Abrio despacio los ojos y luego rapido los cerro porque sintio que le estaba molestando en la cara los rayos del sol que atravesaban algunas ramas y hojas de los arboles que estaban alrededor de el. Se hiso a un lado y con un poco de esfuerzo se quedo sentado en el suelo. Se sentia extraño y que todo el cuerpo de dolia, asi que enseguida se llevo un mano hacia su espalda recordando todo lo que le habia pasado segundos antes de que perdiera el conocimiento y se tranquilizo al notar que todavía tenia la raices de sus alas.
—Vamos querido, no tenemos todo el dia —dijo un hombre de apariencia de unos treinta y pico de años y cuando Rafael lo miro de lado y vio que le estaba mirando a el, se sobresalto y enseguida se puso de pie.
—Tu... ¿ puedes verme ?
—Si, lamentablemente si... porque ahora por tu culpa tuya, me sacaron de mi cargo de guardian y tengo esta horrible apariencia de una persona mayor... —dijo al girarse mostrandole que ya no tenia mas la tunica blanca que todos los angeles tenian y que en vez de eso lucia mas grande y vestia un pantalon de vestir, una camisa y un chaleco de color azul oscuro y elegante.
—¡¿ Mebahiad ?! —dijo emocionado y riendose a la vez.
—¡¿ Pero de que te reis ?! ¿ no ves lo mal que me veo ahora ? me agregaron años de edad y hasta tengo algunas arrugas debajo de mis ojos.
—No se te notan nada y la verdad no eres es tan mayor, te pareces a la edad que tiene el padre de Brisa.
—Si, al parecer esa era la idea... —gruñio molesto mientras hacia una mueca y miraba hacia el suelo y luego le miro con curiosidad —y tu no te ves para nada cambiado, solo tienes un aire diferente... —dijo mientras lo rodeaba, observando el jeans y la camisa de color celeste a rayas que tenia puesto —tienes otro aroma, y te sigues viendo igual de guapo que antes.
—¡ Wuo! supongo que gracias, pero no entiendo ¿ que fue lo que... ? —le interrumpio.
—Recuerdame tu edad...
—Veintiuno, ¿ por que ? ¿ parezco mas grande ? —dijo riendose pero Mebahiad no se rio.
—No, es solo que necesito saber la edad que mi hijo tiene... —dijo con seriedad y Rafael enseguida alzo una ceja creyendo que estaba de broma —desde ahora en adelante yo sere Alberto Rafael Castillo... tu padre, un heredero de una familia real que viene de España cuya herencia es de mucho dinero incluso despues de que vendimos uno de nuestros castillos de alli, lo que nos a dado el suficiente dinero como para mudarnos aqui y comprar nuestra casa, ¡ ah ! y por cierto a tu madre nunca la conociste porque fallecio al darte a luz —dijo imitando la voz de un hombre que sabia mucho.
—Ok... —dijo al mirarlo extrañado —¿ y todo eso para que ?
—¿ Y tu para que crees que sera ? ¡ vamos, sigueme ! que todavia tenemos que encontrar nuestra casa —dijo mientras sacaba de uno de sus bolsillos un papelito escrito por el arcangel Miguel donde decia la direccion de la nueva casa donde ellos vivirian.
Cuando los dos llegaron al barrio de Sheyla y vieron la lujosa mansion que tenia escrito la direccion que decia en el papel que tenia Alberto, los dos se quedaron con la boca abierta, obserbandola.
—Sabia que nos darian algo bueno y sostificado, pero no pense que fuera para tanto.
—Bueno, no te quejes que por algo somos descendientes de una familia de la realeza —dijo Rafael riendose al tiempo que las puertas de entrada al patio delantero de la mansion se abrian automáticamente.
Un hombre con esmoquin llamado Nicolas los recibio en la entrada y despues de que le mostro cada parte de la mansion y de que cada uno eligio su habitacion, Alberto llevo a Rafael al jardin del patio de atras y le dijo que el mayordomo era un humano y que el mismo lo habia contratado hace unos momentos de una agencia de mayordomos y empleadas domesticas en linea. Asi que el mayordomo no podia saber nada acerca de la verdadera naturaleza que ambos tenian y luego le explico que tenian que hacerse un carnet de dni y los papeles para que el ingresara al colegio donde iba Brisa con la principal mision de acercarse a ella, para ser su amigo y asi ser una guia en su camino hacia la salvación de su alma.
En la entrada del colegio y parados serca de la puerta grande de entrada, los chicos Andres, Teo, Kilian, Maria, Ingrid, Sheyla y Brisa estaban platicando como le había ido la cita que tuvieron Maria y Andres.
—Asi que Andres... ¿ el fin de semana, fueron con Maria a cenar en el Grigory y despues fueron a caminar por afuera de la ciudad ? —dijo Teo al mirarlo con curiosidad.
—Si, asi es —dijo sonrojándose mientras Maria metia la cara dentro de su movil sin dejar de teclear en el con nerviosismo.
—Awww, como en las peliculas romanticas —dijo Sheyla.
—Tal vez ahora es tu turno de salir en una cita junto con Teo... —dijo Ingrid y luego miro divertida a su amigo —ya que parece que el no tiene las agallas como para invitarte a salir otra vez.
—¡ Oh ! tal vez tu, deberías tener las agallas para de una vez por todas aceptar que te gusta Cristian e invitarlo a salir... —dijo al mirarla desafiante.
—¡ Uuh ! —dijeron todos incluida Brisa que se reia por la expression que puso Ingrid.
—No, hace rato que ya no me gusta... ahora tengo ojos para otra persona —dijo moviendo al cabeza hacia un lado, sin sonar convicente.
—Si, seguro... —dijo Teo al rodar los ojos.
—¿ Y quien es ? —dijo Maria al levantar las cejas riendose.
—No pienso decirlo, porque se que me van a cargar.
—¡ Ah ! por favor... dilo —le rogaron todos menos Brisa que solo se reia.
—No, chicos no pierdan el tiempo conmigo que cupido no es generalmente un gran amigo mio... mejor, ¿ por que no animamos a que Brisa haga uso de su regalo ? —dijo al levantar las cejas dos veces mientras sonreia al ver los tickets que estaban sobresaliendo de la carpeta que ella sostenia entre sus brazos y Brisa enseguida se puso seria.