados todas su temperas y las había vaciado sobre el perro Golden retriever del vecino, habían tenido que llevarlo al veterinario para poder sacarle toda la pintura; pero Fabian no se quedaba atrás quien un día decidió ayudar a su padre a pintar una de las habitaciones de la casa, había echado toda la pintura blanca en la puerta y en el piso, pintura destinada para las paredes y que no había visto ni una gota.
Esteban no perdía oportunidad de consentirlos, y Camila siempre lo regañaba, los pequeños no alcanzaban jugar con todos los regalos que recibían ya que eran los consentidos de sus tíos, abuelos y de todos los que los conocían, por que a pesar que eran dos diablillos traviesos, eran unos niños amorosos y muy atentos. Sus vecinos los amaban aunque le hicieran las mil travesuras del mundo, a Camila le recordaban a Daniel el travieso y su vecino el señor Wilson.
- Te dije que no les compraras mas juguetes amor
- Lo se, lo se – le dijo Esteban – pero es que cuando los vi no aguante las ganas
- Que les compraste?
- Dos automóviles de batería para que ellos conduzcan
- Por Dios Esteban, de verdad que vamos tener que mudarnos – rio – donde vamos a meter tantas cosas?
- No te preocupes – la beso – déjame ser feliz consintiéndolos – le dio un largo y profundo beso, que se vio interrumpido por que alguien se aclaró la garganta, se separaron de mala gana y miraron quien era, era Pedro, uno de los hermanos de Esteban que entraba a la cocina con dos cajas de regalo gigantes, muy parecidas a las de Esteban
- Que eso no sea lo que estoy pensando – le dijo Esteban la su hermano señalando las cajas que tenía su hermano con el dedo y luego las que el había traído, Pedro siguió el dedo de Esteban y palideció
- Les compraste lo mismo? – dijo el recién llegado con algo de decepción, Camila rio. Todos parecían competir a ver quien les daba el mejor regalo a los gemelos
- Yo llegue primero – dijo Esteban como un niño en competencia – así que mi regalo es el que va, te toca devolverlos hermanito
Pedro dejo las cajas en el suelo
- Eso no se vale Esteban, tu estas todo el tiempo con ellos y… Pedro se quedo callado al ver que Camila se desvanecía en el piso, el y su hermano se acercaron a ella corriendo – Camila, Camila que tienes
Camila estaba inerte en el piso, Pedro le dijo a su hermano que fuera por alcohol mientras el le tomaba el pulso ya que era medico, Esteban llego con alcohol y un pañuelo que le pasaron a Camila por la nariz, esta reacciono con algo de tos
- Que paso? – dijo la joven desorientada
- Te desmayaste – le dijo su esposo preocupado al verla tan pálida – que tiene? – le pregunto a su hermano
- A ver Camila – le pregunto Pedro – como te sientes?
- Nada extraordinario, solo sentí que el mundo me daba vueltas y después todo se puso oscuro
- Que comiste hoy? – siguió el medico
- La verdad? Nada
- Amor – la reprendió Esteban
- Es que con la fiesta del cumpleaños de los gemelos no me ha dado tiempo – se defendió Camila
- Puede ser eso – dijo Pedro no muy convencido, el pulso de Camila estaba un poco acelerado, pero tal vez se debía al susto del desmayo – cuando fue tu ultimo periodo?
Camila y Esteban se miraron, habían decidió no tener mas hijos para no volver a pasar por el susto del parto de los gemelos y se estaban cuidando para ello, pero en ese momento Camila recordó que se había saltado uno o eran dos días sin tomar la pastilla, se llevo la mano al pecho y saco cuentas, su periodo menstrual debió llegarle hace dos semanas, abrió mucho los ojos
- No puede ser – alcanzo decir, miro a Esteban – lo siento mi amor
- De que hablas? – le dijo Esteban consternado – si estas embarazada no es tu culpa, yo también participe, aparte, no es nada grave mi cielo
- Si, lo se – le dijo Camila – pero es que habíamos hablado otra cosa
- Tranquila Camila – la calmo su cuñado – no todos los embarazos y los partos son iguales, por lo pronto debemos salir de dudas para estar seguros de que estas embarazada
- Vamos a tener un hermanito!!!! – exclamaron los gemelos entrando como huracán a la cocina
- Dime mama, es cierto? – la interrogo Fabian
- Aun no lo sabemos mi cielo – le dijo Camila sonriendo
- Yo quiero una niña – les dijo Hernan – son tan tiernas